Minería submarina: Estados y empresas buscan explotar enormes yacimientos con alto riesgo de extinguir miles de especies

[resumen.cl] Tanto Estados como empresas están diseñando planes para extraer codiciados minerales desde el fondo oceánico. Mientras parte de la comunidad científica ha advertido que el conocimiento de la propia vida en el fondo marino es escaso, las empresas contratistas mineras que buscan licencias de explotación no han realizado pruebas suficientes para demostrar que su actividad no causará un daño catastrófico. Tres tipos de ecosistemas marinos están en peligro: las llanuras abisales que tienen nódulos metálicos, los montes submarinos que tienen costras de minerales en su corteza y las zonas volcánicas con chimeneas hidrotermales que tienen depósitos de sulfuros masivos con minerales. Actualmente, con los escasos datos disponibles se ha concluido que la minería en aguas profundas tendrá impactos devastadores y potencialmente irreversibles en la vida marina.

 

Los fondos marinos que constituyen un patrimonio común de la humanidad y que están localizados bajo aguas más allá de las jurisdicciones nacionales, son llamados simplemente como «el Área». 

Hace varias décadas sectores industriales demostraron que la extracción de minerales raros del fondo marino era posible. Desde entonces, empresas y Estados han anunciado que pronto comenzarían a extraer pero estas iniciativas todavía no se han despegado debido a grandes costos iniciales, valores históricamente bajos de minerales submarinos y por la falta de regulaciones y de legislación ambiental, lo que estaría contribuyendo a que los inversores se hayan mantenido con cautela.

 

 

Imagen referencial de un barco minero. Foto: https://regeneracion.mx

 

 

Sin embargo, ahora con la creciente demanda de baterías para autos eléctricos y para almacenamiento de energía solar y eólica se han elevado los costos para muchos metales y tierras raras y se han reforzado las iniciativas de minería submarina.

Una nota publicada en la revista Nature la semana pasada dio cuenta del próximo arranque de esta nueva industria extractivista global. Actualmente, las empresas mineras están explorando la riqueza potencial de áreas donde reclamaron concesiones de exploración, pero la extracción comercial no comenzará hasta que el establecimiento de las regulaciones ambientales haya terminado. Esto haría que las inversiones en esta industria vayan creciendo mientras tanto.

 

Esquema de minería submarina. Fuente: www.guiaminera.cl

 

Este próximo año 2020 estaría listo el código minero que implementaría un proceso donde empresas contratistas pueden pedir licencias de 30 años para «áreas de reclamo» las cuales son asignadas en regiones del fondo marino, como la zona de fractura Clarion-Clipperton (CZZ) en el Pacífico Noroeste. Esta zona comprende un área intermedia entre 2 cadenas montañosas submarinas paralelas ubicadas entre el archipiélago de Hawai y la península de Baja California, frente a la costa oeste de América del Norte.

 

Localización de la zona de fractura Clarion-Clipperton entre Hawaii y México en el Pacífico Norte  Fuente: (ISA, 2011)

 

En el fondo oceánico de esta zona hay una de las colecciones de elementos de las denominadas «tierras raras» más grandes en el mundo. A cerca de 4.000 metros bajo la superficie oceánica en la zona abisal de esta zona existen trillones de nódulos polimetálicos o depósitos de algunos centímetros de diámetro, que contienen cobre, níquel, manganeso y otros minerales preciosos. Estimaciones indican que solamente en los nódulos en la Zona de Fractura Clarion – Clipperton hay más cobalto, manganeso y níquel que el total de los depósitos conocidos en tierra.

 

Nódulos de manganeso cubren el fondo marino en la zona de fractura Clarion – Clipperton. Créditos: Vehículo Operado Remotamente ROV «Kiel 6000», del Instituto GEOMAR. Imagen extraída de https://www.nature.com/

 

En junio pasado la empresa DeepGreen Metals con sede en Vancouver (Canadá) anunció conseguir un financiamiento de 150 millones de dólares con la empresa suiza Allseas Group para comenzar a explotar minerales en el Pacífico.

Hasta hace pocos años se pensaba que el primer sitio minero en ser abierto serían las chimeneas hidrotermales en aguas territoriales de Papúa Nueva Guinea. Este proyecto estaba siendo desarrollado por la empresa Nautilus Minerals con sede en Toronto, Canadá. Pero oposición local y dificultades financieras estarían impidiendo la realización inmediata del proyecto.

Actualmente, las empresas y Estados patrocinadores se están moviendo para avanzar más allá de la exploración e iniciar la explotación de la Zona de Fractura Clarion-Clipperton. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por sus siglas en inglés) una institución creada por las Naciones Unidas con 168 países miembros para regular la minería submarina ya había otorgado en los últimos años 29 licencias de exploración para contratistas auspiciados por gobiernos nacionales para explorar minerales en el fondo marino.

 

 

3 tipos de ambientes en peligro: nódulos metálicos en llanuras abisales, minerales en la corteza de montes submarinos y sulfuros masivos en zonas volcánicas.

 

Las empresas mineras están enfocadas en 3 tipos de ambientes para la extracción. Uno de estos son las Llanuras o planicies abisales como la Zona de Fractura Clarion-Clipperton con nódulos metálicos que se formaron con millones de años de precipitación mineral alrededor de dientes de peces, huevos u otros objetos pequeños.

Nódulo de manganeso de la zona de fractura Clarion Clipperton. Fuente: https://www.sciencemall-usa.com/manoforsa3.html

 

Estas regiones se encuentran entre las más quietas y remotas entre los ecosistemas del planeta donde la fina lluvia de sedimentos cae a una tasa cercana a un centímetro cada 1.000 años. Este ambiente bentónico (del fondo marino) es hogar de gusanos poliquetos, crustáceos, esponjas, pepinos de mar, estrellas de mar, ofiuros, erizos de mar, y variados peces de aguas profundas, así como una variedad no determinada de especies microbianas y pequeños animales que viven entre los sedimentos.

 

 

Animales registrados en el fondo abisal de la zona de fractura Clarion-Clipperton. Arriba a la izquierda: pepino de mar Psychropotes longicauda. Arriba a la derecha: erizo de mar. Abajo: dos especies de pepinos de mar. Créditos: DeepCCZ Project. Imagen extraída de: https://www.nature.com

 

Otro tipo de depósitos minerales en la mira para su explotación son las cortezas ricas en minerales que cubren los montes submarinos los cuales se elevan varios miles de metros por sobre las llanuras abisales.

 

Monte submarino Davidson fuera de la costa de California. Fuente: NOAA

 

Estas cortezas están llenas de metales de alto valor, tales como cobalto, platino y molibdeno. El entorno de estos montes submarinos es hábitat de corales, esponjas, y otros organismos filtradores, así como especies de atunes, tiburones, delfines y tortugas marinas.

Otra forma de depósitos minerales son los sulfuros polimetálicos, que son ricos en cobre, plomo, oro, plata y zinc. Estos se forman junto a los respiraderos de agua sobrecalentada a lo largo de las crestas volcánicas que atraviesan las dorsales oceánicas. Estas chimeneas hidrotermales se distribuyen principalmente en torno a los límites de las placas terrestres.

 

Estelas alrededor de las fumarolas a alta temperatura (más de 100°C) en el respiradero Champaña en la Fosa de las Marianas. Fuente: NOAA

 

Estas regiones descubiertas recién en la década de 1970 son hábitat de organismos que no requieren de la luz solar sino que dependen de los nutrientes de las propias chimeneas. En vez de realizar fotosíntesis como el fitoplacton o las plantas terrestres, realizan quimiosíntesis. Estas bacterias quimiosintéticas y archeas forman la base de las redes alimentarias que soportan un particular ecosistema conformado por gusanos tubícolas gigantes, bivalvos, crustáceos y peces, entre otros organismos como el cangrejo yeti (Kiwa tyleri) y el caracol escamoso (Chrysomallon squamiferum) el cual recubre su caparazón y placas con el hierro de su ambiente circundante. Esta es precisamente la primera especie en ser oficialmente declarada en peligro por la amenaza de la minería submarina.

Se ha sugerido que en las zonas de este tipo pudo haberse originado la vida en la Tierra hace billones de años. Se cree que una actividad geológica similar podría existir en Encelado, una de las lunas de Saturno, y también en Europa, una de las lunas de Júpiter.

 

Las empresas contratistas mineras y naciones patrocinadoras que ya tienen concesiones de exploración en el océano profundo.

Son 29 empresas y estados patrocinadores que firmaron contratos con la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) por 15 años para explorar nódulos polimetálicos, sulfuros polimetálicos y costras de ferromanganeso ricas en cobalto.

Para nódulos polímetálicos tienen contratos: China Minmetals Corporation, Cook Islands Investment Corporation, UK Seabed Resources Ltd, Ocean Mineral Singapore Pte Ltd., UK Seabed Resources Ltd. Global Sea Mineral Resources NV, Marawa Research and Exploration Ltd., Tonga Offshore Mining Limited, Nauru Ocean Resources Inc., Deep Ocean Resources Development Co. Ltd., China Ocean Mineral Resources Research and Development Association, la JSC Yuzhmorgeologiya (Rusia) y Interoceanmetal Joint Organization (Bulgaria, Cuba, República Checa, Polonia, Federación Rusa y Eslovaquia), el Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales en Alemania, el Instituto Francés de Investigación por la Explotación de la Mar y el Gobierno de la República de Corea, todas estas en la zona de fractura Clarion-Clipperton. Mientras tanto el gobierno de la India mantiene contratos en el océano Índico.

Algunos de estos contratos fueron otorgados en 2001 y ya vencieron, pero fueron renovados en algunos casos para este próximo lustro, la próxima década o más, según corresponda cada caso.

Para sulfuros polimetálicos mantienen contratos: el gobierno de la república de Polonia, el Instituto Francés por la Investigación para la Explotación de la Mar y el gobierno de la Federación Rusa para explorar en el Atlántico Medio.

Mientras tanto, el gobierno de la India, el Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales de la República Federal de Alemania tienen contratos para explorar en el Océano Índico Central.

China Ocean Mineral Resources Research y el gobierno de Corea tienen concesiones para explorar en la Dorsal del Índico Suroccidental.

Para concesiones de exploración de costras de ferromanganeso ricas en cobalto la Autoridad Internacional de Fondos Marinos registra a: la república de Corea en el oeste de océano Pacífico y la Companhia De Pesquisa de Recursos Minerais de Brasil en la Elevación de Río Grande también llamada «La Atlántida brasileña»

El Ministerio de Recursos Naturales y Ambiente de la Federación Rusa tiene concesiones en las Montañas Magallanes del Océano Pacífico. Por su parte, Japan Oil, Gas and Metals National Corporation (JOGMEC) y China Ocean Mineral Resources Research and Development Association (COMRA) tienen concesiones en el oeste de Océano Pacífico.

Este 2018 se le otorgó a Polonia el derecho de explorar 10.000 millas cuadradas en la Cordillera submarina del Atlántico Medio. Las áreas reclamadas están junto al campo hidrotermal llamado Ciudad Perdida, designado como sitio de Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Cabe señalar que aún cuando muchas de estas empresas usan en su discurso propagandístico la retórica del presunto combate al cambio climático debido a su contribución al desarrollo de baterías para almacenamiento de energía eólica o solar, no queda claro de que forma en todos los pasos de su cadena productiva se reducirán supuestamente el uso de combustibles fósiles. Por otro lado, hay amplio consenso científico en que la preservación de la biodiversidad entrega una mayor resiliencia a los ecosistemas, lo cual es fundamental para hacer frente al cambio climático. Esto es particularmente delicado en los mares, donde el conocimiento del funcionamiento de estos ambientes entre los ciclos biogeoquímicos globales es mucho menor que en los continentes.

 

 

Un experimento de perturbación al fondo marino mucho menos intenso que la minería ha concluido que los daños a la vida marina serán devastadores.

En 1989, el ecólogo alemán Hjalmar Thiel diseñó un experimento llamado DISCOL sigla que significa (experimento de Disturbancia y Recolonización en una área de de nódulos de manganeso en el Pacífico Sur profundo). Este experimento implicó rastrillar el centro de una zona de unos 20 kilómetros cuadrados frente a la costa de Perú con una rastra de arado de dos metros y medio de ancho. Esto para simular una actividad de extracción minera generando una columna de sedimento perturbado que al decantar sobre el fondo asfixió a varias especies.

 

Ubicación del experimento DISCOL frente a la costa del Perú. Fuente: https://www.discol.de

 

Este experimento dio cuenta que los impactos de la extracción mineral en el fondo marino podrían ser peores de lo que se creía, incluso aunque no extrajo rocas del fondo, lo que además habría destruido aún más vida marina.

 

Rastra usada en el experimento. Fuente: https://www.discol.de

 

Luego del experimento se realizaron muchas publicaciones e investigadores han retornado al sitio 4 veces, la última de ellas en 2015. Según indica la nota de Nature, allí constataron que el sitio nunca se ha recuperado. En las áreas perturbadas, las cuales aún son visibles luego de 30 años, hay únicamente un pequeño retorno de esponjas, corales y algunas anémonas.

Posteriormente han habido intentos de realizar nuevos experimentos, pero estos habrían fallado por cuestiones técnicas o falta de financiamiento. En abril pasado un robot submarino iba a ser probado por la empresa contratista belga Global Sea Mineral Resources para cosechar nódulos en la Zona de Fractura Clarion-Clipperton usando un sistema tractor de 25 toneladas pero habría sufrido fallas técnicas y no se habrían podido generar datos.

 

Escasez de conocimiento sobre el fondo marino versus la presión de empresas y Estados por comenzar la explotación cuanto antes.

Tanto científicos como ambientalistas están preocupados porque la próxima creación de regulaciones hará que la industria comience a explotar mucho antes de que haya información suficiente sobre como evitar daños graves.

Actualmente los escasos datos que existen han concluido que la minería en aguas profundas tendrá impactos catastróficos y potencialmente irreversibles en la vida marina.

Existen pocos datos acerca de cómo podría verse afectada la meiofauna, es decir, los pequeños animales de entre 1 mm y 45 micrones (μm). que viven entre los nódulos. Entre ellas: protozoos, copépodos, poliquetos, ácaros, tardígrados, quinorrincos, ostrácodos, nematodos y muchas más

Para hacerse una idea del insuficiente conocimiento disponible, estimaciones indican que tan solo un 0,01% del área de la zona de Fractura Clarion-Clipperton ha sido muestreada. La falta de datos previos implica un gran desconocimiento de un mundo que podría ser destruido en las próximas décadas. En los fondos abisales de aguas internacionales, cerca del 90% las especies colectadas son nuevas para la ciencia o no están descritas.

Tan solo una reclamación del Reino Unido cubre un área de 55.000 kilómetros cuadrados. El biólogo de aguas profundas Craig Smith de la University of Hawaii en Honolulu señala a Nature que ellos han recolectado más de 1.000 especies y estima que es menos de la mitad de las que viven allí. «Y eso no es contando los microbios, entre las cuales hay más de 100.000 diferentes especies. Esperamos que hayan miles de especies que son únicas en la CCZ. Algunas de estas especies tienen rangos acotados, por lo que si son removidas de allí, sería una extinción global» señaló.

La legislación le indica a las empresas que para comenzar a operar deben determinar primero cuales son las especies que viven en la zona a intervenir. Biólogos y otros científicos realizan estudios ecológicos para ayudar a las empresas contratistas a establecer esta denominada «linea de base». Junto a esto, la legislación autoriza a que las prospecciones mineras puedan realizar pruebas para entender de que forma sus equipamientos impactarán el ambiente en el que pretenden extraer.

El objetivo de estos estudios es ayudar a las empresas mineras y a la Autoridad Marítima Internacional para que cuando comience la explotación se reduzcan los potenciales daños que causará la extracción minera y desarrollar planes de manejo. Sin embargo, muchos investigadores han señalado que este sistema no está funcionando debido en parte a que los requerimientos para la línea de base son débiles.

Los datos obtenidos por las contratistas han permanecido confidenciales pero se volverían públicos y estarían disponibles en las próximas semanas. «Esto va a ser bastante revelador, porque por primera vez tendremos una idea de la calidad y cantidad de los datos de los contratistas. Supongo que muchos contratistas no están reuniendo lo que consideraríamos como una evaluación de referencia exhaustiva» señaló a Nature Daniel Jones, ecólogo marino del Centro Nacional Oceanográfico de Southampton, Reino Unido.

Según varios investigadores, la raíz del problema es que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos tiene 2 objetivos contradictorios entre si: explotar los recursos naturales del fondo marino a la vez que preservar la biodiversidad. De hecho, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) fue creada en 1996 con el doble propósito de organizar y controlar actividades y para regular la extracción de de recursos minerales en áreas más allá de de jurisdicciones nacionales así como la protección y conservación de los recursos naturales en el área y la prevención de de daño a la flora y fauna en el ambiente marino, especialmente de los impactos dañinos de las actividades de perforación, dragado, excavación, disposición de desechos y otras actividades.

Actualmente la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos pretende que una vez que la minería se instale, genere monitoreos y recién entonces desarrolle estándares para ajustar su extracción. A lo que se oponen representantes de la comunidad científica y ambientalistas en todo el mundo.

Un estudio de 2018 concluyó que uno de los principales problemas en este momento es la falta de aplicaciones para regulación ambiental y la falta de datos para proporcionar una determinada evaluación de impacto ambiental. El estudio señala que en «El Área» la humanidad se enfrenta al escaso conocimiento de los ecosistemas deplorablemente muestreados a veces con un único punto de muestreo cada 1.000 kilómetros cuadrados.

En septiembre de 2018 la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos emitió un total de 100 requerimientos (publicados entre 2011 y 2015) como una guía para potenciales entidades mineras cuando recolecten datos para sus estudios de línea de base ambiental durante la fase de exploración. De todos los actuales requerimientos, destacan: metodologías para el muestreo en fondo marino, metodologías para el muestreo en la columna de agua, evidencia estadística, consideraciones espaciotemporales, toxicología, necesidades de modelamiento, estudios genéticos, diversidad de especies, documentación y almacenamiento de archivos, estudios relativos de impacto, herramientas de manejo de área, comparación y determinación entre otras temáticas.

Este 16 de julio pasado la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos señaló en un comunicado de prensa en su sesión N°25 en Kingston (Jamaica) que se enfocó en el diseño de regulaciones a la explotación de minerales en los fondos marinos internacionales, en conjunto con otras materias regulatorias.

El comunicado señala que representantes de Estados y Observadores se reunieron entre el 15 y 19 de julio para una primera lectura del diseño de regulaciones para la explotación para minería comercial en el fondo marino y la discusión sobre los mecanismos de pago para las explotaciones minerales.

Mientras se ajustan las regulaciones para dar un marco legislativo a esta nueva industria extractivista global queda claro que ante la ambivalencia de pretender explotar los fondos marinos para un supuesto beneficio de la humanidad, las partes interesadas probablemente requerirán anular primero a las iniciativas que buscan la protección de la biodiversidad.

Es responsabilidad de toda la población el cuidado de los fondos marinos, el ecosistema más extenso de nuestro planeta. Si esperamos la respuesta y pronunciamiento de las instituciones sobre el riesgo de trastornos graves asociados a estas faenas extractivas, la población será testigo de cómo rápidamente se encontrará de frente y  perpleja ante las consecuencias del desarrollo de esta nueva industria. Y cuando ocurran los impactos ambientales que se prevén, recién allí puedan quizás comenzar las mitigaciones insuficientes, discursos lastimeros o compensaciones irrisorias, tal cual como ya ocurre con la minería en tierra firme u otras actividades intensamente extractivas. Mientras tanto, las consecuencias de la alteración probablemente irreversible de este ambiente marino sin duda se convertirá en una pesada carga con la que nuestra generación cargue para un futuro cada vez más incierto debido a la degradación ambiental de todo nuestro mundo.

 

 

Imagen destacada: Un vehículo operado de forma remota tomando un nódulo metálico con un organismo viviendo sobre éste. Créditos: Instituto GEOMAR. Imagen extraída de https://www.nature.com/

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