Graves episodios de persecución está siendo víctima el periodista neerlandés Boris van der Spek, corresponsal en Chile de diversos medios de comunicación internacionales, por haber realizado una entrevista a Héctor Llaitul: visitas de la PDI a la familia de su pareja, retención de pasaporte y otra serie de irregularidades.
Por Alejandro Baeza
Boris van der Spek es corresponsal en Chile para el medio NRC y Trouw de Países Bajos, Business Insider de Estados Unidos y Chile Today, entre otras. Fue para este último medio en que en julio pasado realizó una entrevista a Héctor Llaitul, la que ha sido tomada por la prensa nacional para tergiversar su trabajo y fue utilizada en la audiencia de formalización de este jueves 26 de agosto.
No obstante, lo más grave ha sido la inaceptable persecución que ha sido víctima tanto el periodista como su círculo por parte de la Policía de Investigaciones. En un comunicado van der Spek, realizando una visita a la casa de su novia en Chile buscándolo mientras él se encontraba en Países Bajos, luego, que al llegar a de vuelta al país, en el aeropuerto de Santiago la PDI, le retuvieron el pasaporte sin dar explicaciones, comunicando luego que será requerido su testimonio sin haber recibido ninguna citación formal a declarar.
Esta actitud de agentes policiales de perseguir a periodistas extranjeros de Chile, como los vascos Ibán Gartzía y Asel Luzarraga o el catalán Marc Serra Torrent, expulsados del país acusándolos de vínculos con movimientos mapuches.
También puedes leer | Marc Serra Torrent, periodista catalán: "Fui expulsado de Chile por cubrir movimiento mapuche"
Consultado por RESUMEN por el actuar de la PDI, Boris van der Spek señaló que las acciones de la policía civil «podrían explicarse como intimidación» agregando que «Yo expliqué mi trabajo en Twitter, ya subí todas los videos a las redes sociales y podrían haberse puesto en contacto conmigo llamándome o enviándome un correo. Soy un periodista acreditado, tienen mis datos. ¿Por qué estas visitas a domicilio? Además ¿por qué me mencionan en sus investigaciones y se niegan a decirme directamente por qué me han buscado?».
En cuanto a si cree que el Estado de Chile y sus instituciones respeta la libertad de prensa, comentó que «que todavía hay terreno que ganar en lo que respecta a la mejora de la libertad de prensa. El gobierno anterior interfería en los medios, teléfonos de los periodistas están intervenidos y periodistas son intimidados. No es normal en democracia».
Al preguntarle sobre su opinión que él como profesional esté siendo utilizado en una audiencia de formalización, el corresponsal comentó «Creo que no debemos normalizarlo. Utilizar una producción periodística de este tipo para una investigación criminal cruza una línea, sobre todo si se cumplen las normas periodísticas. Pero he recibido mucho apoyo. Sin embargo, todavía no he escuchado nada del juez ni de la PDI».
Finalmente, en lo referido a la tergiversación de su trabajo en la prensa, indicó que «creo que los grandes medios tradicionales no están interesados en mapuches que no participen en el sistema chileno. Esto tiene varias razones: en primer lugar, los propietarios de estos grandes medios forman parte de la élite estatal que posee grandes extensiones de tierra en el sur, a menudo con empresas forestales. Ven a los movimientos radicales mapuches como enemigos, y harán todo lo posible por mantener esa imagen. Los ataques incendiarios a la maquinaria reciben toda la cobertura, los asaltos a comunas mapuches no aparecen en las noticias. También es una falta de conocimiento: en estos medios tradicionales, apenas leo reportajes equilibrados sobre lo que ocurre en el sur. Y una tercera razón es el clickbait: los dichos provocativos de Llaitul consiguen tráfico en su página web».
«Creo que el gobierno debe hacer todo lo posible para proteger la libertad de expresión y la libertad de prensa» concluyó.