El cálido sol otoñal, del reciente día Sábado pasado, acompañó a las más de cuatrocientas personas que se encontraron en el Prevetren de Lagunillas y que marcharon por el corredor de transporte urbano manifestando consignas contra la contaminación de las centrales termoeléctricas, entre grupos de batucadas, bailes y música festiva, hasta el lugar de destino, la Plaza de Armas Almirante Latorre de Coronel.
En la Plaza se instaló una chimenea, que simula la de las centrales, que emitiendo un denso humo negro sirvió de marco para los oradores y dar significado a la actividad. Entre otras actividades desarrolladas en el acto, se invitó a dirigentes y personas a estampar la firma para solicitar un plebiscito que defina el término del funcionamiento de las centrales contaminantes.
Junto con resaltar el valor de la vida y la dignidad de los coronelinos, se instó a formar un gran frente que bregue por lograr mejor calidad de vida y cuidado del medioambiente. El llamado a las autoridades locales, organizaciones y ciudadanos para poner fin a una zona altamente perjudicada por la contaminación del aire, el mar y el suelo, que amerita se declare a la comuna como saturada y no de latencia como se ha estimado hasta el momento, desconociendo la realidad.
El lapidario informe de la Comisión Investigadora de Medioambiente de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), que revela hallazgos de metales pesados en las aguas de la bahía de Coronel, viene a reafirmar el desastroso estado de situación de la comuna. Sin embargo, las empresas responsables y entidades ligadas al medioambiente colocan en tela de juicio dicho informe.
Habrá que esperar los resultados del plebiscito para ver cuál será el compromiso de las autoridades del Gobierno y Judiciales con la decisión de la comuna frente al caso. De seguir en el mismo estado de situación se agrava la condición porque se espera la construcción de la segunda central termoeléctrica Santa María de Colbún, condenando a la comuna, definitivamente, como zona de sacrificio