La prevención de incendios forestales será ineficaz sin recuperar el bosque en el centro-sur de Chile y sin regular las empresas del rubro

En el contexto de la aproximación de la temporada estival, el presidente Gabriel Boric anunció el Plan Nacional de Protección Contra Incendios Forestales 2022-2023, este viernes desde el Aeródromo de Rodelillo, en la región de Valparaíso. En el acto, el mandatario afirmó que en el país, «más de 7 millones y medio de personas son susceptibles de verse afectadas por alguno de estos tipos de desastres", añadiendo que "tenemos que hacernos cargo de las emergencias y por eso el presupuesto del año 2023 para Conaf cuenta con un aumento del 22%, quedando, esperamos, en situación de anticipar y planificar la temporada de incendios y no actuar sólo de manera reactiva". Esto, de acuerdo a la comunicación gubernamental, permitirá disponer de un mayor grupo humano e infraestructura para su prevención y extinción.

Aniceto Hevia

Si bien en el comunicado de gobierno no hubo referencias a medidas tendientes a regular actividades consumidoras de altas cantidades de agua del subsuelo y propiciadoras de la ocurrencia y expansión de incendios forestales, como la industria forestal, se espera que se dispongan e implementen. Lo reclama la abundante evidencia y las aciagas experiencias de quienes habitan el centro-sur del país.

El Informe a las Naciones, Incendios forestales en Chile: causas, impactos y resiliencia del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), consignó que «según los tipos de uso de suelo, un 50% de la superficie quemada como consecuencia de megaincendios entre 1985 y 2018, estaba cubierta por plantaciones exóticas, principalmente de Pinus radiata y Eucalyptus spp. En tanto, bosque nativo, matorral y pastizal se vieron afectados en un 20%, 17% y 8%, respectivamente. Tomando esto en cuenta, la actividad forestal entre las regiones de O'Higgins y del Biobío requiere con urgencia una mayor atención en cuanto al manejo preventivo del combustible y diversificación del paisaje, en vistas a reducir o amortiguar el impacto de los megaincendios en el país».

Respecto a la conformación de zonas de interfaz urbano-rural, en la región del Biobío fue observada la mayor proporción territorial de ellas, lo cual expone a su población a mayores riesgos que el resto. Considerando los factores de (a) distancia a ciudades, (b) cobertura del suelo (tipos de vegetación) y (c) densidad de casas, el documento afirma que «los paisajes que tienen una cobertura desde 5% de plantaciones forestales cercanas a la población, tienen mayor riesgo de incendios. En estos casos, la presencia de plantaciones forestales incrementa más rápidamente el riesgo, el cual se mantiene elevado hasta los 5 kilómetros (más del doble de los 1,5 mencionados anteriormente). Por tanto, un amplio porcentaje de cobertura de plantaciones forestales sumado a una corta distancia de las ciudades representa un escenario de alto riesgo».

La necesidad del restablecimiento de las condiciones ambientales degradadas en la zona centro-sur del país, implica la recuperación de su bosque, lo cual, junto con posibilitar a la población el acceso a servicios como la provisión de agua en cantidad y calidad adecuada a sus requerimientos, la recreación, la recolección de alimentos, también aminoraría las posibilidades de incendios. Así lo indica el informe, señalando que «el riesgo de incendios se concentra en mayor proporción en los paisajes dominados por plantaciones forestales y, en menor grado, en aquellos dominados por bosque nativo. Cuando la proporción de bosque nativo es menor a un 50% en el paisaje, se observa una mayor ocurrencia de incendios. Sin embargo, a mayor cobertura de bosque nativo el riesgo disminuye».

Existe un cúmulo de antecedentes y experiencias demostrativas del peligro que comporta la extensión de plantaciones forestales, que en el país bordean las tres millones de hectáreas. Junto a ello, diversos estudios y hechos evidencian que los bosques, al conservar humedad, pueden proveer grados de seguridad entre quienes les habiten a su alrededor. De este modo, todo lo anunciado por Boric, tendrá impacto sólo si se dispone a regular la industria forestal e impulsar un proceso de recuperación de bosque en el territorio nacional. De no ser así, las medidas anunciadas serán precisamente reactivas e ineficaces.

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