Gloria Sepúlveda Villa / resumen.cl
En 1983 Soledad Bianchi esta exiliada en París, junto a su esposo, el artista Guillermo Núñez. Ella se había desempeñado como docente en la Universidad de Chile y mientras estuvo en el extranjero trabajó para visibilizar la cultura chilena, específicamente, desde el ámbito de la literatura y la poesía. El trabajo de investigación de Soledad Bianchi es fundamental para aproximarnos la poesía chilena de la segunda mitad del siglo XX y junto a otras investigadoras se caracteriza por su gesto solidario de dar a conocer la poesía chilena con profundidad. Gracias al Instituto para el Nuevo Chile que operaba en Rotterdam, Holanda, Soledad pudo financiar la publicación de una antología ENTRE LA LLUVIA Y EL ARCOIRIS: ALGUNOS J"VENES POETAS CHILENOS en 1983. En una entrevista concedida al escritor Álvaro Bisama (disponible en el canal youtube del Centro para las Humanidades de la UDP) Bianchi comenta detalles de esta publicación, por ejemplo, que debido a las condiciones de comunicación de la época había que atenerse a la espera, que la correspondencia no se extraviara. O que muchas veces, los escritores no tenían recursos para enviarle sus trabajos debido a que era muy costoso. Afortunadamente, la Biblioteca Nacional Digital cuenta con una versión para leer en línea, por lo que es un texto de acceso público en http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/visor/BND:9420. Este libro es un testimonio de la generación de poetas post- golpe militar.
Bianchi reúne a diecisiete poetas, algunos residentes y otros exiliados entre los que aparecen Eduardo Parra, Gonzalo Millán, Javier Campos, Raúl Zurita, Roberto Bolaño, Mauricio Redolés, Erick Polhammer, José María Memet, Bruno Montané, entre otros, y hacia el final, Bárbara Délano que a esa fecha contaba 22 años. La busco. Una fotografía muestra a una mujer muy hermosa de una mirada muy azul. Bárbara fue hija de los escritores María Luisa Azócar y Poli Délano. En la presentación de ENTRE LA LLUVIA Y EL ARCOIRIS señala que nunca ha preparado una biografía para un lector y que escribe desde la primaria, poemas de niña de primaria y luego "poesías típicas de una niña que estudia en un liceo" (1983, p. 269), su anhelo es seguir escribiendo y montar un estudio de fotografía, habla de ser independiente.
Hasta ese momento cuenta con una publicación artesanal y poemas en diversas publicaciones colectivas. Comenta, también, su admiración por Vallejo y Elliot. Cierra escribiendo que: "El resto son lugares comunes; creo que la poesía debe salir a la calle y que algún día, como dijo nuestro Conde de Lautreamont -La poesía será hecha por todos" (p. 270).
En esa antología, Délano incluye una serie de poemas titulados Fotografías II, III, IV y V (más uno sobre el paisaje de otoño en Santiago) los que cierra con los inquietantes versos que siguen: "Allí estás tú/magia estática/que congeló los cuerpos/Este es el baile de los muertos/Aquí estamos tú y yo. /Solos. / Mirando al vacío" (p. 283).
Pasaron algunos años y Bárbara, que siempre fue muy buena estudiante, se convirtió en socióloga y continuó escribiendo. Junto a Rosalba Tadaro publican ASEDIO SEXUAL EN EL TRABAJO, propuesta de investigación que pone al descubierto un drama tabú para la época. En octubre de 1996 en un viaje desde Lima en dirección a Santiago, el que sería una sorpresa familiar, se transforma en honda pena cuando el avión de Bárbara cae con 70 pasajeros en el Océano Pacífico. Carolina Melys escribe que el cuerpo de Bárbara jamás fue recuperado. Carolina recalca el valor de género, poético y político presente en la poesía de Délano: "Va a caer" / gritó un joven azotándonos La Nación/ en el rostro/ "Va a caer"/ gritaba /Y cayó y tuvimos que marchar/ como macharon los judíos" (p. 18). Y si el relato aguante el cruce, así como cuarenta años vagaron en el desierto, treinta años vagó el pueblo de Chile por el desierto de la Transición, hasta abrirse camino, aunque sabemos la violencia continua. En 1997, de forma póstuma, aparece PLAYAS DE FUEGO, libro curado por Teresa Calderón y María Luz Moraga. En 2017, Alquimia Ediciones publica una segunda versión que incluye posfacios de Carolina Melys, Camilo Brodsky y Malú Urriola.
Es un libro que enlaza temas como la juventud, la amistad y la muerte: "éramos jóvenes/ lo sé/tenía el cabello despeinado/ y el mar de pronto fue una bóveda/encerrando todos los secretos/todas las visiones" (p. 11). Pero, por sobre todo el mar, la violencia de la naturaleza está contenida en las imágenes de una memoria que se cruza con el estado de las cosas cuando ya no habitamos este plano en el que todo parece real y la muerte una posibilidad lejana. A través de la poesía se abre la vida y la escritura es su mapa: "(Toda vida es la historia de una traición)" (p. 32). También aparece un simbolismo tras la imagen de la Rueda de la Fortuna, que en su acepción del Tarot representa la dinámica entre la fortuna y la desdicha: "Los niños desarman la Rueda de la Fortuna" (p. 13). La acepción más antigua nos remite al mito de la diosa Tyche o a los preceptos del Dharma budista. Los cruces entre experiencia vital y poesía enaltecen la palabra poética de Bárbara Délano cuyo fuego resplandece en el mar, en el azul profundo de sus ojos hablándonos desde las aguas: "He ascendido por el camino hacia el mar/ donde vivían mis antepasados" (p. 44).
Para leer acerca de Bárbara Délano
https://letralia.com/ciudad/fernandezhall/070203.htm