Por Jorge Ayala desde Puerto Montt
Después del quiebre de la mesa de negociaciones con el gobierno el día viernes 6 de mayo a las 1 de la mañana, la movilización social en la Región de Los Lagos tomó un nuevo rumbo, ya no solo porque el rechazo a la propuesta del gobierno radicalizó las posiciones de los sectores artesanales, sino que también y como consecuencia de ello, se comenzó a incorporar a nuevos actores y profundizar las reales causas de la crisis, lo que derivó en nuevas demandas. Este proceso de conflicto desde el viernes 6 de Mayo hasta ayer el día lunes 9 de mayo, no ha decaído a nivel comunal, lo cual nos posibilitaría hablar de que el proceso de movilización a nivel regional se ha extendido geográficamente y a la vez ha empezado a aglutinar un conjunto de actores sociales y económicos que quieren empezar a integrarse a un conflicto que no tiene una solución inmediata.
La jornada del viernes comenzó con un conjunto de cortes de ruta en las periferias rurales de la Comuna de Puerto Montt, en la zonas de la carretera Austral, La Ruta Puerto Montt – Puerto Varas, Chamiza, Tepual y Lagunitas, adhiriendo los pobladores y habitantes de la zona a las movilizaciones que se han gestado en toda la región. Estos cortes que se han expandido de forma prolongada desde el comienzo del conflicto han sido duramente reprimidos por Fuerzas Especiales, pero no han logrado sofocar el descontento y las motivaciones de las personas para radicalizar el conflicto desde la periferia de la capital regional.
Posteriormente, durante el transcurso de la mañana, en el centro de Puerto Montt alrededor de 500 personas del comité de cesantes de las salmoneras, marcharon por el centro de la comuna exigiendo como demandas, capacitaciones, bonos y proyectos de micro emprendimiento para el conjunto de ex-trabajadores salmoneros afectados. Esté grupo estaría fuertemente influenciado por el dirigente de la Federación de industrias pesqueras de Puerto Montt., Ricardo Casas, quien sostendría para el diario el Llanquihue, que ante sus demandas que han planteado a las autoridades, no han tenido respuesta alguna desde el momento en que empezó el conflicto.
Alrededor del mediodía, los diputados Fidel Espinosa (PS) y Patricio Vallespin (DC), en la intendencia regional, tuvieron una reunión con las autoridades locales y con las personas que estaban acampando afuera del mismo edificio, donde sostuvo a los medios de comunicación que lo entrevistaron que la mesa de negociación se había roto, exclusivamente, porque los pescadores habían puesto otros temas asociados a las cuotas de pesca en la mesa de negociación, y que el fin de dicha instancia era resolver el tema de la marea roja con los bonos, dando por finalizado la conversación. En este mismo contexto, cabe recalcar que ambos diputados fundamentaron que esto era debido a que Puerto Montt no puede ser considerado como zona de catástrofe, pero que el gobierno estaba destinando fondos regionales directamente para las algueras y el conjunto de pescadores que si se verían afectados directamente.
Finalmente durante el transcurso de la tarde se desarrollaron hitos que serían fundamentales: la adhesión de los choferes de camiones de carga a las peticiones de los pescadores, parando a las afueras de la carretera 5 sur pero sin cortar los caminos y la convocatoria de una asamblea de los sindicatos portuarios de la zona, para decidir sobre el mecanismo para adherir a la movilización en apoyo a los pescadores.
El sábado 07 de mayo, comenzó con la mantención de los cortes de ruta en varios puntos de la región, con la incorporación al proceso de movilización de nuevos actores como lo ocurrido con el cierre de ferias y mercado municipal, además de los tradicionales locales de Angelmó, junto con una movilización durante las primeras horas del día de agrupaciones de cesantes de la salmonicultura.
Sumado a esto los trabajadores portuarios anunciaron paro en la comuna y convocaron a una marcha para las 18 horas, marcha que no contaba con la autorización de intendencia y que reunión cerca de 3 mil personas, la cual fue violentamente reprimida por las FFEE de carabineros. Esta marcha fue transversal en su convocatoria donde asistieron no solo portuarios, sino locatarios feriantes, estudiantes, cesantes, familias, etc.
Las movilizaciones en la comuna, las tomas de carretera que no han cesado desde el inicio de las manifestaciones, marchas que han comenzado a suceder de manera cotidiana en Puerto Montt, han marcado una nueva etapa que puede ser decisiva en la actual crisis: los nuevos actores y las progresivas muestras de apoyo desde la ciudadanía, comienzan a masificar que el problema que enfrenta la región es mucho más profundo y con raíces históricas y por sobre todo que es una crisis de origen político.
A partir de esta semana se ha tornado confuso el proceso, porque las fuerzas sociales que están en conflicto y afectadas por la crisis económico-social, no han podido todavía delimitar un proceso de conducción en cuanto a una demanda articulada y representativa del grueso de la población afectada directamente (los pescadores, los mercados locales, los comités de cesantes, los sindicatos de la industria salmonera y los cesantes) e indirectamente (el conjunto de la población que le repercutirá en segundo grado los niveles de cesantía y la baja en el capital circulante), como a la vez por las políticas de reacción por parte del gobierno.
Ahora, si consideramos aquellos elementos que nos permiten despejar las dudas relacionadas a cuáles son las fuerzas políticas y sociales que entran en el proceso de disputa por intentar dirigir el proceso de conflicto, podemos afirmar que con la marcha de más de 10.000 personas convocada por los trabajadores del sector público en la mañana a las 11 horas en el centro de Puerto Montt, el conjunto de partidos políticos y caudillos locales no tienen las intenciones de no adherir a este proceso de conflictos o mejor dicho, buscan asumir el protagonismo que necesitan para referenciarse y disputar la adhesión al descontento y malestar social imperante. Esto puede demostrarse que a dicha convocatoria, adhirieron el conjunto de organizaciones políticas de izquierda alternativa, como el conjunto de partidos políticos con sus concejales de Puerto Montt, y autoridades locales de la Comuna de Puerto Montt, Cochamo y Hualaihue, todos militantes de la Nueva Mayoría y de la Derecha. A la vez en ámbitos sociales, dentro del conjunto de sindicatos que adhieren a esta movilización estaría la dirigente histórica de la CONAPACH, Zoila Bustamante, la misma que fracturó al mismo sindicato al momento de firmar y apoyar la "Ley de Pesca y Acuicultura" cuando Pablo Longueira era ministro de Economía: la mentada Ley Longueira.
Dada por finalizada la marcha, un grupo importante de manifestantes optaron por ir cortar el ingreso principal por la avenida Salvador Allende en Puerto Montt, siendo duramente reprimidos por FFEE. Tal hecho, fue fuertemente criticado por los dirigentes locales del conjunto de agrupaciones de la sociedad civil, por el hecho de que los gases lacrimógenos impactaron directamente a los transeúntes y a las personas que estaban en el Hospital de la Comuna, ubicado cerca de los enfrentamientos.
Finalmente, la jornada de movilizaciones cerraría con otra manifestación importante pero menos masiva, que convocaría a más de 2.000 manifestantes en el centro de la Ciudad en la que se provocaron fuertes enfrentamientos con la policía, resultando alrededor de 7 personas lesionadas y un joven gravemente herido, producto de que una lacrimógena le impactó en un ojo. Por otro lado, muchos edificios y oficinas de empresas como VTR, los bancos Chile, BCI, COOPEUCH y Santander fueron atacados, en conjunto con otras oficinas del Estado como la sede de la Gobernación Regional y la Corte de Apelaciones. Los enfrentamientos se extendieron hasta largas horas de la noche, dónde los manifestantes usaron bombas molotov y otros elementos para enfrentarse directamente a Carabineros.
Cabe destacar que las negociaciones entre el gobierno y los representantes del conflicto sindical estaban bloqueadas y que el gobierno ha tomado la decisión unilateral de entregar el bono a las familias afectadas.
Todo esto hace pensar que esta semana estará cargada por la presión porque el conflicto baje y por la búsqueda de soluciones inmediatas y necesarias y por el desafío de instalar una demanda de más largo plazo, como lo es el cuestionamiento al modelo de desarrollo imperante, lo cual es un importante desafío tanto para el movimiento y las comunidades movilizadas. Lo cierto es que el conflicto ya se ha desatado, la duda está en qué medida el gobierno tendrá la capacidad de controlar la situación tanto en Chiloé, Puerto Montt y el conjunto de localidades regionales que se adhieren a una movilización que no se sabe como decantará ni tampoco cual será la dirección política que tomará este descontento social generalizado.
Foto: www.claves.cl