[resumen.cl] La Otra Zapatilla se ha constituido en un referente del teatro penquista contemporáneo. Las obras que han sucedido a Memorias de la Concepción del 2007 han sido presenciadas por millares de penquistas y por públicos de otras latitudes donde ha sido convocada la compañía. Han sido trece años en que han trabajado sobre la decisión de quedarse en Concepción y hacer teatro para su comunidad, montando más de treinta espectáculos en diversos formatos y abocándose al trabajo de creación, formación teatral y también de audiencias, y vinculándose con otras compañías escénicas de la provincia. 

La Otra Zapatilla

Actualmente, la compañía está integrada por Jenifer Salas, Maira Perales, Patricia Michele, Monserrat Cifuentes, Oscar Cifuentes, Carolina Henriquez, Daniel Espinosa, Orly Pradena, Rodrigo Mella, Oscar Oviedo y Manuel Cerdeira, quienes están trabajando en Julio a la gorra, un ciclo de exhibiciones de registros de diversas funciones de la agrupación. Hasta ahora se ha mostrado A lo mejor ahora está lloviendo y La final (ambos textos creaciones colectivas de la compañía) y para la próxima y subsiguiente semana se pondrán a disposición El absurdo tesoro de la miseria de Alfonso Alcalde (23 y 24 de Julio) y 2070: el último documental animal de Ingrid Fierro (30 y 31 de Julio). Estas obras estarán liberadas los días jueves y viernes, entre las 20:00 y las 23:59 horas de cada día. En el caso de 2070: el último documental animal, será la única que tendrá un horario especial (de 16:00 a 22:00 horas.) por ser una obra familiar.

Agregan que, en paralelo a la funciones liberadas se realizarán lecturas dramatizadas online de extractos de obras escritas por integrantes de La Otra Zapatilla, de las cuales ya se ha montado Mecheras de Patricia Michele y falta por mostrar No es necesario ser italiano de Maira Perales, este sábado 18 de Julio, Plegaria de Carolina Henriquez (25 de Julio) y Sin título de Oscar Cifuentes (1 de agosto). Estas lecturas se realizarán los días Sábado y serán transmitidas en vivo por la cuenta de Facebook de La Otra Zapatilla Teatro y también por el canal YouTube que tiene el mismo nombre.

A propósito de sus trece años y de las experiencias que este tiempo comporta, Resumen realizó algunas preguntas a la compañía las que fueron respondidas del siguiente modo:

– En el relato Nos fueron por wáter, Jenifer Salas narra cómo fueron las primeras gestiones para conseguir una sala para montar Memorias de la Concepción, una de sus primeras obras, cuando recientemente habían egresado de la extinta Escuela de teatro de la Universidad del Desarrollo. Sería interesante que pudieran hacer un relato respecto a sus propios orígenes y de cómo ha cambiado la escena teatral en Concepción desde entonces hasta ahora.

Jenifer Salas: Todos veníamos de lugares distintos y con distintas historias, como cualquier persona. Lo que nos unió como compañía y que se mantiene hasta ahora es que trabajamos con la convicción de hacer desde nuestro territorio, las cosas que nos mueven, sabiendo por la cantidad de integrantes que de alguna manera nuestras ideas diversas debían converger en algo que unificara el todo, además de querer trabajar juntos hasta ahora. Al principio nos costó muchísimo hacer de nuestro trabajo algo continuo y vivir de ello, pues las salas eran escasas y poco accesibles hasta ese momento.

Nosotros íbamos a todo, a todas, mucha función en la calle, a la gorra, festivales gratuitos, etc. Y luego del terremoto, por un momento fue muy difícil hacer teatro. Pero nunca dejamos de juntarnos, de ensayar y hacer cosas nuevas, en nuestras casas, en el parque, donde fuera. Hasta que poco a poco empezamos a partir de la gestión a hacernos un lugar en la escena teatral.

En términos de espacios, la escena teatral ha avanzado en comparación a 13 años atrás, Artistas del Acero por ejemplo se ha renovado, se levantó después del terremoto y ha sido un gran aporte para la escena . El teatro de la UCSC, Teatro UDEC y Teatro Bío Bío son otros espacios que se abren al teatro local, así como teatros de otras comunas como San Pedro, Chiguayante, Tomé, etc. y muchos espacios no convencionales que han abierto sus puertas para acoger propuestas de artes escénicas. Sin embargo, aún luchamos y trabajamos por implementar políticas que amparen a los artistas y entes culturales, por ejemplo, para que los espacios autogestionados no desaparezcan
en el tiempo o para dignificar el trabajo del artista en todas sus áreas.

En cuanto a les actores, actualmente existen varias compañías y compañeres actores que desarrollan las artes de manera sistemática y con trabajos de calidad, hay bastante movimiento y con todo lo acontecido estos últimos meses se ha formado un espíritu de apoyo y colaboración que aún puede seguir creciendo y trabaja para fomentar y acrecentar el interés por la cultura y el teatro en la región.

2070: el último documental animal. La Otra Zapatilla.

– Llama la atención que en diversas declaraciones de quienes han sido o son parte de la Compañía se manifiesta la voluntad de hacer teatro desde Concepción para Concepción, o desde la región para la región. ¿Cómo se ha expresado este intento en sus obras?

Patricia Michele: Cuando comenzamos nos habíamos puesto esa premisa, darle a Conce teatro, entregar teatro de calidad desde aquí, de Conce para Conce, pensando también que fuera de manera constante, que siempre tuviéramos una cartelera para ofrecer, que hubiese continuidad, si alguien iba a ver una obra sabría que habían más y que podríamos seguir encontrándonos en otras fechas, otras salas, otras obras. Después hemos dejado un poco de lado ese slogan jejjeje, entendiendo también que el teatro que hacemos queremos que sea para todxs, sin banderas, universal. Siempre creando desde nuestro territorio eso sí, porque aquí estamos. Varias veces nos decían se van a quedar en Conce, y la respuesta era: no nos vamos a quedar, vamos a ESTAR y desde aquí crear. Y sigo pensando que Conce es súper fértil para el mundo teatral, hay mucho por hacer, muchos mundos dentro del teatro que se pueden experimentar.

– ¿Cuál es la evaluación que hacen de esta apuesta luego de trece años?

Maira Perales: Más que una apuesta es una decisión. Ha sido una experiencia de vida. Momentos difíciles y otros que nos han llenado de satisfacciones… pero por lo mismo estamos seguros de que hemos escogido el camino correcto. Aún nos queda mucho por recorrer y aprender. Nos parece importante crear desde nuestra región, desde nuestra territorialidad ya que es ahí en donde encontramos nuestra identidad.

– Junto con realizar el montaje de obras, también han emprendido la organización de festivales, como las ediciones de TropiConce. Hay un registros donde se hace referencia a las trabas institucionales para su realización y también de la gran convocatoria e interés que concitó sus ediciones.Háblennos de esta experiencia y de sus aprendizajes.

Orly Pradena: TropiConce es uno de los espacios que que nos falta desarrollar, no por ganas, ni por tiempo sino que por falta de apoyo de real de las autoridades y de recursos para sostener una nueva versión. No podíamos realizar un nuevo encuentro sin poder pagar honorarios a los y las artistas. Independiente que como colectivo entregáramos una buena difusión, producción técnica y gestión faltaba lo más importante que era el pago de los honorarios.  No encontrábamos para nada justo que nuevamente fueran los y las artistas quienes entregaran su trabajo para que estas instancias de colaboración y difusión se lograran realizar. Por lo que decidimos esperar para poder gestionar y conseguir apoyo financiero. No nos fue bien, hemos cambiado la estrategia, las fechas etc. No podría hablar tanto de un aprendizaje, más que resistir y seguir, porque aún estamos en el ejercicio de creación las bases que le dará peso y fuerza a TropiConce. Hoy estamos en un momento en que como colectivo estamos más organizados y podemos tomar de mejor forma tanto nivel de gestión como producción el desafío de hacer de TropiConce un espacio de: difusión de las artes escénicas, intercambio de saberes y descentralización de las artes.

A lo mejor ahora está lloviendo. La Otra Zapatilla

– A lo mejor ahora está lloviendo es una de las obras exhibidas en este ciclo. ¿Qué representa para ustedes esta obra a casi diez años de su estreno?

"scar Cifuentes: Representa un periodo importante de la compañía donde nos avocamos muchísimo a la creación desde la experimentación. Ese año teníamos un espacio físico donde ensayar, que fue muy productivo en términos de investigación. De alguna forma esta obra testimonial hablaba una vez más de la historia de Concepción desde la microhistoria, a través de tres conceptos; destierro, desplazamiento y exilio y continúa generando reacciones porque son temas que lamentablemente siguen vigentes.

– Qué esperan de este Julio a la gorra y qué representa su realización en el contexto actual.

Daniel Espinosa: Con este «Julio a la Gorra» buscamos una forma para poder SEGUIR. Quisimos compartir nuestro trabajo y a través de él, recaudar dinero para pagar los gastos mensuales que tenemos como colectivo.

Julio también es nuestro mes de aniversario y, además, veníamos hace un tiempo, haciendo el ejercicio de revisitar nuestro trabajo compartiéndolo con quienes nos siguen en nuestras redes sociales, a través de relatos, imágenes y archivos. Uniendo todas estás intenciones, nace «Julio a la Gorra» (con una cuota de humor en su propuesta, en este contexto tan adverso y precario para nuestro sector), que se mantendrá durante todo el mes con diversas actividades en este nuevo formato on line.

Como compañía independiente de teatro siempre hemos buscado la manera de autogestionarnos. Esta actividad, «A la Gorra», es parte de aquello, poniendo a disposición del público a través de nuestro canal de YouTube, el registro de obras completas y además lecturas dramatizadas de textos inéditos de actrices y actores de nuestro colectivo, dando la opción al público de poder aportar económicamente luego de la visualización de este material.

La autogestión en este país es algo primordial para las y los artistas independientes, ya que el estado poco y nada hace por nosotres, su «aporte», si es que se le llamar así, se basa en una concursabilidad de recursos que ni siquiera son los suficientes y que nos obliga a competir entre colegas, lo cual es nefasto y nos demuestra que el actual modelo imperante, sólo va en «beneficio» del individuo y no del colectivo.