Maltrato policial y lesboodio: joven denuncia torturas por parte de Carabineros en Coronel

Tras una jornada de manifestaciones, al consultar el motivo de detención de un joven, personal de FFEE habría agredido física y verbalmente a dos mujeres para luego detenerlas y continuar con brutales agresiones.

Por Valentina Riveros Soto

El pasado 11 de marzo se vivió una extensa jornada de manifestaciones a raíz de los dos años de mandato de Sebastián Piñera, instancia en que la ciudadanía expresó su rabia y descontento frente a una pésima gestión de crisis previa y durante el estallido social.

En la comuna de Coronel, al sur del Biobío, pobladores/as se reunieron en el sector Camilo Olavarría para participar de las protestas, las que no duraron hasta muy tarde (a diferencia del panorama que se vive habitualmente en Concepción). Así, tras confirmar que el ambiente estaba en calma, Katherine Peña y Priscila Peña, dos jóvenes coronelinas, se dirigieron a las cercanías del CESFAM Carlos Pinto Fierro a conversar con quienes aún estaban en el lugar.

Al acercarse, Priscila fue testigo de una detención arbitraria a un joven que se encontraba en el mismo lugar, por lo que se acercó al personal policial desplegado para preguntar el motivo de ésta.

"Carabineros se encontraban en medio de la calle […] se dirigen a tomar detenido a un joven, el cual según registros con mi cámara celular se encontraba sentado sin ningún motivo aparente para ser detenido (...) me acerco a carabineros a preguntar de forma pacífica el motivo de detención de dicho joven, respondiendo una carabinera sin identificación 'que te metí voh guatona culia, acaso eres su abogada' y un segundo carabinero varón sin identificación nuevamente, 'deja de hueviar vieja culia acaso eres su mamá anda a acostarte'; a lo que yo respondo el joven no estaba haciendo nada lo tengo grabado en mi celular", declara Priscila.

Represión policial

Ante eso, uno de los uniformados se habría acercado a ella por la espalda, empujándola hacia el piquete. En esta situación, una carabinera le propinó una patada en la vulva y luego la encerraron en grupo para comenzar una golpiza. La joven relata: "Recibí golpes de todo tipo: patadas en el trasero, espalda, lumazos en piernas, espalda, cabeza, cuello y manos. Además de ello, dos carabineros distintos se acercan de manera 'pacifica' pero resulto ser solo estrategia, ya que ambos en distinto momento me rociaron la cara con gas pimienta".

Katherine Peña

Katherine Peña

 

Esto significó diferentes lesiones en la afectada, incluyendo esguinces en un dedo de la mano y en un pie, junto a dificultades en la vista que no le permiten ver con claridad a más de un metro de distancia.

En este contexto su acompañante, Katherine, intentó acercarse a ella para evitar que continuaran gopeándola, pero también habría sido agredida y detenida por los mismos carabineros, quienes la empujaron contra el retén móvil y continuaron propinándole golpes en el rostro, cabeza, y además, rociándola con gas pimienta.

"En el proceder de carabineros para subirla al retén, la asfixian para aturdirla y poder pegarle sin que ella tuviera opción de defenderse. Al ingresar al furgón, Katherine relata que es golpeada por todo el personal que estaba adentro, recibiendo insultos por parte de carabineras, ya se encontraba con lágrimas en los ojos producto de los golpes y gas pimienta. Pidió ayuda porque, además del asma, sufre crisis de pánico, pero el actuar de carabineras fue gritando en coro '¡así llorai cuanto estás arriba del pico!' siendo este el lema repetido en más de una ocasión. Otros de los dichos fueron 'respira bien conchetumare'", cuenta Priscila, quien entrega testimonio por Katherine.

Al ser ingresada al carro policial, las agresiones continuaron: "No suficiente con todo lo sucedido, sube un carabinero alto y de tez algo morena, el cual se le tiró encima poniendo su rodilla en el estómago y sus manos en el cuello ahorcándola. Katherine en todo este proceder ya se encontraba esposada y sin poder respirar hasta llegar al punto de perder el control de esfínter. Ella relata que sintió que la iba a matar. Una de las uniformadas dentro del furgón hizo que la soltaran, pero esta (la carabinera) intentó azotarle la cabeza en las paredes del mismo furgón. Luego de eso el sale pero carabineras siguieron la golpiza".

Dentro del furgón las agresiones no fueron sólo de carácter físico, sino también psicológico, insultando y amenazándola: "siéntate guatona culiá'", "esto te pasa por andar hueviando", "sigue hueviando y te voy a hacer desaparecer y te voy a tirar al río".

Intento por eliminar la evidencia

Mientras eso ocurría, Priscila pedía ayuda, ya que un carabinero se acercó a ella, amenazándola: "deja de hueviar maraca culiá' y ándate pa' la casa", para luego rociarla con gas pimienta en el rostro. Uno de los vecinos le consiguió agua para que se limpiara el rostro.

"Cuando aún ni siquiera me recuperaba y no podía ver absolutamente nada, llega un carabinero a quitarme el celular con el cual yo estaba dejando todo en evidencia. Me lo arrebató de las manos, lo azotó en el suelo y no conforme con eso, lo pisó y lo pateó (yo puedo identificar el rostro de ese carabinero). Este mismo fue quien, como un energúmeno, se lanza sobre mi azotándome contra la reja del club deportivo de la misma calle, ahorcándome frente a todos y acusándome de robo, que me subirían al furgón. Mis palabras fueron 'yo no te he robado nada, pero súbeme al carro. Vamos, yo no me opongo al arresto' yendo de manera voluntaria al furgón en donde todos los carabineros fuera de este se hicieron los desentendidos y me dejaron en libertad. No así a Katherine".

Katherine fue trasladada por el personal de Carabineros al CESFAM Lagunillas para constatar lesiones. Cuando Priscila la vio por última vez, tenía evidentes lesiones en su oreja, la cual estaba rajada y sangrando. "Katherine pidió ayuda a un paramédico el cual solo le limpio la nariz para sacar un poco de sangre, pero el médico le dijo '¿té pegaron?' a lo cual ella responde 'no sé', ya que posterior al ingreso en el centro asistencial fue amenazada por carabineras, indicándoles que 'si decía algo le sacarían la cresta nuevamente al subirla'. Por ello decide no hablar más sobre las lesiones evidentes que tenía: párpados inferiores excesivamente inflamados, nariz con evidente inflamación y sangrado y podría decir que hasta desviación del tabique nasal, pero para la sorpresa, el parte médico de la constatación de lesión arrojo un lindo 'sin lesiones evidentes'".

Tras la constatación de lesiones, Katherine fue trasladada a la Subcomisaría de Lagunillas. En este lugar, una carabinera (la misma sujeta que la amenazó en el CESFAM) le solicitó sus pertenencias: dinero, piercing, aros. "Andai' sin sostenes", le pregunta al recibir sus objetos. Le indica que no. Luego consulta si desea que su otra colega esté presente. Sin saber de qué se trataría el procedimiento, Katherine dijo que sí, temiendo ser golpeada nuevamente. La llevaron a una habitación sin cámaras y le pidieron que se quitara la polera. Ella consultó si eso era legal, porque no se sentía cómoda exponiendo su cuerpo. "Ella le dice 'ya apúrate no más, y pórtate bien, no hagai' tierra'. Primero la hizo sacarse la polera mostrar la espalda y luego mover sus mamas. Terminado eso la hace bajarse los pantalones y posteriormente los bóxer, luego de eso se tuvo que vestir".

Tras esto, le consultaron si estaba bien, respondiendo Katherine que no, que "a esa altura ya estaba viendo puntos negros". La carabinera le respondió que iban a pedir sus medicamentos, pese a que en repetidas ocasiones ella ya los había solicitado desde que la habían subido al carro policial y en él sufrió un ataque de pánico. Cuando las trasladaron a su celda la amenazaron "no hagai' tierra porque te va a salir peor".

Al transcurso de unos minutos, fue dejada en libertad a espera de una citación por parte de la Fiscalía. En ese momento, la volvieron a amenazar "te vai pero deja esto acá no mas no te pongai a hacer weas si no se va a poner peor".

Medidas legales

Tras hacerse pública su situación, diferentes organizaciones lesbofeministas y LGTBIQ ayudaron a difundir los hechos en redes sociales, llegando el caso al Instituto Nacional de Derechos Humanos. A 10 días de lo ocurrido, el organismo interpuso una querella criminal en el Juzgado de Garantía de Coronel contra quienes resulten responsables como autores, cómplices o encubridores del delito de torturas, contra los aprehensores de Monserrat Peña, joven lesbiana detenida arbitrariamente en dicha comuna el pasado 12 marzo mientras registraba la represión policial.

Priscila decidió entregar su testimonio a través de Katherine, ya que ella teme que efectivos de carabineros lleguen a su hogar y la haga desaparecer, porque durante el proceso de detención recibió diferentes amenazas directas. Teme también por estar en espacios públicos, que la detengan nuevamente y la golpeen con más brutalidad; teme por no poder volver a su familia.

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