Netflix estrenará “El Eternauta”: Héctor Oesterheld sigue resistiendo y se niega a ser un desaparecido

La versión Netflix de Cien años de soledad tuvo un fuerte impacto internacional, pero muy especialmente en Colombia. Se espera que la versión Netflix de El Eternauta tenga una repercusión similar, tanto a nivel internacional, como en Argentina, donde la obra tiene una especial carga política y de memoria histórica.

Por Joaquín Pérez

El 4 de septiembre de 1957 se publicaba en la revista Hora Cero en Buenos Aires, el primer capítulo de "El Eternauta", primera novela gráfica en lengua castellana, pionera de la ciencia ficción el mundo, publicada 6 años antes de que la BBC de Londres emitiera el "Doctor Who", 8 años antes que Frank Herbert publicara en Estados Unidos "Dune", 9 años antes de "Stark Trek" o 20 años antes de "Star Wars".

El Eternauta es hoy un clásico mundial de las historietas o del comic, convertido en objeto de culto que se reedita cada cierta cantidad de años, material de lectura obligatorio de la educación pública allende los Andes, a pesar que varios gobiernos argentinos han intentado prohibirla.

La historieta más leída e influyente de Argentina, sigue aterrando y abriendo cabezas, en muchas generaciones de jóvenes en Argentina y Latinoamérica, cuestión que se incrementará, sin duda, con la serie que Netflix estrenará a fines de abril.

Ciencia Ficción y alegoría política

La historia parte con 4 amigos jugando al truco y escuchando radio en una casa de Buenos Aires, cuando la temperatura cae bruscamente y se desata una imposible nevada sobre Buenos Aires, pero la nieve de copos brillante no era nieve, sino la muerte. La gente comenzó a morir y los pocos supervivientes ven que el mundo ha sido tomado por seres extrarrestres. Juan Salvo, el héroe de la historieta, interpretado por Ricardo Darín en la serie, junto a sus amigos de la partida de truco, se unieron a una improvisada resistencia, que logró una victoria momentánea sobre los invasores, pero el precio que pagaron fue muy alto. Los compañeros del Juan, fueron convertidos en zombies-robots (otra genialidad de Oesterheld que imaginó a lo que hoy se denomina cíborg antes que nadie), la mujer e hija del héroe se perdieron en el espacio y en el tiempo, obligando a Juan Salvo a robar una nave espacial y salir en su búsqueda, sólo para acabar perdido, condenado a ser un viajero de la eternidad, un Eternauta...

Héctor Oesterheld el padre del Eternauta

Hablar de El Eternauta es imposible sin hablar de su creador Héctor Oesterheld, escritor y guionista de varias historietas argentinas como Sargento Kirk, Ernie Pike Corresponsal de Guerra, La Guerra de los Antartes, Bull Rockett, pero universalmente conocido por su obra máxima: El Eternauta.

Héctor Germán Oesterheld Puyol, nació en Buenos Aires el 23 de julio de 1919, hijo de inmigrantes, por parte de su padre alemanes, por parte de su madre, catalanes y vasco franceses, estudió geología en la Universidad de Buenos Aires, mientras cursaba estudios universitarios ya trabajaba como corrector y publicaba su primera obra "Truila y Miltar", que fue publicado en el suplemento literario del periódico La Prensa.

Un año después de terminar sus estudios de geología se casó con Elsa Sánchez, solo unos años después abandona la geología para dedicarse totalmente a la literatura. Partió con cuentos infantiles y trabajos de divulgación científica, hasta que el 1951 produjo los primeros guiones de historietas. Ello, en paralelo, publicaba varios cuentos en "Más Allá", primera revista de ciencia ficción de habla hispana, editada en Buenos Aires por la Editorial Abril (1951).

El primero de sus personajes importantes en historietas fue el piloto de pruebas Bull Rockett, que apareció por primera vez en el número 176 de la revista Misterix, en 1952, dibujado por el italiano Paul Campani. Luego siguió el Sargento Kirk, en 1953, dibujado por Hugo Pratt. Aunque partiendo del western clásico, lo encaró de una forma innovadora, eludiendo los habituales clichés del género. Originalmente Oesterheld había pensado en Kirk como en una suerte de Martín Fierro en la Pampa argentina, pero la editorial le solicitó que situara la acción en los Estados Unidos.

En el número 297 de Rayo Rojo apareció el boxeador Indio Suárez, protagonista de la historieta homónima, dibujado por Carlos Freixas. De a poco sus personajes comenzaron a ser populares. En esta época colaboró también con las editoriales Códex y Columba.

En 1955 Héctor Oesterheld fundó, junto con su hermano Jorge, la Editorial Frontera, que comenzaría publicando versiones noveladas de las historietas de Bull Rockett y el Sargento Kirk, las cuales comenzarán a llegar a Chile, país donde aún no habían revistas de historietas, esta revista Frontera se caracteriza por historietas de Western, más tarde vendría la revista "Hora Cero" dedicada a la ciencia ficción, donde aparecería El Eternauta en 1957.

Hertor Oesterheld: el vinculo con Chile y Concepción

Sera en la revista La Frontera, donde Héctor Oesterheld tendrá sus primeros vínculos con Chile, allí conocerá al dibujante penquista Arturo Pérez del Castillo (Concepción 1925 – Buenos Aires 1992) quien trabajara para la editorial Frontera desde su origen, donde ilustró a uno de los personajes de Oesterheld: Randall the Killer, un cowboy de facha descuidada, que iniciaba esa larga tradición de héroes existenciales de Héctor.

No será hasta agosto de 1956 que la editorial Zig-Zag creara la primera revista de historietas en Chile: "El Pingüino" donde Héctor Oesterheld participó con colaboraciones. Antes de la revista El Pingüino, las historietas Argentinas eran precisamente de las pocas que llegaban a Chile, las otras eran traducciones mexicanas de historietas estadounidenses.

A principio de los 60 Héctor Oesterheld comenzó a trabajar con editoriales chilenas, tanto Zig-Zag como Lord Cochrane (Grupo Edwards), en 1966 publica en la revista Ruta 44, de Editorial Zig-Zag, su primera historieta escrita especialmente para un medio chileno: Jimmy "Tornado" Salas.

En 1967 entre los números 32 y 55 de la revista Far West , también publicada por Zig-Zag, aparece Ronnie Lea, "El muertero". Serán años importantes para la historieta nacional, tanto así que Zig-Zag suspende la importación de historietas desde México.

Con la consolidación de la historieta chilena, los viajes de Héctor a Chile se hicieron cada vez mas frecuentes. En el fragmento de una carta enviada a su esposa, fechada en un viaje que el escritor realizó a Chile en 1968, incluido en el libro "Los Oesterheld", de Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami (Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2016) se lee lo siguiente: "Yo no soy ningún genio, más de una vez me lo hiciste notar, pero acá todos creen que lo soy".
En esos años ilustradores chilenos trabajaran con guiones de Oesterheld como Hervi: "La comida del gato", Vivanco : "La venganza de cándido Fonseca", y Palomo: "Rosquitas de almendras".

Con el triunfo de Salvador Allende, Chile se transformó en un centro de creación y desarrollo de muchas iniciativas, editorial Quimantu editó la revista de historieta La Firme (1971-1973), encabezada por Alberto Vivanco y varios destacados ilustradores que venían de las editoriales Zig-Zag y Lord Cochrane, como Jorge Vivanco (Pepe Huinca) y Hernán Vidal (Hervi), además de Luis Jiménez (Aníbal) y Eduardo de la Barra, quien firmaba como Jecho en la revista Punto Final.

Héctor Oesterheld se vinculó activamente con este grupo de ilustradores, con los cuales generara una estrecha relación. Tras el golpe militar en Chile, Vivanco mantuvo comunicación con Oesterheld, desde el exilio en Venezuela, creó las condiciones para que el escritor argentino y su familia, pudieran trasladarse a Caracas tras el golpe en Argentina en 1976.

Sin embargo, la tragedia se desatará muy rápido sobre la familia, la dictadura argentina primero secuestró a sus 4 hijas: Estela (25 años), Diana (24 años), Beatriz (19 años) y Marina (18 años), junto a tres de sus yernos, dos de sus hijas estaban embarazadas al momento de su detención, hasta el día de hoy permanecen como detenidas desaparecidas, a excepción Beatriz cuyo cadáver fue encontrado por su madre 7 de julio de 1976 en el depósito de cadáveres.

La detención y desaparición de Héctor Oesterheld

Con el golpe militar dirigido por Onganía en Argentina (1968) Oesterheld ya había visto peligrar su seguridad, dos de sus obras fueron las biografías ilustradas del Che Guevara y de Eva Perón, fueron prohibidas en Argentina, se reciente su situación personal debido a la escasez de trabajo y tal vez por lo mismo comenzaron sus viajes a Chile.

Pero la dictadura de 1976 encabezada por Videla, fue mucho peor, con la implementación del Plan Cóndor y el terrorismo de Estado por parte de las dictaduras militares propiciadas por Estados Unidos en Brasil Paraguay, Uruguay, Bolivia Argentina y Chile. En Argentina los detenidos desaparecidos se elevan a más de 30 mil.

Héctor Oesterheld, siempre fue parte de la izquierda peronista, con la dictadura pasó a ser encargado de prensa de la organización "Montoneros", trabajando desde la clandestinidad.

El 27 de abril de 1977 fue secuestrado por las fuerzas armadas en La Plata, es visto entre noviembre de 1977 y enero de 1978 en el centro clandestino de detención y torturas de El Vesubio, en la localidad de Aldo Bonzi (partido de La Matanza, Gran Buenos Aires). Eduardo Arias, ex prisionero político y sobreviviente de este recinto, lo recuerda así: «Su estado era terrible. Permanecimos juntos mucho tiempo. […] Uno de los recuerdos más inolvidables que conservo de Héctor se refiere a la Nochebuena del ’77. Los guardianes nos dieron permiso para sacarnos las capuchas y para fumar un cigarrillo. Y nos permitieron hablar entre nosotros cinco minutos. Entonces Héctor dijo que por ser el más viejo de todos los presos, quería saludar uno por uno a todos los presos que estábamos allí. Nunca olvidaré aquel último apretón de manos. Héctor Oesterheld tenía sesenta años cuando sucedieron estos hechos. Su estado físico era muy, muy penoso».

Meses más tarde fue visto en otro centro clandestino de detención y torturas llamado el Sheraton (o Embudo) que funcionó en la Comisaría de Villa Insuperable en la ciudad de Lomas del Mirador, también en el partido de la Matanza.

No se conocen a ciencia cierta las circunstancias ni la fecha precisa de la ejecución, Héctor Oesterheld, continúa hasta hoy como sus hijas y yernos, siendo un detenido desaparecido.

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