Por Flavio Araneda Hidalgo / resumen.cl
El próximo 17 y 18 de octubre el Gobierno dará inicio al cuestionado proceso de evaluación SIMCE, a todos los y las estudiantes del país que estén cursando Segundo Año de Enseñanza Media. Luego el 23 y 24 del presente mes será el turno de los 6to básico, para finalizar el 6 y 7 de noviembre con aquellos estudiantes que estén cursando 4to básico. Varias organizaciones han llamado a no participar de una evaluación que es de tipo cuantitativa y estandarizada y de cuyos resultados dependen en parte los establecimientos de educación para la obtención de recursos.
La Comunidad Escuelas para la Justicia Social organizó una campaña donde invita a docentes, estudiantes, apoderadas y apoderados a participar en la campaña "Aprendemos Mejor sin el SIMCE". "Esta campaña se fundamenta en los efectos dañinos en la enseñanza y el aprendizaje que está provocando el dispositivo SIMCE. Los efectos más notorios son el estrechamiento/empobrecimiento de la enseñanza y el aprendizaje, la intoxicación de las emociones en los establecimientos producto de una cadena de presiones para lograr metas SIMCE" afirmó Miguel Stuardo, encargado de dinamizar la campaña.
En conversación con Resumen, el académico explicó que "se ha engañado sistemáticamente a la opinión pública levantando el mito desde los medios de comunicación, mediante la publicación de rankings y tablas de colegios y liceos sin información contextual por largo tiempo, de que los colegios o liceos buenos son los que sacan alto puntaje SIMCE. Pero se sabe que el puntaje SIMCE esconde información y por sí solo no aporta información útil para mejorar. La PSU también genera efectos similares en el nivel de enseñanza media"
– ¿Cuáles son los efectos nocivos en los estudiantes que produce el SIMCE?
«El problema comienza en las presiones oficiales para subir puntajes que han diseñado los policy makers chilenos. Estas presiones motivan prácticas como entrenamiento para la prueba, disminución de horas de asignaturas no medidas y aumento de horas de las asignaturas medidas con el perjuicio a la formación integral y el bienestar de estudiantes
Pero también hay otros efectos a nivel de sistema que contribuyen a conservar y certificar las diferencias sociales sin necesidad de hacer, como por ejemplo, se usa el SIMCE para construir desigualdades innecesarias en salarios. Se desperdician recursos destinados a la mejora escolar en prácticas de empobrecimiento y estrechamiento de aprendizajes.»
¿Qué tipo de evaluación proponen desde CEJS?
"Hay propuestas de evaluación alternativas centradas en la mejora y que no requieren la medición. Se basan en el diálogo entre docente, estudiante y familia. En el diálogo entre el establecimiento educativo y la comunidad que le rodea. Son procesos de evaluación más profundos y pertinentes. En este tipo de evaluación dialógica el proceso mismo es también un momento de aprendizaje y no se hace énfasis en diferenciar ni en etiquetar a establecimiento y escuelas, sino en comprender las fortalezas, las debilidades, valorar procesos, formas de pensar, valorar los avances considerando no solo el aprendizaje como resultado de una prueba de papel y lápiz, sino como algo más profundo. Una evaluación basada en la relación de afecto entre los participantes"
¿Y qué propone el SIMCE en este sentido?
"Totalmente lo opuesto, con la despersonalización, el reduccionismo numérico y la crueldad del etiquetado del sistema de medición actual. El problema bien de fondo es que Chile quiere un sistema educativo escolar low cost. Con salas hacinadas, financiadas por asistencia y no mediante costos fijos. Es más barato medir con pruebas masivas, pero muchos y muchas estudiantes y docentes están descontentos, o abandonan el sistema porque no se está respondiendo a las necesidades de profesionales ni estudiantes. Se trata a estudiantes como objetos de una línea de producción o fábrica de puntajes. Sabemos que a largo plazo lo barato sale caro. Las propuestas de evaluación justas centradas en la mejora, en el diálogo evaluativo, sensibles al aprendizaje profundo y diverso, existen y se pueden aplicar, pero la política educativa limita su uso al obligar y presionar en relación a números SIMCE"
¿Qué cambios significativos ha realizado la Comisión de Revisión del SIMCE?
"La Comisión de Revisión del SIMCE de 2014 hizo cambios para que nada cambie. La presión de los movimientos de académicos-profesionales-estudiantes y familias como Alto al SIMCE obligó al Estado a pensar en los graves problemas que la medición educativa está causando. Sin embargo, las redes político-académicas pro-SIMCE saben cómo apagar movimientos sociales sin hacer cambios significativos. Este es el caso de la Comisión Revisora del SIMCE 2014. Eliminó pruebas por ejemplo, pero no modificó ni una coma del sistema de presiones a los establecimientos que es la raíz del problema que motiva a los establecimientos, sostenedores y directivos a participar del problema y no de la solución. Esto a raíz que en la Comisión Revisora del SIMCE de 2014 solo participaron académicos y académicas conservadores pro-SIMCE y pro-estandarización de aprendizajes y personas, gran parte defensores radicales de la medición educativa y de la mejora escolar bajo presión. No se invitó a nadie implicado del movimiento Alto Al SIMCE a ser parte de la comisión y fue presidida por una académica que ha dedicado toda su vida a la medición educativa"
¿Cuál es la participación y responsabilidad de la Agencia de Calidad del SIMCE?
"La Agencia de Calidad debería llamarse en realidad la Agencia del SIMCE. Sería más sincero. En lo que más gasta presupuesto es en marketing, en ir a radios y medios. La Agencia de Calidad es parte del fracaso del Sistema de Aseguramiento de La Calidad. A casi seis años de la implementación, las cifras nacionales en las pruebas son escandalosas. La mejora nacional total en lectura es de 0,20 puntos SIMCE y la mejora total en matemáticas es de 0 puntos SIMCE, calculado para el periodo de mediciones comprendido entre 2012 y 2016. El impacto del costoso Sistema de Aseguramiento de la Calidad (SAC) es cercano a cero. Si consideramos el periodo entre 2012 y los nuevos resultados 2017, la mejora es ridícula considerando el costo del SAC: 2,67 puntos SIMCE en Lectura y 1,33 puntos SIMCE en matemáticas. Periodos en que el SAC no existía, como el año 2010, se consiguieron puntajes similares en Lectura. Si aplicáramos la misma lógica errónea que aplican a los establecimientos ya deberíamos haber cerrado la Agencia de Calidad y despedido a todos sus empleados por no subir el obsoleto indicador del puntaje SIMCE de Chile".
Stuardo concluyó que la Agencia de Calidad de La Educación ha tomado el rol de proteger el instrumento de medición y hacer propaganda para validarse, pero no ha investigado estos efectos dañinos asociados a las malas ideas que usan los puntajes SIMCE. "¿Por qué la Agencia no los investiga seriamente? Ya quisiéramos todos que fuese así de fácil, pero no puede mejorarse la cualidad de los aprendizajes poniendo como meta y finalidad los puntajes generados por una tecnología de medición obsoleta y reduccionista como el SIMCE. Pero lamentablemente, hay una red política-académica que hace carrera académica y profesional en torno a la medición y los datos que genera. No es fácil para ellos y ellas cuestionar su propio negocio".