Por: El chancho’ e goma. Fotografía: Camila Lasalle
La Unión Portuaria nace como una respuesta organizada ante las decenas de faltas laborales y abusos que sucedían (y aún suceden de cuando en vez) en los distintos puertos del país, tanto provenientes de las empresas como del Estado. Para combatir ello se tomó como herramienta principal la movilización y la paralización, acciones al margen de la ley debido a que nuestra normativa nacional no las incluye como factibles, pero sí los tratados internacionales y la legitimidad dada por la sociedad misma.
Es así como fuimos emplazando al Estado y empresas nuestras demandas y con las movilizaciones y paros coordinados a nivel nacional (huelgas) estableciendo paridad de poderes al momento de negociar con esas acciones y llegando a un puerto deseado en su mayoría.
Aunque la Unión Portuaria con esos hechos tenía prácticamente solucionados sus problemas laborales y los que no, al menos poseía una herramienta efectiva para seguir en camino de lograr su meta, los demás trabajadores se encontraban a años luz de ello. La baja sindicalización, la atomización, una negociación limitada a la empresa y una huelga que en realidad no era huelga, le hacían imposible lograr lo mismo. Por ello es que nos lanzamos a la lucha de conseguir que los demás nos alcancen, porque sabemos que solos es muy limitado lo que podemos conseguir, casi todo encerrado en nuestra realidad gremial.
Tras la presentación del proyecto de ley el 29 de diciembre del 2014 y percatarnos de lo mediocre de la propuesta gubernamental para una nueva normativa, lo primero fue buscar reunir referentes con demostrada experiencia en lucha efectiva y con resultados relativamente exitosos. Bueno, la verdad no era mucho donde encontrar y que estuvieran al alcance de nosotros. Entre ellos estaba la CTC, las Federaciones Forestales y los sindicatos de construcción y montaje. Fueron varias reuniones que buscaban cerciorar el real compromiso con esta causa y posteriormente la real capacidad de movilización para enfrentarla. Por otro lado, un equipo de especialistas en legislación laboral elaboraba un documento que incluía 74 indicaciones, las cuales serían entregadas a la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, mientras por otro lado se iniciaban movilizaciones que llevaran a ser tomadas en serio.
El 06 de abril se entregaban las indicaciones en sesión de la Comisión de Trabajo y el 21 de abril se realizaba la primera movilización que buscaba la mejora a la Reforma. En ella la fuerza la pusieron los trabajadores portuarios que paralizaron todos los puertos de la Unión y la CTC que paralizó la entrada a las faenas mineras (tal cual ocurre hoy), la verdad que las demás organizaciones sólo lograron movilizarse en marchas y generación de piquetes, pero así y todo se generó algo de revuelo. Tras ello hubo un periodo de 2 meses donde nada se hizo, lastimosamente algunas organizaciones sindicales poseían una fuerte participación de partidos políticos y ello nos jugó en contra, no logramos movilizar las mismas fuerzas hasta el 18 de junio, donde ahora sólo los puertos más los trabajadores forestales se movieron, a ello se sumaron (con lo que podían) sindicatos de menor tamaño o menor experiencia en movilizaciones, ya sea en marchas o piquetes y obtuvimos un fuerte apoyo en marchas de parte de los estudiantes reunidos en la Confech.
En conjunto a todo lo que iba ocurriendo, el mundo político entraba en una fuerte decadencia pública, la presidencia se hundía en las encuestas, como también los bloques de gobierno y oposición. Ese contexto, que podría haber sido favorable, en realidad no lo fue. Al no contar con una base sindical realmente coordinada y organizada más allá de lo netamente gremial o lo relacionado con su empresa, no fue posible atacar cuando el poder político estaba débil, más aún, éste en su desesperación desentendió todo tipo de protesta que le gritaba lo que no quería y seguía porfiadamente con su línea. "Ya no se puede estar peor, y así y todo nos mantenemos a flote" parece que es lo que guía el actuar del poder político y al no contar con una oposición real, organizada y coordinada (conformada por los trabajadores y ciudadanos descontentos) visualizan que pueden seguir gobernando sin oír a las masas desorganizadas. Por lo tanto toda aventura individual de una u otra organización terminará en nada, son golpes que mueven su buque, pero no los hunde. Por lo mismo, sienten que pueden mantenerse en el poder, por lo menos hasta que no haya una real fuerza que les haga peso.
Todo ello ha llevado a un desanimo por parte de la Unión y a entender, ahora no por teoría sino que por la dura realidad, que nada podrá hacer mientras no exista una mínima organización real de trabajadores y trabajadoras, de pobladores y estudiantes que permitan generar reales transformaciones estructurales en la sociedad. Sabemos que las transformaciones estructurales en nuestro sector las podemos hacer y seguiremos en ello, pero también seguiremos procurando contribuir en la organización de los demás trabajadores y trabajadoras en una plataforma coordinada que nos permita hacer frente a quienes detentan el poder hoy y por fin generar cambios profundos en nuestro país. Esa es la razón por la que nos encontramos presentes y seguiremos así, no por el sólo hecho de generar un espacio para conversar y conocernos, sino que para poder crear esta orgánica mayor necesaria para enfrentar y promover demandas estructurales para todos. Esperamos que cada vez más organizaciones se unan y juntos lograr un país mejor, para todos y todas.