Por fin se realiza una biografía de, tal vez, el líder mirista más querido y popular de su tiempo. El historiador Pedro Lovera nos da a conocer su libro: "Luciano Cruz Aguayo. Como una ola de fuerza y luz", de la mano de editorial Pehuén y del Grupo de Pensamiento Crítico y Memoria Histórica, un texto de 307 páginas de muy buena factura técnica y que se deja leer con facilidad por su estilo y llano, aunque sin perder la seriedad y rigor histórico.
Robinson Silva Hidalgo / resumen.cl
Es interesante un aporte como este, dado que la literatura sobre el MIR ya es bastante a estas alturas, es por lo mismo que se agradece indagar en este enigmático y vital líder político. Hacerlo desde el género biográfico es también un mérito, acostumbrados a leer vidas de "grandes hombres", se nos acerca la de un dirigente comprometido con el proyecto del poder popular, como tantos de su generación, pero que marcó con su personal estilo y energía, acciones que quedaron en la memoria de penquistas y de gentes del campo y la ciudad durante los intensos días de fines de los sesenta y de la Unidad Popular.
Hablamos con el autor, Pedro Lovera, quien nos adelanta algunos aspectos del libro, de cómo enfrentó la investigación y la manera en que se dibujó la figura y el trabajo de Luciano Cruz para plasmarlo en este trabajo.
-¿Cómo surge la idea de hacer un libro sobre Luciano Cruz?
La idea de realizar un libro sobre Luciano Cruz surge en función de los trabajos que en la última década han aparecido sobre el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Estos se caracterizaron por profundizar en la historia del partido de la bandera rojinegra, tanto en sus aspectos culturales, identitarios y doctrinarios, así como en la profundización de las historias de vida de sus militantes. No obstante, por más que los trabajos avanzaban en dicha dirección no aparecía nada relacionado al que yo creo fue el militante más reconocido del mirismo en la década del sesenta y los dos primeros años de la del setenta. Esto me impulsó a tomar la determinación de desarrollar dicha biografía, desde mi disciplina, la historia, razón por la cual he circunscrito mi trabajo bajo lo que se denomina una biografía histórica.
-¿Qué dificultades tuviste para enfrentar la biografía de Luciano Cruz?
Las dificultades para enfrentar la historia de Luciano Cruz fueron tres: La primera de ellas era enfrentar la selva de mitos que se había atravesado alrededor de la historia de Luciano. Muchos de estos mitos tenían un asidero en la realidad, en la actitud arriesgada y en ocasiones irresponsable del propio Luciano; no obstante, otros, eran construcciones apologéticas o que -por el contrario- buscaban manchar y enlodar la imagen de Luciano. De esta forma, y mediante la revisión de fuentes y la elaboración de entrevistas personales a las personas más allegadas a él, pude ir realizando una reconstrucción más fidedigna de su vida.
La segunda dificultad fue la reconstrucción de la vida temprana de Luciano. Al no provenir de una familia de izquierda, los aspectos de su infancia y adolescencia no estaban muy bien reconstruidos. Digo que esto se convierte en una dificultad, puesto que la familia no hizo una reivindicación de su legado que nos haya aportado una serie de datos, como sí ocurre en el caso de los otros dos militantes tan icónicos como Luciano: Miguel Enríquez y Bautista Van Schouwen.
En tercer lugar, hay que indicar la dificultad de reconstruir su trabajo al interior del MIR, dado que por su naturaleza este era secreto: el trabajo político hacia las Fuerzas Armadas, también conocido como "trabajo en F" y su trabajo de Informaciones. Ambas estructuras eran dirigidas por el propio Luciano y eran de muy difícil penetración, puesto que muchas/os de los que participaron en ellas o fueron tempranos objetivos de los aparatos de seguridad de la dictadura cívico militar, o porque sus sobrevivientes se encuentran renuentes a hablar de sus tareas en dichos aparatos.
-La identificación de Luciano con la etapa de alza en las acciones directas del MIR es muy fuerte ¿Cómo evalúas su actuación respecto a los asaltos y otras acciones del tipo?
Esto es efectivo. El papel de Luciano en esta etapa no es sólo clave en cuanto a la elaboración técnica y táctica de este tipo de acciones más rupturistas con respecto a las que se identificaba la izquierda en Chile sino que, también, resulta importante en el proceso de radicalización política que vivió el MIR, vertiginosamente desde 1969. Durante este año, y como una etapa previa a las expropiaciones bancarias, el regional de Concepción había ya ensayado acciones de corte rupturista con el copamiento de la Radio Bío-Bío, en el cual también participó Luciano, así como varios de los miembros más destacados del regional.
Habría que señalar que, desde la llegada de Luciano desde Cuba, a fines de 1968, él se embarca en cuerpo y alma a la elaboración de una política que avance hacia formas más insurreccionales, aunque, por supuesto, esto no fue provocado por su individualidad, sino que era el clima generalizado en la joven generación, especialmente de Concepción.
Luego, producida la clandestinidad del MIR a raíz de la acción de Luciano que terminó en el secuestro del periodista Hernán Osses Santa María, el MIR y en particular sus cuadros de la dirección se arrojaran de lleno a los planes de preparar el camino para la inauguración de la lucha armada en Chile. Y como era de esperar, Luciano aquí tendrá un rol protagónico participando en primera fila de expropiaciones bancarias, convirtiéndose en el hombre más buscado del país por los servicios de seguridad e inteligencia. Esta política duró, a contrapelo de aquellos que señalan que se mantuvo durante la Unidad Popular, hasta mediados de 1970, cuando el Secretariado del MIR (luego Comisión Política), sostuviera una reunión con el entonces candidato a la presidencia Salvador Allende.
No obstante, cabe señalar que esta vorágine de las acciones directas impidió que Luciano se siguiera desarrollando como el gran orador de masas del partido, papel que por el cual, sin lugar a duda, llegó a ser el militante más conocido y reconocible de sus primeros años en Concepción y sus alrededores. Sólo podrá retomar este rol una vez Allende, ya elegido presidente, lo indultó junto al resto del MIR a principios de 1971.
-¿Cómo describirías el pensamiento político de Luciano Cruz, hay algún elemento de su época en el que hayas puesto énfasis?
Rastrear el pensamiento político de Luciano no es tan simple como hacerlo, por ejemplo, como con Miguel y Bautista, puesto que, a diferencias de sus compañeros de la dirección, Luciano no se caracterizó por la elaboración de documentos, como tampoco de amplios escritos acerca de aquello. Sin embargo, debemos señalar que la cualidad inédita de Luciano con respecto a sus pares era la de vincular la teoría política marxista con la experiencia vital de las personas a las que se dirigía en sus característicos discursos, ya fueran estos ante mil personas en las asambleas de estudiantes en la Universidad de Concepción o ante una familia proletaria/campesina en los alrededores del gran Concepción.
Fue esto lo que tantos réditos le trajo, tanto a él en lo personal como al MIR en lo colectivo, durante los años sesenta.
Dicho lo anterior, hay que señalar que el manejo de Luciano del programa rupturista del MIR era perfecto (Vitale señalaba que sólo una persona que tiene un absoluto dominio de lo que hablaba podría haber realizado los discursos que Luciano hacía), y esto queda demostrado en la polémica escrita en que se enfrascó con el dirigente comunista Orlando Millas a través de las páginas de la Revista Punto Final. Allí, podemos observar la propuesta, la caracterización de Chile como un país capitalista dependiente, así como la propuesta de Luciano y el MIR de combinar las tareas de la liberación nacional con las de la revolución social (y no dejar la segunda una vez se haya concluido la primera). Esto último proponía que la revolución debía ser inmediatamente de carácter socialista, oponiéndose de esta manera a la concepción gradualista de la revolución por etapas sustentada por los comunistas.
De esta forma, si tuviese que decir qué elemento era característico del pensamiento político de Luciano, podría señalar que era la necesidad de establecer el carácter socialista de la revolución chilena y latinoamericana.
-Respecto al MIR como proyecto político ¿Qué rol jugó Luciano en su devenir, su construcción y quiebres?
El rol de Luciano en la elaboración del proyecto político del MIR es protagónico en dos sentidos. El primero de ellos, es que Luciano -como cuadro de dirección del partido- fue clave para que el proyecto político se hiciera carne y tuviese una raigambre popular. A diferencia de las caricaturizaciones que se hacen sobre el MIR, como un partido compuesto por personas de la pequeña burguesía, el partido rojinegro se materializó en los campesinos de la zona centro sur del país, en los mapuches del Wallmapu, en los mineros de la zona de Coronel-Lota, en los pobladores del gran Santiago y otras urbes del país. En ese proceso, que desarrolló por al menos un quinquenio, Luciano estuvo presente con sus recursos oratorios, estando junto al pueblo pobre construyendo organización.
En segundo lugar, el rol de Luciano también fue central en su actuación en las redefiniciones y quiebres partidarios. Se podría incluso decir que la acción protagonizada por Luciano en contra del periodista Osses Santa María precipitó el quiebre partidario de 1969 con el sector denominado como "trotskista". De tal manera Luciano estuvo en el centro de estos acontecimientos, tomando postura y definiciones por la "generación joven" al interior del MIR que, en aquellos momentos, fines de los sesenta, se encontraba presurosa por inaugurar formas superiores de lucha. Del mismo modo, una vez producido el quiebre, Luciano junto a Miguel, en plena clandestinidad, realizaron viajes a través del país para reorganizar el partido alrededor de la hegemonía que había consolidado su sector.
-La temprana desaparición de Luciano Cruz pegó muy fuerte en el mirismo ¿Cómo definirías el legado de Luciano Cruz en su generación y en sus compañeros?
Primero hay que comenzar señalando que la aseveración es totalmente cierta. La muerte de Luciano fue uno de los acontecimientos más difíciles que enfrentó el MIR antes del golpe de Estado. Así lo demuestra la desolación que causó en sus compañeras/os de partido, quienes conociéndolo personalmente o no, llenaron las calles del centro de Santiago en su funeral, el cual se terminó transformando en el primer gran acto público de la izquierda revolucionaria en Chile.
Yo diría que el legado que significó Luciano para sus compañeras y compañeros fue la consecuencia con un proyecto político, el entregarse en carne y hueso por la construcción de una alternativa socialista para las capas populares del Chile del siglo XX. Pero también se podría decir que Luciano -a través de sus acciones- dotó al partido de un estilo político, o una cultura política si se quiere radical/rupturista, que no necesariamente se debe asociar con las acciones armadas, sino con una forma de hacer la política cotidiana de manera más radical, que empujara constantemente los límites de los posible.
También hay que decir que después de su muerte el partido de una manera consciente usó (no de manera instrumental, puesto que para ellos era sin duda una persona excepcional) frecuentemente la imagen de Luciano para sus actos públicos, para sus columnas editoriales en su medio oficial El Rebelde, para nombrar una toma de terreno o un asentamiento campesino, en fin, para múltiples actividades, lo que terminó -inconscientemente- levantando la imagen de Luciano Cruz Aguayo a la categoría de mito.