"La policía y el Ejército están tirando a matar": Estallido en Colombia se mantiene al alza contra gobierno de Duque

[resumen.cl] En contacto con RESUMEN, Gabriel Suarez, integrante del equipo de DD.HH. de Ciudad en Movimiento y el Congreso de los Pueblos-Cali, comentó la situación que afronta Colombia durante los últimos días; escenario cruzado por la violencia policial y militar contra la población movilizada en distintos lugares del país.

Desde fines de abril las calles de Colombia son el escenario de un estallido de protestas desencadenadas contra el gobierno liderado por Iván Duque quien, tras echar pie atrás al proyecto de reforma que impulsó, ha mantenido y profundizado la represión a escala nacional.

En contacto con RESUMEN Gabriel Suarez, parte del equipo de Derechos Humanos de Ciudad en Movimiento y el Congreso de los Pueblos – Cali, relató parte de la crítica situación latente en el vecino país latinoamericano tras las protestas iniciadas el 28 de abril, cuyo detonante fue el rechazo a la iniciativa de reforma tributaria presentada por Duque.

En esta línea, Suarez indicó que «la movilización ha sido en todo el país rechazando no solamente la reforma tributaria, sino también exigiendo renta básica y otro tipo de demandas tales como el retiro de la reforma a la salud y la accesibilidad a la salud como un derecho», por lo que la transversalidad de las exigencias ha sido una temática central, teniendo diversos focos de movilización de forma descentralizada, entre ellos la ciudad de Cali.

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Y es que luego que el gobierno anunciara el retiro de la reforma la población se ha mantenido movilizada, siendo profundizada y sistemática la respuesta de parte de la violencia estatal a las legítimas protestas.

Concretamente, territorios de Ibagué, Armenia, Manizales, Medellín y Bogotá han sido víctimas de la violencia policial y militar, esta última debido a que «las fuerzas militares están siendo utilizadas para reprimir los proceso de movilización social. Aquí en Cali hay una alianza entre la policía y el Ejército para desactivar los diferentes puntos de concentración y movilización, los cuales está organizando la población civil», indicó el integrante del equipo en Derechos Humanos.

Fotografía: aporrea.org

El Estallido latente en Colombia, señala Gabriel, posee un componente histórico-humano que no se ha visto antes, donde «son los barrios los que están organizando la movilización, es la gente en las calles, gente que seguramente no pensó organizarse de manera formal en una organización política, valga la redundancia».

En la misma línea, indica que «hay una conciencia colectiva, y es que estamos en un gobierno que nos manda hacia el hambre directamente, entonces han habido diferentes actividades como ollas comunales, populares, la organización de diferentes centros de salud y centros de acopio para quienes están haciendo las labores de resistencia», generándose brigadas de salud y alimentación en los lugares donde se mantiene bloqueado el acceso por parte de la población.

De igual forma, la criminalización y la violencia liderada por agentes del Estado ha continuado, donde imágenes como las del presidente Iván Duque anunciando millonarias recompensas para quienes entreguen información valiosa, o directamente capturen a personas indicadas como «vándalos», ya han sido difundidas días anteriores al interior del país.

En dicho escenario, Gabriel Suarez enfatiza en que «la policía y el Ejército están tirando a matar a la población civil«, cuestión que va más allá del amedrentamiento.

Asimismo, la coacción física del Estado colombiano ha estado acompañada de «la suspensión del servicio de energía y la internet, buscan que no se puedan comunicar los atropellos a los derechos humanos», donde se han llegado a bloquear las redes con aparatos para evitar la difusión de registros y establecer las comunicaciones.

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De esta forma, Suarez señala el grave escenario en el que se encuentran, donde «a quienes ejercen la función de defensor y defensora de derechos humanos se les está tratando también como objeto militar, muchas veces se ha visto diferentes amenazas contra sus vidas», bajo el discurso de ser «cómplices del vandalismo».

Sin embargo, pese al pánico y terror que ha implantado el gobierno de Duque «siguen las calles resistiendo», por lo que la proyección es que las protestas continúen a escala nacional luego que no se haya mostrado una salida clara a la situación, sino que priorizado la «mano dura» de parte de la violencia estatal.

Al cierre de esta edición, la ONG Temblores contabilizó en 1.708 los casos de violencia policial, donde 222 corresponden a violencia física, 37 asesinatos, 10 casos de violencia sexual, 22 traumas oculares, entre otras cifras producto del actuar de los agentes del Estado.

Fuente: ONG Temblores

En este punto, las demandas de la población no son netamente coyunturales sino que profundamente históricas, pudiendo abrirse un escenario donde estas «pueden tomar un segundo aliento» en base a un «descontento generalizado contra las políticas neoliberales».

A modo de cierre, Gabriel enfatiza en que «en las noches en Colombia están masacrando gente, la policía y el Ejército está disparando a la población civil, y el gobierno no busca una salida, no propone diálogo y, por el contrario, esta represión lo único que logra es un mayor descontento en la sociedad civil, y ese descontento se expresa con la salida masiva de la gente a las calles cada día», mientras que las y los defensores de derechos humanos «no contamos con la garantía para ejercer nuestra función».

Fotografía principal: Ciudad en Movimiento

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