Lo que sabemos hasta ahora: el coronavirus puede transportarse por aire y se deben mantener medidas de protección

[resumen.cl] Las principales medidas que todos los países han instaurado para evitar el contagio de la infección COVID-19 están relacionadas con la protección contra grandes gotas respiratorias, el contacto directo entre personas y con superficies contaminadas. Sin embargo, las pequeñas gotitas que puedan cargar virus con capacidad infectante y que puedan viajar varias decenas de metros en el aire y mantenerse flotando hasta por varias horas en espacios mal ventilados no ha sido suficientemente considerada. Para ello sería necesario rediseñar una serie de actividades sociales y económicas, además de incluir la protección del rostro y los ojos de las personas, en conjunto con el uso de mascarillas.

 

Desde el inicio de la pandemia, las medidas anunciadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluían únicamente el lavado de manos y el distanciamiento entre personas a solo un par de metros. Esto para frenar la transmisión por toser, estornudar y exhalar gotitas cerca de otra persona al hablar o cantar, desestimando la transmisión a una distancia mayor a unos metros.

La OMS había anunciado las 3 principales vías de contagio: 1) por la inhalación de gotitas cargadas con el virus, 2) por el contacto cercano con personas infectadas y 3) por el contacto con superficies contaminadas con el virus

Sin embargo, la transmisión por aerosol, es decir por partículas sólidas o líquidas suspendidas en un gas flotando en el aire, había sido sugerida como una forma adicional de contagio a través de observaciones clínicas en espacios confinados.

Ahora hay mayor evidencia de que el coronavirus SARS-CoV-2 puede mantenerse flotando en el aire por varios minutos e incluso hasta 3 horas en cualquier ambiente que tenga un escaso flujo de aire (poco ventilado) y que en el aire seco, las pequeñas gotitas avanzan a una distancia mucho mayor.

La OMS había reconocido transmisión efectiva del coronavirus únicamente en entornos hospitalarios, donde se ha detectado coronavirus con capacidad de infectar en vestidores de personal médico y contextos donde se libera una alta carga viral, como por ejemplo el proceso donde los pacientes son intubados.

A finales de abril Resumen anunció la publicación de un estudio en la revista Nature donde se realizó un análisis aerodinámico del coronavirus SARS-CoV-2 en dos hospitales de Wuhan, China. El equipo descubrió que el virus puede mantenerse en el aire por varias horas, siendo detectado en habitaciones donde médicos se cambiaban de ropa y en baños usados por pacientes de hospitales, además de espacios públicos donde se generaron aglomeraciones.

 

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El pasado lunes 6 de julio en una carta abierta, más de 200 científicos presionaron a la institución internacional para que se incluyera la vía aérea como mecanismo de contagio.

La carta titulada «Es tiempo de considerar la transmisión aérea de la COVID-19»  fue difundida por el New York Times la semana pasada.

En la misiva, sus autores argumentaron que más allá de toda duda razonable, los virus liberados durante la exhalación, al hablar o toser en microgotitas suficientemente pequeñas para permanecer flotando en el aire poseen riesgo de exposición e infección para las personas a distancias mayores a 1 o 2 metros desde una persona infectada.

 

 

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Un artículo previo de la misma investigadora Lidia Morawska del Laboratorio Internacional de Calidad del Aire y Salud de la Universidad de Queensland (Australia) titulado «La transmisión aerotransportada del SARS-CoV-2: el mundo debe enfrentar esta realidad»  había sido publicado en abril.

El artículo señala que las principales medidas recomendadas por la OMS para evitar el contagio de COVID-19 tales como el lavado de manos y la mantención de la distancia social desafortunadamente no previenen la inhalación de pequeñas gotitas exhaladas por una persona infectada, las que pueden viajar por varios metros o decenas de metros en el aire cargando el contenido viral.

El artículo concluyó que hay evidencia de que esta es una significativa ruta de infección en ambientes interiores.

El jueves 9 de julio la OMS respondió con una actualización donde incluyó la evidencia creciente de expansión del coronavirus de manera aerotransportada, aunque mantuvo cautela sobre su importancia relativa en el aumento total de las infecciones.

 

 

Otros factores: humedad ambiental y mala ventilación

 

En general, las pequeñas gotitas expulsadas por el sistema respiratorio de las personas que miden menos 5 micrómetros de diámetro (1 micrómetro equivale a la milésima parte de un milímetro) pueden permanecer suspendidas en el aire por un tiempo prolongado si se dan las condiciones para ello. Su propio tamaño y la cantidad de agua que contienen son determinantes para su dispersión.

Tras ser expulsadas, las gotas más grandes son las primeras en caer al suelo al recorrer una corta distancia. Además, mientras las gotitas que cargan el virus son transportadas por las corrientes de aire, el contenido de agua de estas  se se va evaporando, disminuyendo su tamaño.

Si la mayor parte de líquido se evapora, la microgotita que transporta el virus se hace más pequeña por que lo que puede avanzar más lejos al pasar más tiempo suspendida en el aire. Además de esto, con un tamaño menor, las gotas entran con mayor eficiencia al interior del sistema respiratorio.

De todos modos, hay evidencia que el ARN del virus en las microgotas no mantendría su capacidad capacidad para infectar células, se ha demostrado que como aerosol si es peligroso por al menos 3 horas.

Un estudio ya había evaluado en 2011 cómo las pequeñas gotas respiratorias de 5 micrones pueden permanecer suspendidas en el aire por varios minutos u horas.

Otro estudio de 2011 había evaluado las rutas de transmisión de aerosol sobre la relación entre la humedad y la estacionalidad de la influenza. La investigación concluyó que mantener una alta tasa de humedad relativa y ventilación en interiores puede ayudar a reducir las posibilidades de infección por virus de la influenza A en ese caso.

Una carta publicada a mediados de abril en el New England Journal of Medicine investigadores expusieron sus resultados al comparar la estabilidad del SARS-CoV-2 con el SARS-CoV-1. Allí reportaron que la transmisión del coronavirus SARS-CoV-2 en aerosol era posible y que el virus podía permanecer con capacidad para infectar durante horas en aerosoles y hasta días en superficies.

 

 

 

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El artículo señalaba que el coronavirus SARS-CoV-2 permaneció viable en aerosoles durante la duración del experimento de 3 horas.

Además habían reportado que el SARS-CoV-2 era más estable en plástico y acero inoxidable que el cobre o cartón. Virus con capacidad de infectar se detectaron a unas 72 horas después de su aplicación en estas superficies.

 

¿Qué acciones adicionales podemos tomar?

Varios estudios apuntan a una serie de medidas que podrían ayudar a la población a reducir el riesgo al que se ve expuesta, empujada por la necesidad económica. Pero muchas de estas también son difíciles de cumplir en entornos laborales adversos y en condiciones de precariedad.

En general, los estudios más recientes indican que mitigar el riesgo implica la disminuir la concentración de aerosoles y tiempo de exposición.

En la medida de lo posible, se recomienda a las personas reducir el periodo de tiempo en que se pasa por lugares poco ventilados para disminuir el riesgo de exposición al SARS-CoV-2 en aerosol.

Las concentraciones de aerosol pueden ser reducidas mediante el aumento del flujo de aire para ventilación. Sin embargo, se debe evitar la recirculación del mismo aire a no ser que pueda filtrarse de manera efectiva.

Se puede abrir puertas y ventanas al mismo tiempo para aumentar el flujo de aire fresco. En el invierno del hemisferio sur, esto es particularmente difícil debido a la necesidad de calefacción en climas fríos y húmedos.

Como medida de protección personal, estudios recomiendan usar protector facial o antiparras protectoras para los ojos.

 

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A pesar de estas evidencias, ningún país o autoridades han considerado la dispersión aerotransportada del SARS-CoV-2 en sus regulaciones para prevenir la transmisión en ambientes interiores.

En la una carta abierta de la semana pasada, el equipo investigador concluyó que es «extremadamente importante que las autoridades nacionales reconozcan la realidad de que el virus se propaga por el aire y recomienden medidas de control apropiadas para evitar una mayor propagación del virus SARS-CoV-2, en particular, la eliminación de las gotas cargadas del virus del aire interior por ventilación»

Aún faltan estudios para comprender totalmente los mecanismos de dispersión por aerosol de este coronavirus. Además, este conocimiento también se mantiene incompleto para todas las etapas de la transmisión de la enfermedad COVID-19, incluyendo la transmisión por grandes gotas o rutas fómites, es decir objetos capaces de transferir dicho patógeno de un individuo a otro.

 

Imagen destacada: Aglomeración en Bangkok, Tailandia. Foto: Narong Sangnak. Extraída de https://www.ultimahora.es

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