Los cables diplomáticos de la embajada de EEUU en Buenos Aires revelan cómo orientó la investigación del atentado a la AMIA siguiendo directivas de la diplomacia estadounidense. Stiusso, exjefe de Inteligencia de los Kirchner, fue su enlace.
BUENOS AIRES.- En una carta publicada este jueves, la presidenta argentina Cristina Fernández ha hecho alusión hasta en once ocasiones a un nombre ya vinculado en varios análisis a Alberto Nisman. El fiscal falleció el domingo en misteriosas circunstancias siendo el investigador oficial del atentado de 1994 a la Asociación Mutualista Israelita Argentina (AMIA), y que acusó a la mandataria de intentar encubrir la supuesta responsabilidad de Irán en el ataque.
La mandataria se refería al ex jefe de la Secretaría de Inteligencia (SI), Antonio Horacio Stiles (llamado también Javier Stiusso), al mando del organismo hasta diciembre del año pasado, cuando fue desplazado. El espía entró hace 42 años en los servicios de Inteligencia. Corría el año 1972, y sobrevivió como tal a la dictadura (1976-1983), al Gobierno de Raúl Alfonsín, al de Carlos Ménem, y al de Néstor Kirchner y su esposa. Hasta hace un mes.
Se podría decir que este hombre, un ingeniero de 61 años, conoce como nadie los secretos que se mueven en los circuitos de poder, incluidos los de varios presidentes. Ha sido, además, el enlace directo entre Inteligencia y la CIA y el Mossad, los servicios de espionaje de Estados Unidos e Israel.
Fue Stiusso, precisamente, el que dirigió y suministró las supuestas pruebas en las que se apoyó Nisman para hacer su denuncia. El fiscal especial de la causa AMIA lo reconoció en varias oportunidades. El periodista Santiago O'Donnell, del diario Página12, también lo refleja en sus libros Argenleaks (2011) y Politileaks (2014), después de que el editor de Wikileaks, Julian Assange, le confiara los más de 2.500 cables diplomáticos estadounidenses referidos a Argentina.
«Los Wikileaks muestran una gran falta de independencia del fiscal Nisman con respecto a la embajada de Estados Unidos», explicó O’Donnell a Público. Cuando el periodista accedió a los cables, lo que más le llamó la atención fue la información referida al atentado a la AMIA y al fiscal de la causa, Alberto Nisman.
El periodista ahondó en ellos. «La embajada de Estados Unidos le ordenaba al fiscal que no siguiera ninguna pista salvo la iraní. Sin embargo, había una política de Estado que incluía a los grandes medios, a los líderes de la comunidad judía organizada, al Gobierno argentino y a la embajada de Estados Unidos y de Israel de no cuestionar la investigación, aunque en privado había grandes dudas sobre su efectividad», añadió a este diario.
Entre 2004 y 2010, durante los Gobiernos de Kirchner y Fernández, los cables enviados desde Buenos Aires a Washington que incluyen la palabra AMIA fueron 196. De ellos, 75 están caratulados como «confidencial» y 16 como «secreto».
Los documentos a los que accedió O'Donnell revelan cómo Nisman le adelantaba a la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires las medidas judiciales que iba a tomar la Fiscalía o el juzgado en torno a la causa. También alcanzaba a la sede diplomática los borradores de resoluciones para recibir las correcciones que fueran necesarias. El fiscal llegaba incluso a disculparse por no avisar a tiempo de alguna medida judicial que había tomado.
«Distintos funcionarios estadounidenses mantuvieron numerosos contactos con el fiscal encargado de llevar adelante la investigación, Alberto Nisman", contó O’Donnell en un artículo publicado en 2013. «En esos contactos los estadounidenses dejaron claro que no dudaban de la culpabilidad de los sospechosos iraníes acusados por la fiscalía e insistieron en que Nisman deje de lado la llamada pista siria y la llamada conexión local, porque seguir esas pistas podría debilitar el caso internacional en contra de los acusados iraníes».
Esto explica el enfado del juez Canicoba Corral, a cargo de la investigación de la causa AMIA, cuando el pasado miércoles se dio a conocer la denuncia de Nisman contra la presidenta y su ministro de relaciones exteriores Hector Timerman. «El fiscal de grado no ha tenido ni siquiera la delicadeza de hacerme llegar a mí las conclusiones a las que arriba en una causa en la que el director del proceso soy yo», apuntó en declaraciones radiales.
La pista iraní
Pese a las recomendaciones del magistrado para que Nisman ampliara la investigación hacia Siria y hacia las posibles conexiones locales, «lo cierto es que él se circunscribió a lo que llamamos nosotros la pista iraní», objetó el magistrado.
Los ejemplos de la connivencia de Nisman con la embajada de Estados Unidos son muy ilustrativos. O’Donnell transcribe de Wikileaks cómo en 2006 Nisman le sopló al embajador, con tres semanas de anticipación, la decisión del juez Canicoba de procesar a sospechosos iraníes. Cómo, un año después, Nisman le presentó un borrador a un representante del FBI que no gustó y luego tuvo que modificar.
También queda reflejado, en los cables de mayo de 2008, de qué manera la embajada daba cuenta en hasta tres cables distintos de los sucesivos pedidos de perdón de Nisman por no avisar de que había solicitado la captura del expresidente Menem. Al final de aquel año, Nisman comunicó finalmente que actuaría contra los iraníes.
«Nisman me contó que prácticamente toda su información provenía del agente de la Secretaría de Inteligencia Jamie Stiusso, ya que Stiusso tenía la confianza de los servicios secretos estadounidenses e israelíes», comentaba O’Donnell esta semana en un artículo publicado en su blog. «Me comentó que Stiusso le pasaba información en bruto y lo que él podía corroborar lo llevaba al expediente (...) Puedo estar equivocado, pero la movida de Nisman me huele a carpetazo de los servicios».
En 2004, el por entonces ministro de Justicia Gustavo Beliz mostró por televisión una foto de Stiusso para ponerle un rostro a quien, según denunció, le había montado una suerte de «ministerio de seguridad paralelo» que había convertido la secretaría de Inteligencia en una «policía secreta sin control». Beliz fue destituido por Kirchner y tuvo que emigrar del país con un juicio a sus espaldas.
La fiscal que ahora investiga la muerte de Nisman ha descartado que vaya a citar al que fuera jefe de Inteligencia porque «no tiene que explicar absolutamente nada».
Imágenes del fiscal llegando al país
Cada día se desvelan nuevos indicios que no hacen más que levantar sospechas sobre lo que sucedió con Nisman antes de que lo encontraran muerto en su lujoso departamento de Buenos Aires con un disparo en la cabeza. El canal C5N hizo públicas unas imágenes del fiscal a su llegada anticipada al país, después de haber interrumpido un viaje por Europa que estaba haciendo con su hija, y un día antes de que hiciera pública la denuncia contra la presidenta.
Las cámaras del aeropuerto de Ezeiza se mueven para registrar toda la trayectoria de Nisman desde que avanza hacia los puestos de Migraciones. Se lo ve pasar por el control de pasaportes y esperar las maletas en el recinto donde están las cintas transportadoras. Allí saca su teléfono varias veces, habla con alguien, y al rato acude a su encuentro un hombre cuya cara aparece pixelada. Además de levantar la incógnita de quién es la persona que sale a recibirlo con un abrazo, queda en evidencia que era sabida su llegada al país, y que las cámaras lo fueron siguiendo a medida que avanzaba por el aeropuerto.
Fuente: http://www.publico.es/internacional/nisman-fiscal-desenmascarado-wikileaks.html