[resumen.cl] Un museo para construir relatos de lucha, de experiencias organizativas, de testimonios de la violencia perpetrada por agentes del Estado contra su banalización y la impunidad, son algunas de las potencialidades de la iniciativa levantada por Marcel Solá, fundador y curador del Museo del Estallido Social.
Desde la región metropolitana, donde reside explica a Resumen que «el proyecto comenzó a gestarse en el marco de esta pandemia mundial por el virus Covid-19. Mientras estamos apartados, en casas o albergues privados, nos quieren borrar todo vestigio de las manifestaciones en el espacio público, el mismo que hace casi nueve meses transformamos, desde su desatención como "tierra de nadie" en nuestro "espacio compartido". Hemos despertado, queremos ser agentes conscientes y esto nos obliga a establecer un tejido solidario y colaborativo para no bajar los brazos en esta lucha por la dignidad. Deseamos mantenernos más despiertos que nunca, despiertos para defender lo que valoramos desde la solidaridad de un Pueblo que se resiste a la inequidad.»
Agrega que «el musealizar los registros y documentos del estallido implica una labor de investigación, catalogación y comunicación muy importante para construir un relato de los acontecimientos en tiempo presente. Gran parte del material documental respecto al estallido circula por redes sociales en un formato un tanto efímero. Consideramos que es clave que se compilen gran parte de estos registros a través de un gran archivo. La revuelta social no ha terminado, no queremos consagrar algo que está en el pasado, sino que contribuir a establecer un tejido colaborativo presente, un marco teórico y un espacio que potencie el sentido de pertenencia y apropiación social.»
– ¿Cuáles son los principales objetivos de la iniciativa?
Esta plataforma surge como una iniciativa autogestionada ante la necesidad de documentar y visibilizar los acontecimientos políticos y sociales que han tenido lugar en Chile desde el 18/O. Está construyendo su relato a partir de elementos presentes y vivos. Por un lado, testimonios de personas, registros fotográficos, audiovisuales, manifiestos, publicaciones así como también de íconos o materiales que ya forman parte del imaginario colectivo del Pueblo. Los archivos giran en torno a la revuelta social que se desencadenó frente a más de 30 años de descontento en un escenario de pseudodemocracia, en el cual hasta ahora impera un constitucionalismo autoritario que se instauró en la dictadura de Pinochet.
Por otra parte el Museo también pretende articular una serie de actividades en el espacio público como a su vez potenciar y promover el sostenido desarrollo de asambleas territoriales que promuevan una forma activa de relacionarnos en comunidad en torno a propósitos en común.
– Quisiéramos saber qué regiones o provincias están representadas en el museo y qué acciones han emprendido en función de ampliar la representación territorial a través de sus muestras.
Hasta ahora tenemos registros de publicaciones, videos, fotografías de representantes de las regiones de Antofagasta, Atacama, Valparaíso, Libertador General Bernardo O’Higgins, Maule, Bío Bío, La Araucanía y la Metropolitana. Queremos que esto se haga extensivo a nuevas regiones de Chile. Nos hemos puesto en contacto con diversos representantes de dichas regiones para compilar material documental y visibilizarlo a través de nuestra Plataforma. Al respecto, gracias a los vínculos que se han establecido, han surgido potenciales nuevas secciones en el sitio como "Narrativa y poética del movimiento", "Espacios comunitarios".
Una vez que se reestablezcan las posibilidades de encontrarnos en el espacio público, proyectamos acercarnos a varias regiones para levantar en terrenos testimonios y contenidos para ser amplificados por nuestra plataforma.
– ¿En qué consiste su apuesta por materializar su museo, dónde, cómo y de qué forma buscan implementarlo?
Nuestro museo aspira a tener una sede física y una plataforma virtual, con un relato real de los hechos sin mediación de intereses privados políticos ni económicos. Precisamente, tras la decisión del actual gobierno de reducir la asignatura de historia en los establecimientos escolares, se hace aún más importante que el pueblo, a través de la activa autogestión colaborativa, construya su propia memoria, desde el aquí y ahora, desde el espacio público, más que delegar esa tarea en los ministerios que desestiman la crítica en busca de mejoras sociales.
Al ser una plataforma autogestionada se financia gracias al aporte de donaciones. El Museo del Estallido Social apela a sensibilizar y educar a la ciudadanía respecto a una creciente forma de financiamiento que dice relación con el aporte particular. Cada persona natural puede donar acorde con sus posibilidades al proyecto y recibirá por parte de la organización una retribución que puede traducirse en menciones como también en productos de la tienda propia del Museo. Esto permitirá entre otros efectos generar sentido de pertenencia y apropiación social de esta plataforma.
Lo relevante en este Museo radica en lo que hay detrás de testimonios, manifiestos de organizaciones, registros audiovisuales y publicaciones que permiten construir un relato presente de un fenómeno social que sin lugar a duda cambiará la historia del país.
El espacio físico también tendrá una colección de elementos simbólicos que tienen un gran significado para quienes han vivido de cerca la revuelta social. De esta manera piezas como escudos de primera línea, vestigios de perdigones, capuchas, e íconos tales como el Monumento al Perro negro Matapacos se constituyen como piezas claves en la memoria del estallido social. Su valor no reside en lo económico sino que pasan a ser unidades semánticas potenciales que contienen este valor relacional. Este último valor alude al vínculo generado con las personas que han luchado incansablemente por la justicia y dignidad social.
La dimensión física del espacio museístico tiene como objeto generar una permanente participación ciudadana. A través de conversatorios y conferencias, se generarán instancias dialógicas para extraer reflexiones y acciones posibles de cara a un rol activo de la ciudadanía en un eventual proceso de convención constitucional.
Instagram del Museo del Estallido Social: @museodelestallidosocial
Fotografía principal de Amapola / @indomitafotografias. Concepción