Atropellos a peatones, obstrucción de veredas y de bajadas de solera por donde deben pasar sillas de ruedas o coches con guagua e inestabilidad de usuarios, han marcado el primer mes de funcionamiento de los 300 scooters desplegados por la empresa Whoosh en Concepción.
Estos trastornos han motivado la reunión que este martes 18 sostuvieron el Seremi de Transportes, Patricio Fierro Garcés, el alcalde penquista, Héctor Muñoz, y el director de Whoosh para América Latina, Joao Pereira Dos Reis, y el representante para el país, Bernardo Barros Cortés.
De acuerdo a una comunicación de la municipalidad de Concepción, en la cita se le solicitó a la firma rusa un plan de medidas que mejoren el uso de los scooters eléctricos como medio de transporte en Concepción, el cual deberá integrar: «acciones educativas, de fiscalización y señalética vial enfocadas en promover un adecuado comportamiento de las y los usuarios, con el uso de elementos de seguridad y protección, mantener una velocidad adecuada y no invadir espacios para peatones».
Te puede interesar| Trabajador con discapacidad visual que sufrió caída en vereda en mal estado en Concepción baraja demandar al municipio
Llama la atención que de acuerdo al propio municipio los únicos atributos valorables de este negocio son: «un número creciente de clientes y su condición de ser amigable con el medioambiente». Es decir, que su inoperancia, estorbo y riesgo que implica el uso de estos monopatines eléctricos por las calles de Concepción, constituye un hecho incontrovertible, aunque un buen negocio hasta ahora.
Leer cómo la prensa europea se ha referido a las alteraciones provocadas por estos ciclos es cómo ver en un espejo lo que ha ocurrido en Concepción durante este verano. En Barcelona, otras ciudades de Cataluña o en Italia, se habla de la «impunidad» con la que se conduce estos artefactos y a las empresas que los proveen, incrementándose los controles y multas por distintas acciones. En Paris, el 89,03% votó poner fin al negocio de los scooters en la ciudad en marzo de 2023. Desde esta fecha ya no existen contratos con firmas arrendadoras. El medio France 24 explicaba en una nota lo siguiente:
«Los ciudadanos argumentaron ser más propensos a mortales accidentes en las vías, que las patinetas eran abandonadas en cualquier parte del espacio público; algunos alegaron que los que usaban los scooters rozaban constantemente a los peatones por las aceras, mientras iban a la velocidad máxima posible y algunos ciudadanos organizados se ampararon en los 408 accidentes que se registraron en 2022, en los que murieron tres personas y 459 resultaron heridas».
Con estos antecedentes recogidos en una rápida pasada por algunos medios de prensa, ¿cómo se explica que el municipio de Concepción, haya abierto la puerta a este negocio y persista en ello? ¿Si la población penquista no le sirve, a quién y por quién se sostiene?
Resumen tomó contacto con el municipio comandado por Héctor Muñoz, para consultar por los plazos dados a la empresa Whoosh para implementar mejoras a su servicio y respecto al tipo de relación entre la marca y la institución pública. Reproducimos parte de sus respuestas a continuación:
No existe ningún contrato entre la Municipalidad de Concepción y la empresa Whoosh. La operadora de Scooters es una empresa privada que para poner este servicio en la comuna solicitó al municipio un permiso. En la administración anterior del alcalde Álvaro Ortiz Vera sse le otorgó lo que denomina «permiso precario», que permite trabajar en la vía pública, no tiene un plazo definido, pero sí se puede caducar en cualquier momento por parte del municipio. No hay pagos desde la empresa al municipio.
Los scooters están en uso desde el 13 de febrero, inmediatamente cumplido un mes el alcalde Héctor Muñoz Uribe convocó a una reunión de evaluación técnica y previamente solicitó a la Dirección Jurídica que analizara la legalidad y pertinencia del permiso otorgado.
En virtud de esta decisión del alcalde, la continuidad quedo condicionada al cumplimiento de exigencias en materia de seguridad, educación a usuarios y observación de la ley de convivencia vial. Se le dio un mes a la empresa para mejorar.