Por Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso
"Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí resucitando..."
(Canción La Cigarra, María Elena Walsh)
En una crónica anterior, realizada el 7 de Noviembre pasado, relaté cómo se había formado la Colectiva "Bordando Dignidad y Memoria", cuyas integrantes, Gabriela, Alejandra y Natali, se conocieron en una actividad que se realizó en diciembre del año pasado en la ex Cárcel de Valparaíso denominada "Mil Agujas por la Dignidad". Motivadas por la posibilidad de expresar ideas y conceptos políticos mediante el arte popular del bordado, decidieron emprender un proyecto para hacer visible el nombre de las mujeres asesinadas víctimas de femicidios durante los últimos diez años en Chile. En esa crónica escribí: "Gabriela le propuso a Natalia y Alejandra realizar una ‘Acción Textil’ para hacer visible a las mujeres que han sido víctimas de femicidios durante estos últimos diez años, tomando como referencia la legislación del año 2010 en nuestro país, que estableció como delito a efectos penales el femicidio».
La idea con esta Acción Textil es entrelazar las manos anónimas de muchas mujeres a lo largo del territorio nacional, para hacer visible el nombre de otras cientos de mujeres víctimas de femicidio, que permanecen invisibilizadas y relegadas a escuetas notas periodísticas.
Tejiendo redes de sororidad y bordando con multicolores hilos fraternos impregnados de emociones, construyen un Memorial Textil, en donde estarán plasmados los nombres de las mujeres asesinadas, que expondrán el 25 de Noviembre próximo inserto en las actividades de la conmemoración del "Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer".
El pasado miércoles 25 de Noviembre este hermoso proyecto se materializó en un MEMORIAL TEXTIL que fue expuesto en la Plaza Victoria en una ceremonia que se realizó a las 16.30 horas para, como ellas planteaban en su convocatoria, "honrar la memoria de nuestras hermanas víctimas de femicidios en los últimos 10 años en Chile".
Más de 600 son los nombres bordados que forman parte de este Memorial Textil, plasmados en tres tapices que fueron colocados en diversos sectores del quiosco ubicado en la Plaza Victoria y que se transformaron en un emotivo, potente y multicolor telón de fondo, delante del cual se desarrolló un acto lleno de alegría, bailes y colorido. El inmenso dolor que hay detrás de cada una de las historias de las mujeres víctimas de femicidio, se trasformó en una luminosa acción de vida a través de esta expresión colectiva de arte y denuncia.
Estas cientos de mujeres invisibilizadas por el Estado Patriarcal, se transmutaron en cientos de cigarras emergiendo desde las profundidades de la tierra para hacer sentir su voz mediante el ensordecedor y armonioso aleteo musical de sus frágiles alas, gritando ¡Aquí estamos!
Una vez finalizada esta actividad me acerqué a conversar con las integrantes de la Colectiva "Bordando Dignidad y Memoria". Transcribo a continuación las conversaciones que tuve con ellas:
Hola Alejandra ¿qué se siente hoy al haber logrado la meta que se propusieron?
No podría explicarlo, estoy muy emocionada, estamos muy emocionadas, conmocionadas, con la guatita apretada, felices de ver el trabajo que lograron todas las mujeres que participaron. Solo esperamos que esto haga un eco tremendo, que impacte en todo Chile, lo queremos llevar para todas partes y hacer conciencia en la sociedad sobre esta problemática tan grave que nos aqueja.
Impresiona ver la cantidad de nombres en el Mural Textil ¿cuántos son en total los bordados que hicieron?
Son alrededor de 630 nombres de mujeres y lamentablemente siguen apareciendo más víctimas. Nos basamos en el listado oficial de la Red Chilena Contra la Violencia de la Mujeres, tomamos ese referente y ellas acá incorporan a las mujeres asesinadas que no necesariamente el Estado las considera como femicidios.
¿Cuántas mujeres participaron en la confección del Mural Textil?
En la confección de los bordados participaron 253, pero yo creo que hay más mujeres que no necesariamente llegaron a poder bordar, pero se sumaron cuando hicimos la unión de los nombres para montar el tapiz.
Eso además hay que multiplicarlo, ya que sobre el trabajo que realizaban también lo conversaban en las casas, imagino...
Exacto, eso le pasó a un montón de mujeres, porque nosotros queríamos registrar un documento, hacer como un documental, entonces cada mujer se sacó fotos con sus bordados, y además les pedimos que escribieran ellas lo que sentían cuando estaban bordando y en ese proceso muchas contaron que empezaron a involucrar a sus familias y a sus amistades. Unas abuelas bordaron con sus nietas y la cosa se fue agrandando.
Fue como tirar una piedrecita en un lago y provocar una onda de propagación...
Sí, exacto, así fue, se expandió y multiplicó como una ola, fue muy hermoso.
¿Cuáles son los pasos que vienen, hay algún otro lugar donde expondrán este memorial?
Una compañera que se sumó a bordar desde Villa Alemana nos dijo que van a hacer una actividad en diciembre y nos solicitaron la muestra, a lo que le dijimos que sí, que contara con esto. Hay otra compañera que quiere llevarlo para Placilla este fin de semana y la idea es difundir este trabajo.
Las mariposas empiezan a volar....
Claro, ya empezaron a volar las mariposas y son ellas mismas, las que están en el mural las que lo están pidiendo a gritos que así sea.
La actividad que realizaron hoy acá en la plaza estuvo llena de colorido, baile y alegría, ¿esto fue como una forma de transformar el dolor presente en esos nombres, en llenarlos de vida y luminosidad?
Claro, nosotras quisimos transmutar el dolor en alegría.
Gabriela, Alejandra me comentó que tú eras la que impulsó esta idea, cómo nació?
Yo participé muchos años en una Colectiva que se llama "La Huacha Feminista" y hacíamos "La Caminata del Silencio", entonces desde ahí nace esta idea. Nosotras portábamos todos los meses los nombres de las mujeres asesinadas. Como ahora estoy hace dos años en el bordado, me dije que pasa si los bordamos los nombres. Yo esta actividad también la soñé. Yo estaba estudiando para un Seminario de "Anti-monumentos" en México, anti-monumentos mexicanos, y estaba leyendo todo eso, y entre esa vivencia que tuve, más lo otro salió esta idea. Esto se hizo en forma virtual con México, me mandaron material y después hubo una conversación sobre anti-monumentos y en eso, yo sueño esto.
¿Este mural cabría en este concepto del que me cuentas, cómo se define el anti-monumento?
Son los monumentos que hacen las personas que han sufrido violencia del Estado, violencia de género. Por ejemplo, todas las cruces que se han puesto en Ciudad Juárez son anti-monumentos, entonces estos bordados caben dentro del anti-monumento. Estuve un par de días dándole vuelta, me comuniqué con las chiquillas por Washapp y dijeron, ya, vamos y comenzamos con este proyecto.
¿Esperabas una ceremonia como la de hoy?
Todavía estoy como aturdida, como que no lo puedo creer, estoy desbordada de la alegría. Fue impresionante cuando lanzamos el proyecto por las redes sociales y nos empezaron a llegar correos todos los días de mujeres que querían bordar. Cuando me tocó ir designando los nombres de las mujeres que debían bordarse estuve todo un fin de semana encerrada en mi casa ordenando el envío. Después, cuando empezaron a llegar los nombres ya bordados en las telas y cuando empezamos a juntar los nombres, fue todo un proceso muy emotivo.
¿Cómo lograste superar esa enorme carga emocional, porque detrás de los nombres estaban las brutales historias de estos asesinatos?
Claro, cuando comencé a escribir las historias de las mujeres empecé a tener una carga emocional muy grande, cuando me enteraba en la forma que fueron asesinadas, o como cuando me enteré que la mayoría de las mujeres violadas eran menores de edad, entonces cuando me empecé a dar cuenta de esos cruces ahí mi corazón se afectó, me costaba mucho. De alguna manera, la alegría que te provoca la extraordinaria repuesta de otras mujeres para apoyarnos, sirve para sobreponerse.
¿Cómo ves el arte popular del bordado?
Al principio tenía como una aprehensión por la connotación que tiene el bordado como una labor femenina de imposición, pero cuando vi que podía tener un contenido político la cosa cambió y se me abrió la mente, ya que es una expresión de arte, y a través del arte se pueden expresar ideas y conceptos políticos.
Por su parte, Natali, la tercera integrante de la Colectiva Bordando Dignidad y Memoria, entregó el siguiente testimonio:
Las sensaciones de ese día fueron muchas… fue un día muy bonito e intenso… creo que todas las que estuvimos presentes y las que no, formamos una tremenda energía sanadora, que además realiza una denuncia y una muestra tangible de esta realidad que nos atraviesa a todas y a todos…personalmente sentí mucho agradecimiento por los regalos entregados y también hacia todas las mujeres que bordaron, que se juntaron a unir y que vivieron esto como un acto que aunque sea triste, por lo que significa que sean mujeres a las que se les a arrebató la vida bruscamente… al mismo tiempo, es un acto transformador, ya que nos permite entregar y recordar, de una forma muy bella y amorosa su partida, junto a hilos, colores, voz, música, danza...
El proceso de toda esta idea ha sido de harto aprendizaje, creo que en un inicio con muy poca conciencia de cómo le daríamos forma y la convocatoria que podía tener el proyecto. Fue idea de Gabi y nosotras, muy soñadoras, le dimos pa' delante… Han sido distintas etapas de ir resolviendo y mejorando cosas, pero creo que las tres logramos un buen equilibrio en ideas y en repartir tareas… en este proceso, he podido conocer más bordadoras y colectivas de bordadoras, he conocido parte del mundo del bordado no solo como un canal de expresión muy único y bello, sino también como una herramienta de visibilización de nuestra historia y en distintas partes de Chile tiene un tremendo legado…ya que durante la dictadura y hasta la dictadura de hoy, lo sigue siendo, por eso creo que para mí ha sido puro aprendizaje y gratitud, acercarme a relatos de señoras muy luchadoras junto a sus hijos o sin ellos y escucharlas, contar como el bordado fue y sigue siendo una manera de darle voz a lo que se vive...escuchar también relatos de señoras que al momento de bordar los nombres de aquellas mujeres, no solo evocaron a la persona bordada, sino también a sus ancestras, o hijas, nietas, y hasta a ellas mismas, ya que muchas también han sido y hemos sido violentadas en algún momento… por eso vea ahora y comprendo más, que esta idea haya germinado muy rápido y con tanta colaboración, me siento agradecida de este proceso... creo que el Memorial, tendrá vida propia, por decirlo así, ahora ya puede comenzar a moverse porque está vivo y ojalá sirva para ir despertándonos.