[resumen.cl] El debate en torno al valor real de distintas profesiones está instalado en el Reino Unido, donde los ingresos de los más ricos y de los más pobres son, igual que en Chile, extremadamente desiguales. Con la mayoría de los trabajos mejores pagados beneficiando a una bajísima proporción de la población, este artículo de 2009 es un abierto cuestionamiento a los desastres económicos generados por el sector financiero londinense, estimando la cuota de daño social y ambiental causado por la actividad de los ejecutivos financieros. Si bien muchas de las conclusiones y propuestas de este análisis pueden parecer insuficientes para remediar la desigualdad estructural del sistema capitalista, el análisis es útil para derribar los grandes mitos de la «movilidad social» para la clase explotada, mientras que la sobrevaloración de los ingresos de empresarios, tecnócratas o dirigentes políticos se revela en toda su peligrosidad.
En Chile, donde el sistema financiero ha sido impulsado fuertemente después de la reestructuración económica de la dictadura militar y donde se potencia la extracción de materias primas a gran escala, es urgente dirigir la atención hacia las grandes ganancias que perciben los sectores más acomodados y plantearse directamente en que magnitud degradan el ambiente natural y la subsistencia económica de la mayor parte de la población.
Escrito por: Susan Steed y Helen Kersley /neweconomics.org
Traducido por Andrés Fonseca para resumen.cl
El salario importa. Lo que ganas puede determinar tu estilo de vida, donde te será permitido vivir, tus aspiraciones y estatus. ¿Pero hasta que punto aquello que recibimos como salario hace referencia al valor? Más allá de una estrecha noción de productividad ¿Qué impacto tiene nuestro trabajo en el resto de la sociedad? ¿Corresponde la retribución financiera que recibimos por él? Con controversiales bonos de Navidad siendo pagados en bancos rescatados con inyecciones de dinero, creemos que es tiempo de tomar el desafío de responder preguntas cómo estas.
Introducción
Estamos en el despertar de la peor crisis financiera del siglo. Pero esta Navidad muchos empleados bien pagados de los bancos londinenses que están creando esta crisis serán recompensados con bonos extraordinarios. Esto ocurre en momentos en que la desigualdad de salarios se mantiene porfiadamente alta, debido en gran medida al incremento en la concentración de aquellos que ganan mucho y aquellos ganan poco dentro del sistema económico.
La controversia sobre los bonos de los banqueros de la City* levanta preguntas fundamentales no sólo acerca de la remuneración de los ejecutivos senior y los funcionarios públicos sino que también acerca del valor relativo del trabajo de cada uno dentro de la sociedad. ¿Cómo deberíamos evaluar la amplia contribución que nuestro trabajo genera?
En este reporte, NEF (Fundación Nueva Economía -por sus siglas en inglés-) se aproxima desde una nueva óptica al tema del valor del trabajo. Vamos más allá de las diferencias entre el pago que perciben las distintas profesiones y observamos lo que ellas contribuyen a la sociedad. Utilizamos algunos de los principios y técnicas de valoración del análisis de "Retorno Social de la Inversión" (1) para cuantificar el valor social, medioambiental y económico que estas ocupaciones producen o, en algunos casos, socavan.
Nuestro reporte relata la historia de seis trabajos diferentes. Hemos seleccionado estos trabajos tanto del sector público y como del privado, eligiendo deliberadamente aquellos empleos que mejor ilustran el problema. Tres son mal remunerados: auxiliar de aseo de hospital, trabajador de planta de reciclaje y cuidador de niños. Los otros son muy bien pagados: un banquero de la City de Londres, un ejecutivo publicitario y un contador tributario. Advertimos que nuestra motivación para seleccionar estos empleos es creada por las instituciones y el sistema en el que estamos inmersos. No es nuestra intención por lo tanto, estigmatizar a aquellos individuos que desempeñan estos trabajos, sino más bien examinar esas profesiones en sí.
¿Por qué la desigualdad de salarios importa?
En el Reino Unido vivimos en una sociedad de extremos. Los ingresos de los más ricos y de los más pobres continúan distanciándose los unos de los otros. Esto está influenciado por muchos factores pero la desigualdad de salarios es el factor medular. Es una cuestión corrosiva, desestabilizadora, que se relaciona con una serie de problemas sociales. Afecta desproporcionadamente a algunos grupos -particularmente a las mujeres, quienes predominan en el trabajo mal pagado (y no pagado)-. Los últimos trabajos en la escala salarial son a menudo aquellos que se encuentran en los socialmente más valorables -profesiones que mantienen a nuestras comunidades y familias unidas-. El mercado no recompensa bien este tipo de trabajo y, en consecuencia, estos trabajos son subvalorados o mal mirados.
¿Por qué un salario mínimo no es suficiente?
La idea de un salario de subsistencia se remonta a los primeros economistas clásicos. Todavía hoy fijamos pisos salariales para garantizar que hay un mínimo bajo el cual los empleadores no tienen permitido contratar. De todas formas, por lo general estos mínimos son fijados demasiado bajos. El salario mínimo del Reino Unido no está indexado a los salarios promedio, lo que significa que se desliza detrás de los niveles de salario del resto de la economía. El impacto de la globalización ha empeorado el asunto, contribuyendo a una creciente especialización de la fuerza de trabajo que antaño se veía bien pagada, a que empleos de mediana calificación sean reemplazados por empleos de baja calificación y al aumento de trabajos del sector servicios con pocas opciones de desarrollo de carrera laboral.
¿Y por qué requerimos un tope máximo?
Las bajas remuneraciones son sólo un aspecto de la cuestión. No hay mucha voluntad política para reparar en salarios altos y la sola idea de fijar un tope en las remuneraciones de altos ejecutivos ha fallado en lograr una posibilidad seria. Una razón por la que el salario mínimo se ha convertido en la norma es porque ha sido aceptado que los empleadores pueden fijar salarios. Al mismo tiempo, en algunos sectores, ciertas habilidades profesionales o la explotación del poder monopólico ha permitido a unos pocos capturar altos niveles de remuneración. Sectores como el financiero son conocidos por sus salarios exorbitantes y jugosos bonos, en tanto que los comités de remuneraciones se autorregulan y la contabilidad hacia los accionistas es casi siempre débil.
Del valor de la plusvalía al valor social
Las tempranas teorías del valor no atendieron a la medida en la cual la producción y el intercambio de bienes y servicios pueden tener un amplio impacto en la sociedad que no es reflejado en los costos de producción. Estas "externalidades" son a menudo remotas y difíciles de ver, pero eso no significa que ellas no sean reales o que no afecten a gente real -ya sea ahora o en el futuro-.
Por el hecho de que los costos sociales y medioambientales no están apropiadamente cuantificados, el mercado tiene a generar una sobreoferta que puede tener un impacto ambiental o social significativamente negativo -como son los bienes de consumo baratos y los complejos productos financieros-. En el mismo sentido sub-remuneramos trabajo que posee un alto valor social, creando muchos puestos de trabajo vacantes en nuestros más importantes servicios públicos como enfermería y asistencia social. Para hacer de la creación de valor social un importante objetivo para la sociedad debemos fijar los incentivos apropiados para maximizar los beneficios de la red social, asegurar un mayor retorno para el trabajo antes que para el capital y distribuir de manera más igualitaria los recursos económicos entre los trabajadores.
Una mirada más cercana a seis profesiones.
Hemos probado nuestra teoría observando más de cerca una muestra de empleos con altas remuneraciones, y otros mal remunerados. Nos encontramos con que la mayoría de los trabajos mejores pagados nos benefician menos, y algunos de los peor pagados nos benefician más. Aunque esta tesis no siempre se sostiene, apunta a una masiva falla en el sistema y subraya la necesidad de una reforma.
Los banqueros con grandes liquidaciones de sueldo en la City de Londres son de la gente mejor remunerada en nuestro sistema económico. Pero las remuneraciones que ellos lideran y los beneficios que generan, se consiguen a un altísimo costo si consideramos los efectos socialmente dañinos de las actividades financieras de la City de Londres. Descubrimos que antes que estar en frente de "creadores de riqueza", estos banqueros de la City son generosamente recompensados por llevar el sistema financiero global al borde del colapso. Mientras obtienen recaudaciones entre 500.000 y 10 millones de libras, los banqueros de alto nivel destruyen 7 libras de valor social por cada libra que ganan.
Tanto para las familias como para la sociedad entera, no hay nada más importante que el cuidado de los niños. Así como proveen de un importante servicio a las familias, los trabajadores a cargo del cuidado de los niños liberan un potencial de ganancia al permitir a los padres continuar trabajando. También aportan al beneficio social en la forma de oportunidades educativas que los niños y niñas adquieren fuera de casa. Por cada libra que se les paga, los trabajadores al cuidado de los niños generan entre 7 y 9,50 libras de valor en beneficios para la sociedad.
Aunque el cargo de un ejecutivo publicitario tiene una alta valoración social, su impacto en la industria siempre ha sido un punto de controversia. Fortalecen conductas como el consumismo y el endeudamiento. Pueden crear aspiraciones insaciables, alimentando sentimientos de insatisfacción, escasez y estrés. En nuestro modelo de análisis económico estimamos la cuota de daño social y medioambiental causado por el sobreconsumo que es atribuible a la publicidad. Por un salario entre 50.000 y 12 millones de libras, los altos ejecutivos publicitarios destruyen 11 libras de valor por cada libra que generan.
Los auxiliares de aseo de los hospitales juegan un rol vital en la labor de los servicios de salud. No sólo limpian los hospitales y colaboran en mantener estándares de higiene para protegernos contra las infecciones, sino que además contribuyen en un espectro más amplio de servicios sanitarios. La importancia de estos auxiliares de aseo es casi siempre subestimada y subvalorada en la forma en que son remunerados y tratados. Nosotros estimamos, no obstante, que por cada libra con la que se les remunera, se generan más de 10 libras de valor social.
Determinar el monto preciso a destinar para el pago de impuestos es un trabajo que requiere conocimientos específicos y a menudo demanda asesoría profesional. Sin embargo, algunos contadores tributarios muy bien remunerados se dedican solamente a asesorar a individuos ricos y empresas para que paguen menos impuestos. Consideramos que los beneficios positivos que estas actividades generan para la sociedad son ínfimos. Por el contrario, cada libra que es "evadida" en conceptos de impuestos es una libra que podría haberse destinado a las arcas fiscales. En nuestro modelo atendemos a como esta ingreso fiscal perdido podría haber sido gastado en algo mejor.
Los trabajadores de reciclaje de deshechos se desempeñan en un amplio rango de actividades que se relacionan con el procesamiento y prevención de desechos y con la promoción del reciclaje. Las emisiones de carbón son significativamente reducidas con los bienes son reciclados en vez de ser enviados a la incineradora o al vertedero. También hay un valor en reutilizar bienes y hemos incluido este elemento en nuestro modelo. Nuestro modelo proyecta que por cada libra de valor destinada a salarios, se generan 12 libras de valor.
Los mitos de la remuneración y el valor
Este reporte sale a echar por tierra algunos mitos acerca de la remuneración y el valor. Entre ellos -y ese es el centro de esta investigación- poner evidencia que no existe una relación directa entre altas recompensas financieras y un impacto social beneficioso. Esto no es solamente un ejercicio intelectual; tiene grandes implicancias en el modo en el que nuestra sociedad y economía se estructuran. Los incentivos financieros son muy poderosos y tendemos a regarlos sobre algunas de las profesiones que son social y ambientalmente más costosas. Esto promueve conductas no deseables y debilita las actividades positivas.
Mito 1: La City de Londres es esencial para la economía
Que todos tengan acceso al mundo financiero es vital para el funcionamiento de la economía del Reino Unido. Sin embargo la City de Londres prioriza por una agresiva búsqueda de ganancias. Esto ha abultado la peor crisis financiera del siglo en todos los ámbitos de la economía. Incluso aquellos que son cercanos a la City se muestran cada vez más escépticos acerca de su verdadero valor para la economía del Reino Unido. En el mejor de los casos se estima que contribuye un 3% en valor al año en comparación al 12,5% que aporta el sector manufacturero.
Mito 2: Los trabajos con salarios bajos crean una una escalera para que la gente pueda ascender -las oportunidades para salir adelante están abiertas para todos-
El nivel de desigualdad de ingresos en el Reino Unido implica que aquellos que ganan más puedan proteger su posición social y la de sus hijos comprando educación, patrimonio y otras ventajas.
La escalera para ascender socialmente que podría ofrecer un ingreso bajo es eliminada en la práctica. La única manera de mejorar la igualdad de oportunidades e ingresos es, en primer lugar, acortar la escalera.
Mito 3: Las diferencias salariales no importan mientras erradiquemos la pobreza
Por supuesto que la pobreza importa. Pero cada vez en mayor grado, no es el nivel de pobreza absoluta por si sola, sino que las diferencias entre las personas lo que contribuye a problemas sociales como criminalidad, salud enfermiza, rendimiento educacional pobre y adicciones. Demasiado enfocados en mejorar la situación de ese grupo que percibe ingresos extremadamente bajos, hemos olvidado las desigualdades que sustentan lo que se ha convertido en una sociedad dos estratos.
Mito 4: Necesitamos pagar salarios altos para atraer y retener el talento en el Reino Unido
Nuestros estudios de caso revelan que altos salarios no necesariamente reflejan talento. Incluso si lo hicieran, no tenemos la certeza de que los mejores y más brillantes estén preparados para desarraigar a sus familias y atravesar el mundo por salarios más altos. La evidencia sugiere que aquellos países más igualitarios se las arreglan para retener su cuota adecuada de innovación y capital cultural.
Mito 5: Los empleados de trabajos con remuneraciones altas trabajan más duro
La gente que se encuentra al fondo de la escala de distribución de ingresos gasta más tiempo en responsabilidades y cuidados domésticos que sus contrapartes de elevados salarios. Ellos también suelen tener más de un empleo porque para muchos esta es la única forma de salir de la pobreza. Cuando tomamos esta realidad en cuenta, queda claro que aquellos que son peor pagados trabajan tanto (o incluso más) que los que ganan mejor.
Mito 6: El sector privado es más eficiente que el sector público
El trabajo barato no es necesariamente un trabajo eficaz. El mito de que el sector privado es más eficiente ha motivado un incremento en la licitación de los servicios públicos a contratistas privados y ha sido utilizado con la justificación de menores costos (y menores salarios). Sin embargo, los costos bajos en no pocas ocasiones se obtienen a costa de disminución de la calidad del servicio, sugiriendo que salarios más altos pueden, en efecto, lograr más eficiencia.
Mito 7: Si cobramos impuestos a los ricos, ellos tomaran su dinero y se irán de aquí
Intuitivamente entendemos que las decisiones para emigrar son lejos más complejas que la cantidad de dinero que gana la gente. Depende de una multitud de factores -no sólo circunstancias financieras, sino familiaridad cultural, ambiente, cercanía con amigos y parientes, y la calidad de los servicios públicos-.
Mito 8: Los ricos contribuyen más a la sociedad
Los ricos pagan proporcionalmente menos impuestos que los pobres y muchos de nuestros sistemas tributarios como el "council tax" y el "VAT" son altamente regresivos. En términos relativos, los ricos incluso destinan menos dinero que los pobres a donaciones de caridad.
Mito 9: Algunos trabajos generan más satisfacción por lo que requieren menos paga
La satisfacción laboral está relacionada a varios factores. Autonomía, control en el lugar de trabajo, ingresos y estatus, todo contribuye a crear un sentido de satisfacción y realización en el trabajo. Si los altos salarios en parte intentan compensar riesgos, estrés y horarios extenuantes, entonces esperaríamos que los trabajos peligrosos fueran mejor remunerados. La pesca es el trabajo más peligroso en Gran Bretaña, junto con los operarios de altura y andamios que también se posicionan arriba en la lista de riesgos, y los recolectores de desechos para reciclaje se instalan en el lugar número 18. No obstante, en ninguno de estos rubros encontramos empleados de oficina con altos salarios.
Mito 10: La paga siempre recompensa una potencial rentabilidad subyacente.
Cada vez se vuelve más evidente que sólo hay una débil relación entre el salario y el desempeño ejecutivo. En el 2008, por ejemplo, las principales compañías del Reino Unido perdieron cerca de un tercio de su valor mientras que los gerentes de estas empresas disfrutaron de un salto de un 10% en sus sueldos base. Estudios empíricos han demostrado que los arreglos salariales están orientados a servir los intereses financieros de los managers y no de los socios accionistas.
Conclusiones.
Este reporte no pretende estigmatizar a los individuos que ganan los sueldos altos que investigamos. Tampoco es la simple sugerencia de que se les pague más a aquellos que perciben remuneraciones bajas. El punto que queremos destacar es más complejo: que debería haber una relación entre lo que se remunera y el valor que nuestro trabajo genera para la sociedad.
Necesitamos superar cuestiones estructurales profundas para actuar en las implicancias de este reporte. Muchas de ellas fueron recientemente puntualizadas en el reporte NEF "La Gran Transición", el que grafica el cambio desde nuestro sistema basado en una economía del crecimiento hacia uno más sostenible y equitativo (2). Hay demasiado en juego: sin las revisiones y balances apropiados nuestro sistema económico podría oprimir aquellos aspectos de la vida que las personas más valoramos. Necesitamos urgentemente ajustar los incentivos con el valor social y ambiental que es generado por la fuerza de trabajo.
Algunas recomendaciones de política social.
1) Terminar con el silencio político frente al tema de los altos sueldos.
En ocasiones anteriores NEF ha propuesto un salario máximo diferenciado nacional. Esta propuesta ha tenido eco en empresas como Compass y otras que han llamado a conformar una Comisión de Altos Sueldos. Su trabajo sería examinar cual sería la diferenciación más apropiada. La Marina Real, por ejemplo, tiene -de facto- un diferencial de ocho, mientras que algunas empresas japonesas se han impuesto voluntariamente proporcionales de remuneración que limitan el espacio que hay entre los salarios más altos y más bajos. La determinación de estos múltiplos debería estar apoyada por el concepto de creación de valor social.
2) Aprender de los éxitos de la Ley anti-discriminación.
Explorar la posibilidad de discriminar positivamente a la gente que proviene de sectores de bajos ingresos para así nivelar la cancha en el acceso a profesiones mejor pagadas.
3) Insertar el valor social y ambiental dentro de los precios.
Mientras no se reflejen los costos reales y utilidades de la producción de bienes y servicios, los incentivos estarán desajustados con los tipos de conducta positiva que la sociedad quiere promover. Calcular los precios correctos podría afectar la utilidad relativa y por ende podría ajustar que salarios deberían ser pagados con el valor que es creado. El consumo y el impuesto a las corporaciones son dos caminos para hacer esto, sin embargo deben ser aplicados de manera progresiva.
4) Introducir más carga tributaria de manera progresiva.
Los acomodados no pagan su justa cuota de impuestos y los súper ricos puede que incluso no paguen nada en lo absoluto. La redistribución, particularmente la de activos y tierra, es un modo efectivo tanto como para aminorar desigualdad como para recompensar los empleos que el mercado olvida. Eliminar las lagunas tributarias podría ser también un buen comienzo.
5) Lanzar una política verde industrial.
Tenemos una oportunidad sin precedentes de conseguir progresos en temas ambientales a la vez que reparamos la desigualdad de ingresos. Ha llegado la hora de una nueva política industrial, creando empleos verdes que reemplacen esos trabajos de salarios medios y semi-calificados que la industria manufacturera ha ido eliminando.
6) Fortalecer nuevas formas de propiedad.
Sociedades constructoras de propiedad mutual, cooperativas y fideicomisos de tierras son todos modelos en los cuales la propiedad toma una forma más colectiva y las utilidades compartidas se hacen más.
7) Reformar radicalmente el rol de la City.
Es el momento de devolver las finanzas a su rol de sirviente, no ama de la economía. En vez de una cultura monolítica de mega-bancos considerados demasiado grandes como para fallar y garantes solamente de las exigencias de accionistas privados, necesitamos un abanico de diferentes instituciones financieras que se enfoquen en la creación de valor social. Iniciativas como un impuesto a la transacción financiera también podría reducir los efectos dañinos de la especulación.
8) Invertir en cuidado infantil universal y permiso parental pagado.
El cuidado de los niños en el Reino Unido a menudo refleja y refuerza las divisiones socio-económicas y de género. Lograr un cuidado de calidad y asequible para todos y que dé a los padres -particularmente a las mujeres- una mejor opción al retornar al trabajo y proveer a los niños con más igualdad de oportunidades. Extendiendo el permiso parental, especialmente a los padres, estaríamos realizando una inversión a largo plazo en el desarrollo positivo de los niños para el beneficio de la sociedad (3). Estos cuidados podrían cumplirse totalmente mediante la utilización del dinero perdido en la evasión de impuestos por parte de los ricos. Esta inversión con valor podría incrementar además la igualdad de género mejorando las opciones profesionales para las mujeres.
Notas.
1 Social Return on Investment (SROI) is an analytic tool for measuring and accounting for a much broader concept of value. It incorporates social, environmental and economic costs and benefits into decision making, providing a fuller picture of how value is created or destroyed. For more information visit: http://www.neweconomics.org/publications/a-guide-to-social-return-on-investment
2 Spratt S, Simms A, Neitzert E and Ryan-Collins J (2009) The Great Transition (London: nef).
3 Aked J Steuer N, Lawlor, E and Spratt S (2009) Backing the Future: Why investing in children is good for us all (London: nef), available athttp://www.neweconomics.org/publications/backing-future
* La City de Londres es el barrio financiero de la capital inglesa.
Fotografía: thesun.co.uk