[resumen.cl] Pedro Castillo juró este medio día ante el Congreso del Perú y se convirtió así en Presidente de la República tras un largo proceso de ratificación de su triunfo ante impugnaciones de la candidata de ultraderecha, Keiko Fujimori.
El líder sindical rural que se postuló como candidato del partido Perú Libre y que recibió para segunda vuelta el respaldo de toda la diversidad de las izquierdas. Como presidente del período 2021-2026, será el presidente del bicentenario de la independencia, deberá asumir el urgente control de la pandemia del covid-19 y cumplir con las expectativas de cambio que ha generado su campaña, como el llamado a construir una nueva Constitución.
La ceremonia de asunción del mando, que contó con la presencia de los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Chile, Sebastián Piñera; Colombia, Iván Duque; Bolivia, Luis Arce; Ecuador, Guillermo Lasso, el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao; y los cancilleres de México, Marcelo Ebrard, y Uruguay, Francisco Bustillo, se llevó a cabo en la sede del Congreso Nacional peruano, en donde la presidenta de este órgano, María del Carmen Alva Prieto, le entregó la banda presidencial a Castillo.
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La toma de posesión ocurre luego que la candidata de ultraderecha, encarcelada por corrupción, denunció fraude sin prueba alguna y los abogados más importantes del Perú, representantes de los grandes grupos empresariales del país, interpusieron denuncias al boleo sobre mesas de regiones donde el maestro rural arrasó. Todos los recursos fueron desechados por el Poder Judicial.
Pedro Castillo: «Izquierda», sindicalismo y machismo
El profesor y dirigente sindical, saltó al escenario político durante la gran huelga docente de 2017, en que fue uno de sus protagonistas. Proviene de los históricamente postergados sectores de la sierra peruana, pobre e indígena, mirada en menos por la población limeña, incluso por la progresista.
Autoidentificado como marxista-leninista y maoísta, su principal promesa de campaña es cambiar la Constitución de 1993 del dictador Fujimori, para darle un rol activo al Estado en la economía y nacionalizar una serie de empresas estratégicas en diversas áreas, tales como minería, hidrocarburos y energía.
Su sostén fue principalmente el voto rural e indígena.
Si bien él mismo se declara como de izquierda, muchas de sus posturas están bastante lejos de un proyecto de liberación de los grupos oprimidos, pues es abiertamente contrario al derecho de las mujeres para decidir sobre su cuerpo, al feminismo y a los derechos de la comunidad LGBTQ+, siendo en lo valórico un ultraconservador mucho más cercano a la extrema derecha o al bolsonarismo que a cualquier proyecto de izquierda contemporáneo que aspira a construir una sociedad de derechos.
Imagen: Reuters | Obtenida de La Tercera