Por Daniel Mathews / resumen.cl
En Yemen, en el sur de la capital Sanaa, un ataque aéreo de la coalición dirigida por Arabia Saudita ha provocado 140 muertos y más de 500 heridos el sábado pasado en un velatorio. Las víctimas estaban reunidas para despedir el cuerpo del padre del Ministro del Interior del gobierno huti, Djamal al Roueichane. Este bombardeo es uno de los más mortíferos desde el comienzo de la guerra emprendida por Arabia Saudita para tomar el control del país contra los hutus proiranís y restablecer los poderes del presidente Abd Rabbo Mansour Hadi. Poco después, tres combatientes progubernamentales fueron muertos y cuatro heridos en otro ataque aéreo de Arabia Saudita, realizado «por error» contra sus propias posiciones.
Desde el comienzo de la intervención militar de la coalición, en marzo de 2015, esta guerra ha provocado, según las Naciones Unidas, más de 10 000 muertes, de ellas alrededor de la mitad civiles y tres millones de personas desplazadas, de una población de unos 23 millones de habitantes. Y según la Unicef, son cerca de 3 millones las personas que tienen necesidad de una ayuda alimentaria inmediata, mientras que millón y medio de niños y niñas sufren malnutrición.
Este país, el más pobre de la península arábiga, se encuentra hoy en una situación catastrófica, sacrificada a los intereses de Arabia Saudita que quiere asegurarse el control de la zona fronteriza entre los dos países, una zona con yacimientos colosales de petróleo. La responsabilidad de los crímenes no es solo saudita: Washington apoya a Riad muy concretamente. La agencia Reuters acaba de hacer público que desde mediados de mayo de 2015 a febrero de 2016, el Departamento de Estado americano ha aprobado contratos de armamento en favor de Arabia Saudita por un valor total de 22 200 millones de dólares (20 200 millones de euros) algunos de ellos específicamente destinados a apoyar la intervención militar en Yemen. Dime qué aliados tienes y te diré quién eres…