El pasado miércoles 16 de junio fue aprobada la reforma laboral en el gobierno «socialista» del estado español, favoreciendo al empresariado y recortando derechos laborales y sociales, en un supuesto intento de salvar la situación generada por la crisis económica que vive Europa.
En la línea clásica del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, esta reforma considera una rebaja general en el costo de las indemnizaciones por despido; da poder al empresariado para redefinir contratos,modificando horarios, turnos y funciones; se permite la extensión del contrato de formación juvenil, con salarios de 374 euros ($240.000) por jornada completa (considerando que el costo de la vida es el doble que en Chile, equivaldría a $120.000); ampliación del ámbito de actuación de las ETT (empresas de trabajo temporal, privadas) a trabajos peligrosos o delicados y bonificaciones a las empresas para pagar menos a la seguridad social, en detrimento de las prestaciones.
Todo este panorama espera los acuerdos con CiU (Convergència i Unió, derecha catalana), PNV (Partido Nacionalista Vasco, derecha vasca) y PP (Partido Popular, derecha españolista) que pueden introducir modificaciones que pueden empeorar el proyecto de reforma, el PP ya ha dicho que como mínimo se abstendrá, lo que da por aprobado el proyecto del gobierno Zapatero (PSOE, Partido Socialista Obrero español, centro españolista).
El panorama no puede ser peor para los trabajadores, que ya han visto recortes en servicios sociales, como la anulación de los cheques por hijo nacido, menos presupuestps en educación, salud y reforma de las pensiones. El neoliberalismo se asienta en el Estado Español, en medio de una cesantía cercana al 20% y sin dinero en le sistema financiero, debido a la deuda fiscal, Europa definitivamente involuciona.