Por Alejandro Baeza
El día de ayer fue informada una nueva falla de la aeronave cisterna DC-10 Air Tanker, conocida popularmente como Ten Tanker, la que fue arrendada a la empresa estadounidense 10 Tanker Air Carrier para combatir la catástrofe forestal de los megaincendios que afectan al centro-sur de Chile.
Desde su llegada al país el pasado lunes, ha estado más tiempo parado en el aeropuerto Carriel Sur que cumpliendo las labores para las que fue contratado. No obstante, diversos expertos siempre han señalado que debido a lo complejo de su operatividad y de la geografía de las zonas afectadas, este tipo de aeronaves no son las más indicadas para trabajar en estos territorios (así como lo fue también el Supertanker en 2017), apuntando a que el trabajo en suelo (con brigadistas) o de helicópteros es más eficiente.
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Y es que la mentalidad de cierta prensa por buscar soluciones fáciles y presentar imágenes llamativas, busca presentar «balas de plata» a problemas terriblemente complejos como son estos megaincendios.
Sin embargo, ha sido la solidaridad la herramienta más fuerte para hacer frente a la catástrofe forestal. Desde brigadas de vecinos autoconvocados para realizar cortafuegos y apagar focos de incendios, campañas espontáneas de recolección de ayuda a las personas damnificadas haciendo eco del lema «el pueblo ayuda al pueblo», voluntarios de bomberos que viajan desde lejanas regiones para ayudar a sus compatriotas, hasta las brigadas de países que han acudido en ayuda en un momento de urgencia, algunos de estos países, víctimas de la hostilidad editorial de estos medios de comunicación empresariales.
Tal es el caso de Venezuela, que envió una delegación del Cuerpo de Bomberos Forestales que se sumó el día de ayer a los trabajos en La Araucanía, con algunos integrantes que ya habían venido en 2017. Esto a pesar que el actual gobierno le ha dado continuidad a la política de Piñera de calificar al país como una «dictadura» (aún sabiendo que los chilenos conocemos muy bien lo que significa esa palabra) y con el que todavía no normaliza relaciones diplomáticas.
México envió 150 brigadistas forestales que están trabajando en el Biobío desde el lunes, mientras otro grupo de una cantidad similar se sumó al combate al fuego en Chillán el miércoles.
Asimismo, otro país que fue de los primeros en prestar ayuda fue España, que envió un contingente de 50 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), seis expertos en la Lucha contra incendios Forestales (LCIF), 38 militares del Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM I) y un equipo de drones con seis pilotos.
Desde el lunes también fue recibida la ayuda desde Argentina, país que envió 64 brigadistas, 15 camionetas 4×4 con equipamiento, un camión forestal de bomberos y un helicóptero Boeing Chinook de transporte de carga, con 10.000 litros de capacidad.
Lula da Silva señaló que Brasil se compromete el envío de un Lockheed C-130 Hercules equipado para el combate de incendios, así como equipamiento y brigadistas.
En tanto la ayuda desde Colombia llegó este miércoles, consistente en un grupo de bomberos, cuatro unidades policiales para equipo de telecomunicaciones y especialistas de atención médica.
Además, diversos países, han anunciado que prontamente también podrán cooperar para hacer frente a los incendios que azotan a las poblaciones rodeadas de plantaciones forestales, tal es el caso de Portugal, Francia y Ecuador.
A todas esas personas que viajaron desde sus patrias a ayudar al pueblo chileno, así como a los gobiernos que asumieron este gesto solidario, directamente desde el corazón de la zona afectada por la catástrofe forestal en el Biobío, escribiendo en medio de un aire irrespirable por la toxicidad del humo, fraternalmente les quiero decir gracias.