Este lunes por la mañana, los obreros que ingresaron a su jornada laboral en el Camino de Los Carros, a la altura de la estación del Biotrén de Lorenzo Arenas en Concepción (donde se realizan reparaciones viales) se encontraron con un una trágico hallazgo; un nochero muerto y otro inconsciente yacían en el interior de un container que ocuparon como refugio para güarecerse del frío y humedad de la noche.
Según las afirmaciones del subprefecto de la Brigada de Homicidios de la PDI, Sergio Claramunt, los dos guardias pudieron haberse intoxicado con la inhalación de un compuesto químico presente en un material de construcción, llamado silicio, que al ser inhalado durante largo tiempo puede provocar una intoxicación y a largo plazo puede producir silicosis pulmonar.
La empresa Claro Vicuña Valenzuela, empleadora de los trabajadores accidentados, no se ha pronunciado oficialmente, en su página web no hay ningún comunicado frente a este tema. Sin embargo, los cuestionamientos sobre la real fiscalización, por parte de los Prevencionistas de Riesgos, vuelven a estar en la palestra. La legislación establece que el prevencionista debe ser contratado por la misma empresa que debe «fiscalizar», y cuando las medidas de seguridad representan costos que la empresa no quiere asumir, el prevencionista debe elegir entre la seguridad de los trabajadores o su seguridad laboral.
No ha sido planteada con la fuerza necesaria, una propuesta para que se implementen cambios en la legislación que legaliza la precariedad laboral de los obreros del rubro de la construcción. Es tarea de quienes sientan la indignación de ver como cada día «la cosa se ve peor», de comenzar la difícil tarea de la construcción de una organización de obreros de la construcción.