Este viernes 15 de julio se concluye la ola privatizadora que iniciaron Eduardo Frei y Ricardo Lagos, pues Piñera venderá la porción que el Estado, aun mantenía bajo su propiedad de la Sanitaria Essbio. Esta venta se enmarca dentro del proyecto de deshacerse del porcentaje de propiedad que todavía tenía el Estado de cuatro sanitarias; Esval, Aguas Andinas, Esal y Essbio.
Aguas Andinas ya ha sido vendida casi completamente, pues el Estado conservó el 5% de la propiedad. Este martes se venderán Essbio y Esval (Valparaiso). El Gobierno argumenta que necesita recursos para financiar proyectos como el metro en Santiago e incluso, proyectos en educación. En síntesis, sólo vaguedades que intentan ocultar el beneficioso negocio que significa esta «venta».
Con Frei se inició la privatización de estas empresas que tenía como condición, dejar un 35% de ellas en manos del Estado. Sin embargo, en el Gobierno de Lagos, esta medida se derogó, posibilitando que las sanitarias fueran privatizadas totalmente. Aprovechando este pase, el Gobierno de Piñera privatizando el porcentaje de propiedad estatal que le queda a estas empresas, que en el caso de Essbio llegaba al 43.4%.
La medida es profundamente antidemocrática, pues la privatización que se ha hecho de las empresas públicas cuenta con una desaprobación generalizada en la población, más todavía cuando se considera que la misma comunidad rechazó la privatización de Essbio, en una consulta ciudadana, donde participaron 136.783 personas y el 99,02% rechazó la privatización.
La mercantilización que se ha hecho con el agua, no sólo se ha expresado con el alza de tarifas y en los constantes reclamos, sino que también se ha plasmado en macabras escenas, como cuando en abril de este 2010, ESSBIO acudió a Dichato a dejar las boletas de pago del servicio en las ruinas de las casas de los damnificados.
Por otra parte, el alza de las tarifas ha terminado por costearse con fondos estatales, pues los subsidios de agua potable que entrega el Estado han tenido un aumento sustancial, desde la privatización de Essbio. Este 2010, los subsidios llegaron a ser 111.491 en la octava región, representando un gasto fiscal de más de 5 mil millones de pesos. A nivel nacional, el gasto se multiplica llegando, este 2010, a 37 mil millones de pesos.
La Corfo es la institución que, desde el Estado, maneja la propiedad estatal de las sanitarias, que antes de su venta definitiva, representaban un 12,5% de su patrimonio, por lo que su privatización golpearía fuerte el manejo de recursos que esta tiene, ya que percibía anualmente 100 millones de dólares como ganancia provenientes de estas cuatro sanitarias.
La reestatización de los servicios básicos, es una medida que cualquier Gobierno con sentido de soberanía y democracia, implementaría. En diversas consultas públicas, las privatizaciones han sido las medidas peor evaluadas y las que, sin duda, marcan la precariedad de nuestra calidad de vida.
La venta de Essbio y el resto de sanitarias no tiene justificación alguna, más todavía cuando reportaban ganancias para el Estado.
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