El Congreso para una Sociedad Democrática (DTK), organización paraguas del nacionalismo kurdo, ha declarado la Autonomía Democrática de forma unilateral, mientras intensos enfrentamientos entre el Ejército turco y el PKK en la provincia de Diyarbakir, dejan 13 soldados y 7 guerrilleros muertos.
Si el gobierno electo no inicia un proceso de negociación para resolver el conflicto kurdo, una gran guerra comenzará», advertía Abdullah Oçalan, líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), desde la isla-prisión de Imrali horas antes de los comicios generales del pasado 12 de junio. El destinatario del mensaje era el Ejecutivo del primer ministro turco Reçep Tayyip Erdogan, que tras ocho años en el poder, partía como claro favorito en las encuestas para renovar el mandato.
Un mes después de las elecciones, la pasividad con la que el Gobierno del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) ha comenzado su tercera legislatura, ha provocado que los brazos político y militar del nacionalismo kurdo reaccionen de forma contundente ante la falta de actitud de Ankara para encontrar una solución al conflicto.
La primera medida de los nacionalistas kurdos fue el boicot del pro kurdo Partido Paz y Democracia (BDP) a la sesión de investidura parlamentaria y la renuncia a sus 36 escaños, como respuesta a la sentencia de la Junta Electoral Suprema que inhabilita al reelegido Hatip Dicle y a otros cinco diputados. Esta semana el AKP y el BDP han mantenido varias reuniones para intentar resolver la crisis parlamentaria, pero el acuerdo parece aún muy lejano. «La demanda concreta en relación a Hatip Dicle hace imposible el consenso», afirmó Nurettin Canikli, portavoz del AKP en el Parlamento.
Declaración de Autonomía Democrática
El segundo gran punto de la estrategia política kurda ha consistido en la declaración unilateral de Autonomía Democrática para Kurdistán Norte. La negativa del Gobierno turco para incorporar el Estatuto de Autonomía en las reformas constitucionales que plantea, ha provocado que el Congreso para una Sociedad Democrática (DTK) haya anunciado oficialmente la puesta en marcha del autogobierno. Los 850 delegados del DTK, plataforma unitaria kurda que aglutina políticos y alcaldes del BDP, así como asociaciones y ONG, aprobaron el jueves en Diyarbakir en congreso extraordinario una declaración unitaria que apuesta por la autogestión de la sociedad kurda.
Después de seis horas de intensa reunión, Aysel Tugluk, portavoz del DTK y diputada del BDP elegida en la circunscripción de Van, leía la declaración final: «En Turquía podemos observar el genocidio llevado a cabo por los Estados-nación. Aunque la existencia nacional de los kurdos fue reconocida y se han producido algunos cambios superficiales, en el fondo, la negación de los derechos del pueblo kurdo continúa. La negativa a liberar a Hatip Dicle y otros diputados lo demuestra con claridad. El genocidio cultural contra la lengua kurda como lengua materna continúa. Los derechos, el lenguaje y la vida del pueblo kurdo se están ignorando».
La declaración unilateral de Autonomía Democrática responde más a un hecho simbólico que funcional, puesto que los gobiernos provinciales y ayuntamientos gestionados por el BDP, y las asociaciones kurdas, llevan ya tiempo autogestionando diferentes aspectos de la sociedad kurda, pero supone un toque de atención a la negativa del ejecutivo de Erdogan de recoger las demandas autonómicas en la reforma de la Carta Magna. «Los kurdos no quieren seguir siendo un pueblo sin estado. No existe en el mundo un pueblo que con 40 millones de personas tenga negados sus derechos. Como pueblo kurdo, declaramos nuestra soberanía democrática, respetando la unidad nacional y territorial de Turquía. Invitamos a todas las personas que viven en nuestra tierra a que se presenten como ciudadanos de un Kurdistán Autónomo y Democrático», concluía Aysel Tugluk.
Intensos combates
Lejos de los despachos, los combates entre el ejército turco y el PKK han arreciado de forma significativa durante la última semana. El jueves 13 soldados turcos y siete guerrilleros kurdos murieron en enfrentamientos en la región de Silvan, al norte de la provincia de Diyarbakir. Fuentes del Ministerio de Defensa turco afirmaron que la muerte de los soldados se produjo como consecuencia de una emboscada de la guerrilla mientras estaban almorzando. Sin embargo, un miembro de las guardias rurales -ciudadanos kurdos armados a sueldo por Ankara- de la población de Dolapdere, aseguró a la agencia de noticias pro kurda ANF, que los soldados fallecieron como consecuencia del «fuego amigo» de la aviación turca.
Días antes, la guerrilla secuestró a dos soldados y un médico, en la carretera que une las ciudades de Lice y Bingöl, al norte de Diyarbakir. Ante la escalada de las operaciones del PKK, el primer ministro Reçep Tayyip Erdogan se reunió de urgencia con el Ministro de Interior, Idris Naim Shain, el general del ejército Isik Kosaner, el comandante de la Gendarmería Necdet Ozel y el secretario de la Agencia Nacional de Inteligencia (MIT) Hakan Fidan. «Nuestras fuerzas de seguridad son muy fuertes. El PKK pagará un alto precio por esto», dijo el primer ministro. «Una vez más el PKK ha demostrado cómo de sincero es su llamamiento a la paz y las malas intenciones que tiene», dijo Erdogan.