El Día Nacional del Trabajador Portuario comenzó a ser conmemorado en el frontis del puerto de San Vicente el 22 de septiembre del 2011. Al siguiente año, los actos se replicaron en Chañaral, Tocopilla, Huasco, Caldera, Lirquén y Coronel. Cuando ya se celebraba a nivel nacional, el 2014, el Día fue reconocido por el Congreso de la República.
Aniceto Hevia
A las 10 horas del 21 de septiembre de 1973, militares bajo las órdenes de Manuel Contreras Sepúlveda, llegaron a la sede del Sindicato de Estibadores del Puerto de San Antonio para detener a un dirigente que ahí se encontraba, y luego dirigirse a los domicilios de tres de ellos para también capturarles por estar acusados de intentar paralizar el puerto de San Antonio y desobedecer las órdenes de la autoridad designada. De acuerdo a la resolución judicial del ministro Joaquín Billard Acuña, los obreros portuarios Héctor Rojo, Samuel Núñez, Armando Jiménez y Guillermo Álvarez fueron «ejecutados por personal militar en las cercanías del sector de Atalaya, camino al fundo Bucalemu, cerca de la media noche bajo el pretexto de haberse aplicado la Ley de Fuga».
Estos hechos son los que se buscan relevar en el Día Nacional del Trabajador Portuario, además de abrir un espacio para la reflexión acerca de la importancia de la organización sindical en la consecusión de las diversas garantías a las cuales se acogen actualmente. En este sentido, la UnionPortuaria Del Biobio aseveró en un reciente comunicado:
«Recordamos a aquellos que valientemente se levantaron cuando el gobierno de 1825 quiso quitarles su autonomía para controlar sus conquistas, fundando después el célebre Gremio de Jornaleros y Lancheros. Como también aquellos que en 1890 iniciaron una larga huelga en Iquique, Pisagua, Tocopilla y Antofagasta para que se les cancelara con dinero y el Estado y Empresarios devolvieran los Fondos Sociales que éstos les habían solicitado prestados hace más de 15 años con el resultado de más de 300 muertos y más de un millar de heridos. Los que en 1903 se alzaron en Valparaíso por mejoras salariales y por un turno de 8 horas y no de 12 como era en ese momento, más de 800 muertos costó esa victoria. Los que desde 1919 iniciaron una lucha por terminar con las "listas negras" de las empresas, llevándose la nombrada a los sindicatos, entre tantos más […]
Este año 2023, donde ya 7 compañeros de labores han fallecido cumpliendo con sus labores en los puertos, esta máxima debe ser lo que nos guie de aquí en adelante. En este día donde recordamos a quienes por conseguir un legítimo bienestar para sus compañeros incluso se les arrebató la vida. En este día debemos jurar que no bajaremos los brazos y seguiremos luchando por una vida digna, un trabajo decente y un futuro prometedor.»
Las y los obreros portuarios han conquistado garantías que representan una referencia para el resto de la clase trabajadora chilena: han logrado establecer negociaciones por rama gracias a la presión ejercida a nivel nacional, recuperando así un derecho conculcado en Dictadura y que durante los gobiernos civiles no se ha restituido. Esta condición posibilitó obtener un tarifado al menos equitativo entre los puertos del país, la devolución del impuesto a la renta cobrado indebidamente, así como otros logros.
Actualmente, declara la UPBB, «hemos observado como año a año llegan buques más y más grandes con el triple de carga que hace algo más de una década y que exigen el mismo o menor tiempo de atención que cuando eran más pequeños. Las exigencias son mayores y no podemos desentendernos de ello, pero eso no significa que para satisfacer esos requerimientos tengamos que sacrificar la integridad de nuestros trabajadores. Debemos esforzarnos en conocer nuestras debilidades y saber cómo sortearlas en nuestras labores, repensar en como trabajar y organizar las faenas, aprender los nuevos conocimientos que se necesitan para proteger la integridad física y mental de nuestros compañeros y compañeras».
Fotografía de archivo, por Camila Lassalle. Trabajadores portuarios en Concepción, 2013.