Ciudad De Este, en la triple frontera de Paraguay, Brasil y Argentina, se ha convertido en el nudo de un intrincado sistema de tráfico sexual y explotación de mujeres jóvenes, en tanto Brasil va a la cabeza en las estadísticas latinoamericanas de esclavas sexuales exportadas a la Unión Europea, reveló el sitio "Noticias de Mujeres". Se estima que hasta 2 millones de mujeres y niños son traficadas al año como esclavas sexuales y domésticas, al servicio incluso de diplomáticos y burócratas internacionales de Washington, en un negocio mundial de varias decenas de miles de millones de dólares, según reportes ignorados por los grandes medios. La esclavitud sexual es hoy la mayor categoría de servidumbre humana, aseguró John Miller, director de la Oficina Federal de EEUU para la Vigilancia y Combate a la Trata de Personas.
La frontera triple en que está enclavada Ciudad del Este facilita el tráfico de adolescentes femeninas pobres, quienes enfrentan cada vez mayores riesgos debido al entorno de pobreza y la ausencia de regulaciones o indiferencia de las autoridades. La vorágine comercial y la incipiente industrialización del entorno de esa ciudad "puerto libre" atraen a mujeres del campo rural que viven desesperadas por un ingreso para alimentar a sus familias. Los traficantes engañan a jóvenes de 10 a 20 años con la falsa promesa de ganar un buen salario en trabajo doméstico o como mesoneras de restaurantes, pero una vez atrapadas como prisioneras las muchachas a menudo son forzadas por hambre y violencia a integrarse y permanecer en el trabajo del sexo, a la vez que las convierten en adictas a drogas baratas que circulan en abundancia en la región.
El empobrecimiento de muchas familias en Paraguay se agrava por la sobrepoblación de niños causada en parte por la oposición de la iglesia católica al control de la natalidad, según la óptica de Andy Footner, quien abordó el tema en Womens E-News de enero de 2009 (www.womensenews.org/story/the-world/080108/paraguays-traffic-hub-imperils-female-teens). La noticia apareció entre varios cientos de historias periodísticas nominadas en la primera etapa de la investigación anual de Proyecto Censurado.
Otro factor clave que hace al Paraguay vulnerable al comercio de mujeres es la limitada y compleja cooperación anti-tráfico de los tres países involucrados. Los funcionarios deben ocuparse in situ de la logística legal en tres niveles: local, nacional y regional, y prácticamente en tres lenguas, situación que alarga y frustra la comunicación entre las autoridades.
Brasil encabeza índices
Brasil tomó medidas para salir del triste liderazgo de principal país latinoamericano proveedor de esclavas sexuales enviadas a trabajar a Europa, principalmente a España. El gobierno de Lula da Silva abordó más activamente el problema tras la aprobación de leyes contra la trata y la asignación de fondos para romper redes de prostitución y ayudar a las mujeres atrapadas en la esclavitud sexual a construirse una nueva vida. Naciones Unidas y la Federación Internacional para los Derechos Humanos con sede en Helsinki calculó en 2005 que 75.000 mujeres brasileñas trabajaban como prostitutas en la Unión Europea, mientras otras 5.000 se encontraban en América Latina y un millar en Estados Unidos.
En todas partes el engaño sigue siendo el principal anzuelo para atrapar a las mujeres pobres que se van al exterior bajo falsas promesas. En Brasil, «los reclutadores convencen a mujeres humildes para viajar al extranjero bajo falsas promesas», dijo Paulo Marchins Da Cunha, jefe de la sección policial de la Policía Federal de Sao Paulo, encargado de interceptar a las mujeres contrabandeadas por las fronteras de Brasil, según otro informe de Womens e-News" (http://womensenews.org/story/prostitution-and-trafficking/050619/brazil-tries-stem-tide-sex-slavery). «Se hacen promesas de trabajo y la opulencia de un trabajo en el extranjero, a veces incluso con promesas de matrimonio, pero sólo cuando llegan se dan cuenta que están destinadas a trabajar en el comercio sexual».
Aparte de las mujeres engañadas, dijo Da Cunha, otras salen furtivamente del país por su cuenta y recurren a la prostitución por carecer de documentación para otros trabajos. Algunas saben que serán prostituidas, pero perciben demasiado tarde la condición de esclavas sexuales que les asignaron las redes de traficantes. «Hemos conocido casos en que las mujeres han sido encarceladas en una casa del extranjero durante años, sin saber siquiera el nombre de la calle: eso marca la diferencia con la prostitución regular. Es por eso que la caracterizan como esclavitud sexual», añadió.
Esclavitud sexual en EEUU
Cada año se trafican en todo el planeta entre 700.000 y dos millones de mujeres y niños. La propia CIA estima que 50.000 de esas mujeres y niños son traficados a ciudades importantes de Estados Unidos, donde existen mecanismos ilegales de recepción y explotación de mujeres y niños cautivos, que terminan en burdeles disfrazados como salas de masaje, salones de belleza, solariums y "spas". Los burdeles también operan en viviendas unifamiliares suburbanas para evitar sospechas.
Las mujeres pobres y sus niños se trafican a EEUU bajo el engaño de que vivirán el "sueño americano", con la promesa de un trabajo bien remunerado y condiciones de vida decentes, pero sólo después descubren su verdadera situación de esclavitud. A las víctimas se les confiscan los documentos de viaje y reciben amenazas de violencia contra ellas mismas, sus hijos o sus familiares en el país de origen. Estos prisioneras del siglo 21 son forzadas a restituir mediante la prostitución su deuda con los reclutadores. En el proceso de adaptación, las víctimas del tráfico sufren severos daños mentales y abusos físicos que incluyen encarcelamiento, violación y abortos forzados. Sin embargo, Estados Unidos niega oficialmente que exista tráfico humano y prostitución infantil en esa nación.
El Centro Católico Español de Washington DC ha manejado por lo menos 50 casos anuales durante 20 años, prestando atención a un total de 1.000 mujeres que fueron sometidas a explotación severa o sufrieron condiciones similares a la esclavitud impuestas por diplomáticos y burócratas internacionales, pero abogados de derechos humanos creen que esto es solamente la punta del témpano. Muchas mujeres son confinadas a hogares, forzadas a prestar servicio doméstico sin horario durante 7 días a la semana, sin pago por tiempo de trabajo, a veces con un estipendio de 100 a 400 dólares por mes y en muchos casos sin pago alguno durante años.
Miles de otros trabajadores domésticos trabajan para particulares ricos extranjeros bajo condiciones similares a la servidumbre involuntaria. La mayoría de los individuos ricos que trafican mujeres a EEUU comenzaron como emigrantes primarios de países con grandes disparidades sociales y de ingreso, como Indonesia, Bangladesh, Tailandia, Filipinas y Nepal.
Se estima que 10.000 mujeres asiáticas trabajan en burdeles clandestinos de Los Ángeles. El Servicio de Inmigración y Nacionalización (INS, por su sigla en inglés) ha descubierto más de 250 burdeles en 26 ciudades diferentes, donde es probable que trabajen víctimas de tráfico. Se estima que cada mes ingresan de contrabando a EEUU y Canadá entre 20 y 30 mujeres tailandesas destinadas a los burdeles. Los abogados de DDHH creen que millares de burdeles operan como institutos de belleza en EEUU, con LosAngéles como una de las ciudades principales en la recepción de las mujeres traficadas.