El primer ministro griego, Alexis Tsipras, se comprometió este jueves a «poner fin de una vez por todas» a las políticas de austeridad de la Unión Europea y a negociar con firmeza un nuevo acuerdo para Grecia.
En un desafiante primer discurso ante su grupo parlamentario tras regresar con las manos vacías de una gira europea, Tsipras dijo que Atenas ya no está dispuesta a aceptar más que le digan lo que tiene que hacer.
«Grecia ya no aceptará más órdenes, especialmente órdenes recibidas por correo electrónico», aseveró. En declaraciones realizadas en el Parlamento después de un recorrido por varias capitales europeas, Tsipras ha afirmado que su nuevo Gobierno no dará marcha atrás en sus promesas y que los votantes no se dejarán engañar de nuevo.
«Grecia ya no será más el socio miserable que escucha las lecciones para hacer sus deberes. Grecia tiene su propia voz».
En aparente referencia a la dura postura adoptada por el Banco Central Europeo y otros, Tsipras dijo: «Grecia no puede ser chantajeada, porque la democracia en Europa no puede ser chantajeada».
«En una semana hemos ganado aliados que no teníamos en los cinco años de crisis», dice el primer ministro griego sobre su gira europea
Tsipras y su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, han estado recorriendo Europa buscando el apoyo de socios a su plan de conseguir un alivio de la deuda y el fin de las políticas de austeridad, pero hasta ahora sólo han recibido advertencias de que no pretendan evitar los compromisos de pago pactados en el actual programa de rescate del país.
En su gira han conseguido pocos o nulos apoyos concretos. «Ni siquiera nos pusimos de acuerdo en nuestro desacuerdo», dijo Varoufakis el jueves tras reunirse con el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, contradiciendo de hecho a su anfitrión.
No obstante, Tsipras aseguró que no volvió del viaje sin nada que mostrar. «En solo una semana hemos ganado aliados que no teníamos en los últimos cinco años de crisis», afirmó.
Los griegos se echan a la calle contra el chantaje del Banco Central Europeo y la Unión Europea
Miles de manifestantes llenan la plaza Syntagma en Grecia como respuesta al ultimátum del Banco Central Europeo (BCE) a la banca griega.
«Grecia ya no será más el socio miserable que escucha las lecciones para hacer sus deberes. Grecia tiene su propia voz«, declaró hoy Tsipras.
Los griegos han salido a la calle con el objetivo de de mostrar a los los socios europeos que su presidente tiene razón. Por eso han respondido de forma multitudinaria a la convocatoria, difundida por una plataforma ciudadana a través de redes sociales bajo el lema «no vamos a sucumbir al chantaje».
La convocatoria se gestó hoy de forma espontánea a través de un evento en la red social Facebook, que pocas horas después de su creación ya contaba con la participación de casi 3.000 personas.
«El tiempo de que Grecia se arrodille y tenga gobiernos sumisos ha terminado» o «Merkel tiembla como una ramita» son también proclamas recurrentes.
«Estamos aquí para expresar nuestra solidaridad con el Gobierno. Desde el 25 de enero es el pueblo el que toma las decisiones en Grecia», declara Dimitris, que aparcó su bici frente al Parlamento, donde, desde hace poco más de una semana, ya no existen vallas que corten el paso a los viandantes.
Los griegos pudieron acercarse hasta colocarse frente a la guardia real que custodia el monumento al soldado desconocido, a los pies del Parlamento, sin que hubiese apenas presencia policial, excepto unos pocos agentes que regulaban el tráfico de las avenidas cortadas, una imagen inusual hasta ahora.
La concentración transcurre de forma pacífica y sin incidentes a pesar de la escasa presencia policial. Las autoridades han cifrado el número de asistentes en 7.000 personas.
Para Dimitris, la crisis «no es solo un tema de Grecia, sino de todos los pueblos europeos», y no se puede combatir «con políticas de austeridad que han fallado en los últimos cinco años».
Dimitra se enteró de la convocatoria a través de la radio y no dudó en acercarse hasta Syntagma, porque dice estar «indignada» ante la decisión del BCE, no porque tema por sus ahorros, «ya no tengo nada que perder», asegura, sino porque le parece que es una falta de respeto a la elección del pueblo griego.
Esta enfermera de 52 años afirma que solo espera de las negociaciones que «den esperanza a los jóvenes para que puedan encaminar su futuro», mientras de fondo se escucha la canción «Cuando el cielo se abra», todo un símbolo de oposición de la época de la Dictadura de los Coroneles.
La sensación más repetida entre los participantes fue la necesidad de demostrar a Europa que el pueblo griego está unido y dispuesto a que el nuevo Gobierno cumpla, paso a paso, sus compromisos
«Enfadado» con la respuesta de los socios europeos se muestra también Takis, un joven trabajador del sector privado, que dice tener «esperanza en que cambie la situación actual», aunque reconoce que teme lo que pueda pasar en el futuro.
Yorgos se enteró de esta concentración por sus hijos, «que sí que tienen Facebook», y decidió acercarse porque, aunque no votó por ninguno de los dos partidos que forman el Ejecutivo -el izquierdista Syriza y los nacionalistas Griegos Independientes- cree que necesita el apoyo popular para lograr una solución a la crisis.
Por las redes sociales circula ya una nueva convocatoria en diferentes plazas del país, como la de Syntagma, cuya fecha podría ser entre el 15 y el 16 de febrero, esta vez para apoyar la decisión del Gobierno de oponerse a los recortes impuestos por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).