Suena absurdo, pero así es. La semana pasada Greenpeace denunció que las leyes de la Unión Europea obligan a que las aerolíneas, por mantener sus franjas horarias en los aeropuertos, realicen alrededor de 100 mil vuelos casi sin pasajeros.
Por Felipe Soto Cortés
"Las normas de la UE están obligando a las aerolíneas a realizar al menos 100.000 vuelos fantasma este invierno para mantener sus franjas horarias en los aeropuertos, emitiendo más de 2,1 millones de toneladas de CO2" señaló la organización medioambiental la semana pasada.
El duro cuestionamiento a la UE se da porque la normativa europea exige que las aerolíneas a movilizar no menos de un 50% de sus vuelos para conservar los derechos sobre sus franjas horarias en los aeropuertos.
Esta normativa había sido modificada al comienzo de la pandemia, debido a la crisis en la demanda de pasajes producida por la proliferación de la Covid-19, obligando a las aerolíneas a cumplir con el 25% de los vuelos -en tiempos de normalidad se les obligaba a cumplir con el 80%-.
No obstante, en diciembre del 2021 la Comisión Europea decidió subir la norma al 50%. Y dicho guarismo sería elevado a 64% a partir de marzo de este año.
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La organización medioambiental fustigó que "exigir a las aerolíneas que vuelen aviones vacíos para cumplir con una cuota arbitraria no solo es contaminante, es extremadamente hipócrita dada la retórica climática de la UE".
Según sus cálculos, la cantidad de emisiones de CO2 producidos por los "vuelos fantasma" equivale a lo que contaminan 1,4 millones de vehículos durante un año. Casi ¼ del parque automotriz chileno.
La propia compañía Lufthansa reconoció que están operando hasta 18.000 vuelos «vacíos o con muy baja ocupación» por culpa de esta norma.
Esto en el contexto de la crisis climática y donde por cierto, los vuelos son la forma más contaminante de trasladar a las personas.
Herwig Schuster, vocero de la campaña «European Mobility For All» [Movilidad Europea para todos] de Greenpeace Europa indicó: «Estamos en una crisis climática y el sector del transporte tiene las emisiones de más alto crecimiento en la Unión Europea. los «vuelos fantasma» contaminantes y sin sentido son solo la punta del iceberg. Sería irresponsable por parte de la UE no aceptar la «fruta madura» de poner fin a los vuelos fantasma y prohibir los vuelos de corta distancia donde hay una razonable conexión por tren.»
Foto: https://www.nasursa.es