Por Fabián Rodríguez Medina *

Sabemos que el actual proceso constituyente, después del acuerdo de la clase política, hecho en la "cocina", a espaldas de la ciudadanía, con un margen de 12 puntos indiscutibles para no dañar fibra alguna al actual modelo, que ese "proceso" ya está dañado desde su nueva génesis, porque aquel acuerdo, y más aún, la comisión de expertos designados, que no representa los legítimos intereses de la ciudadanía chilena, sino más bien al poder de la oligarquía política tradicional (desde el PC hasta la UDI), no deja de ser una enorme falta de respeto a la democracia.

Es un proceso sucio y no democrático. Los parlamentarios y parlamentarias olvidaron rápidamente que no son dignos de crédito ni de confianza, y que la auténtica soberanía no radica en ellos, sino en las bases populares. El historiador Gabriel Salazar lo expresa muy bien en su último libro, cuando afirma que, "los que pretenden manejar un proceso constituyente sin cambiar el orden constitucional anterior, o tienen ceguera histórica de conveniencia, o están confundiendo el proceso constituyente con el proceso legislativo".

Por consiguiente, anular el voto del próximo domingo 7 de mayo es válido y tiene mayor sustancia de legitimidad que el actual proceso, pues, quien decida anular está diciendo que no está de acuerdo con la manera en que se desarrolló el proyecto de una nueva carta fundamental para el país. Es una acción de valentía, de repudio, y de consecuencia con las propias convicciones y orientaciones de militancia política, religiosa y ética, y que trasciende la opinión o el argumento de aquellos que sostienen que así se está dando mayor poder a la derecha, que ya tiene lista su constitución, adornada retórica y lingüísticamente (estado social y democrático, cuidado y conservación de la naturaleza, etcétera).

Es absolutamente válido decir no al fraude y a la cocina constitucional que ya está, arreglada de antemano, y que los consejeros constituyentes no podrán alterar resolutivamente.

* Profesor de filosofía y teología.