La letra chica de las grandes tiendas

Las empresas del retail en Chile se han caracterizado en los últimos años por tener cifras de utilidades enormes, catapultando a sus dueños y accionistas a los lugares más altos en los rankings de los más ricos en el país. No es casualidad observar a Cencosud (grupo Paulmann; Paris, Santa Isabel, Jumbo, Easy entre otras) con una fortuna de cerca de 500 mil millones de dólares, Falabella (Grupo Solari: Falabella, Sodimac, CMR) con un patrimonio, al 2010 de US$ 26.465 millones.

El consumismo en Chile, es una realidad indesmentible. Sin embargo, más allá de este desenfreno por adquirir productos, muchos innecesarios, cabe la pregunta que muchos se realizan. ¿Cómo ha sido posible que el retail haya construído este imperio de utilidades?

Además de vender en grandes cantidades, de lo beneficioso que ha sido para estos grupos las políticas de los gobiernos chilenos de los últimos años de proteger la importación a precios bajos, mientras la industria local muere, hay ciertas claves que pueden darnos pistas.

En primer lugar, las condiciones laborales precarias. Que son producto de las decisiones del abaratamiento de los gastos de comercialización. Los operadores son pagados con sueldos bajos y con horarios desenfrenados. En palabras más cercanas a un lenguaje clásico, la plusvalía.

En segundo lugar, el retail se ve beneficiado por una cuestión de orden global. La industria manufacturera (la que elabora gran parte de sus productos) ha sido trasladada a países asiáticos, donde el pago de la mano de obra es ínfimo debido a las condiciones brutales de represion y pobreza en que viven los trabajadores (sobretodo China tras la masacre de la plaza Tiananmen, tras lo cual la burocracia del PC Chino se enriquece a un ritmo sin precedentes). Por ello los gastos de producción disminuyen.

Y en tercer lugar, y quizás lo más importante, el fenómeno de las tarjetas de crédito del retail. Han sido cuestionadas en variados sectores por intereses y comisiones muchas veces impuestas de forma abusiva. Ejemplo de ello fue el aumento de las comisiones por mantención de forma unilateral de la tarjeta JumboMas, en el año 2006, cuando El Biministro Golborne era Gerente General de Cencosud.

Pero más llamativo que eso son sus tasas de interés. Para que se haga una idea; la tasa de interés bancaria, a un año es de 4.66%.

Haga un ensayo, y revise las páginas de internet de las grandes tiendas. Aquí algunos ejemplos.

Vamos de compra por una oferta de la tienda abcDin. Un notebook Samsung RV410 2GB 320GB + Impresora Canon + Kit Notebook + Banda Ancha cuesta al precio contado $299,990 si es por Internet. Si quiere sacarlo a 12 cuotas con su tarjeta abcDin, ¿cuánto terminará pagando?. Simulamos la cuota: cada cuota sale $29,761, haciendo más accesible la compra, pero haga este ejercicio. Saque su celular del bolsillo y en la calculadora, multiplique el valor de la cuota por 12. Si, el valor que cobran es $357,132, lo que significa que esta pagando $57,142 más que el precio al contado, sin contar los costos de mantención, ni las comisiones. El interés que cobran es de un 19%.

Un refrigerador Mademsa Freezer Vertical MFV-540 comprado en Falabella cuesta al contado $186.990 a precio de internet. A 12 cuotas (sin contar costos de mantención, ni comisión) el producto queda en $223.008. $36.018 sobre el precio contado, lo que significa un interés de 19,2%.

Un coche para guaguas comprado en Ripley, marca BBPro, modelo Urbo, cuesta a precio de internet, $112.890. A 12 cuotas sin mantención, ni comisión incluidas queda nada más que al precio de $135.288. Lo que equivale a pagar un 19,8% sobre el precio contado.

Un Samsung LCD 32 Pulgadas LN32C530 Full HD, en Almacenes París a precio de Internet: $239.990. En 12 cuotas, cada cuota equivale a $23.995. En total cancela $287.940. lo que equivale a pagar $47.950 más. O sea un 19,9% más.

¿Cómo es posible el abuso?

Las tarjetas de crédito del retail no son en estricto rigor, tarjetas bancarias, por lo que el interés que cobran puede ser arbitrario. A diferencia de un préstamo de dinero, el retail da un producto que no es dinero, sino un tangible.

He ahí la clave de la acumulación no productiva de capital. Cobros abusivos.

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