Este sábado, como había sido avisado, se desarrolló una nueva jornada de la Escuela Popular Permanente, en que expuso Sebastían Leiva, Profesor de Historia que ha investigado, la política del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, durante el periodo del Gobierno de la Unidad Popular.
Sebastían explica que, uno de los objetivos de este trabajo fue desmitificar la idea que se tiene del MIR, como un grupo que pensaba sólo en la lucha armada y en la preparación militar. Efectivamente, si bien esa área constituyó un elemento dentro de la política, no fue lo que acaparó todo su quehacer.
El MIR, como afirma Sebatían, desarrolló un trabajo en «organizaciones intermedias», tales como el FER (Frente de Estudiantes Revolucionarios), MCR (Movimiento Campesino Revolucionario), FTR (Frente de Trabajadores Revolucionario). Desde estas organizaciones, se intentaba impulsar una política que podría resumirse en promover una organización social amplia que fuera vigilante y promoviera el cumplimiento del programa del Gobierno de la UP y que además pudiera desarrollar capacidades que le permitieran controlar democráticamente distintos espacios, en otras palabras, promover el Poder Popular.
Reflejo de esto, en nuestra zona, fue la toma de las fábricas por parte de obreros, en las Textiles de Machasa (Chiguayante), Bellavista (Tomé), etc, donde organizaron e impulsaron la producción, sin patrones. El impulso de la triestamentalidad en la Universidad de Concepción, donde sus trabajadores y estudiantes, llegaron a tener un poder que, según el historiador Luis Vitale, pudo haber bordeado el 50% de los votos, para la toma de decisiones.
Otra expresión de este impulso democratizador, fue la Asamblea del Poder Popular en Concepción, donde acudieron una gran cantidad de representantes de Juntas de Vecinos, Sindicatos y Federaciones de Estudiantes, quienes no necesariamente participaban en las organizaciones impulsadas desde el MIR, pero los animaba la posibilidad de poder decidir sobre las condiciones en que se desarrollaba su vida, explica Sebastían.
En esta Asamblea se discutieron las realidades y las opciones que tenía cada sector, definiéndose propuestas para llevar a cabo. El Golpe de Estado, truncó este proceso, y hasta el día de hoy, la sociedad no tiene ningún poder de decisión. Sin ir más lejos, todas las medidas post 27/F, no han sido otra cosa que imposiciones y con consecuencias desastrosas para sus destinatarios, tratados como beneficiaros, usuarios, vulnerables, etc.
La jornada reabrió el debate sobre la necesidad democratizar los espacios en que el pueblo se desenvuelve, pero además se demostró que, en algún momento fue posible y el que el pueblo tiene la capacidad y no necesita profesionales de la política para ello.
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