Pensar las ciudades desde el urbanismo feminista: el diseño y planificación como una solución a espacios más seguros, amenos e inclusivos

¿Cómo las ciudades pueden incluir el enfoque de género? ¿De qué manera esto define algún desarrollo o retroceso? ¿Qué tienen que ver estos conceptos tan alejados -aparentemente-entre sí? La verdad es que mucho. Las ciudades, son los lugares donde se desenvuelve la vida, la economía y los lazos de las comunidades. Según los expertos/as, esto después se traduce en sociedades más fuertes o más débiles, o bien más igualitarias o más desiguales.

Por Valentina Luza Carrión

Hace unos años que se viene acuñando el concepto de "Urbanismo con perspectiva de género" o "Urbanismo feminista", que busca enlazar las ciudades hacia un diseño urbano, que se encarge de resolver los problemas de desigualdad o de miedo que existen en la urbe.

Pero no es una tarea fácil. Considerando que cada territorio, región o país, posee sus propias necesidades. Es por ello, que quienes piensan las ciudades, deben ser la misma diversidad de quienes las habitan. Este es el principio fundamental que guía al Urbanismo con enfoque de género: crear ciudades que resguarden y satisfagan las necesidades de todos quienes recorren sus calles día y noche.

Ciudades modernas: Por y para hombres

En el Foro Urbano Mundial, un encuentro internacional de arquitectura que presenta los nuevos desafíos del futuro sobre esta materia, el Banco Mundial presentó una publicación titulada "Manual para la planificación y el diseño urbano con perspectiva de género", argumentando y poniendo el debate, una importante conversación.

En ella sostienen que, desde la Arquitectura y el Diseño Urbano se ha desplazado a lo largo de la historia, no solo la presencia de mujeres en puestos que puedan planificar, sino que también desde quienes piensan las ciudades. En el mundo, solo el 10% de los puestos más importantes en Arquitectura y urbanismo, son ocupados por mujeres.

 

Talcahuano

 

Entonces, nos encontramos con una realidad: siempre se han planificado las ciudades desde una perspectiva de hombre neutro, creando espacios en cuestión de ocio y descanso, pero dejando de lado el cuidado, el apoyo y el trabajo. A pesar de que las mujeres históricamente son las que más utilizan el espacio público; calles, parques, transportes, entre otros.

Esto tiene una razón: los hombres crean ciudades para hombres. Por ello, las ciudades funcionan mejor también para este grupo. Es decir, el cómo se distribuyen, están en función de la división de roles de género y división sexual del trabajo, perpetuando estereotipos, en vez de facilitar tareas e incluir a todos/as.

Ya en el siglo pasado se hablaba sobre el urbanismo como una ciencia capaz de encontrar la igualdad. Así, Jane Jacobs (2004) una divulgadora científica y urbanista, planteó que la idea de que el espacio público podría transformar la vida de las personas. Ya que es aquí, donde la construcción de lo material y lo social, se concretan y se unen.

¿Pero qué entendemos como espacio público? Para la Dra Mabel Alarcón, académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAUG) de la Universidad de Concepción, el espacio público es todo aquello donde nos desenvolvemos en las ciudades. Ahí, la comodidad pasa a ser fundamental para fluir con naturalidad, o bien, con dificultades.

Y este, no es un espacio neutro. Para Olga Segovia, arquitecta de la Universidad de Chile, el espacio público es un actor fundamental para la construcción de la vida en comunidad. Aquí, las personas deciden si aislarse o incluirse, según cómo perciben estos espacios. Según estudios, las mujeres han preferido espacios más aislados, e incluso han evitado ciertos lugares y horas, con el propósito de evitar algún tipo de violencia.

El miedo e inseguridad como una constante

Para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) la inseguridad ciudadana es un fenómeno multicausal y uno de los factores principales es la violencia intergeneracional contra la mujer. Esta ocurre, tanto en los espacios domésticos, como en el ya mencionado, público.

Específicamente en Chile, 2 de cada 5 mujeres (41,4%) señalan que han sido víctimas de violencia alguna vez en su vida (Encuesta nacional de violencia contra la mujer en el ámbito intrafamiliar y otros espacios en Chile) (2020). Según la académica y arquitecta Ana Falú, una parte importante de esta violencia es experimentada en espacios públicos.

 

Lorenzo Arenas, Concepción

 

Los principales problemas del diseño urbano moderno que se presentan es generar calles sin ventanas, veredas sin espacios para coches o carros de compra, callejones sin salida, sitios eriazos que se pueden transformar en posibles focos de violencia. Es decir, los errores de diseño propician la violencia sexual hacia las mujeres.

Concretamente, según la publicación del Banco Mundial, existen seis puntos del diseño urbano actual que se deben resolver: el acceso, la movilidad, la ausencia de violencia, la salud y la higiene, la resiliencia climática y la seguridad de tenencia.

Estos ya son problemas por sí mismo que se deben resolver desde el urbanismo, que sumando a la desigualdad de género ya existente, crean la sensación de miedo e inseguridad de las mujeres, poniéndolas incluso en peligro.

La Dra académica y arquitecta de la Universidad de Concepción Mabel Alarcón habla, enfatiza al respecto que: "Se habla del miedo y de los cuidados porque en la ciudad se viven diversas situaciones que tensionan el habitar, entre estas dos percepciones. Esto tiene que ver con situaciones de violencia, acoso, y abuso que han sufrido principalmente a mujeres, diversidades sexuales y de género, y minorías, en espacios urbanos. El miedo expresa, de forma patente, las dificultades que estos grupos perciben y viven, al habitar en inequidad de oportunidades en la ciudad".

Género y ciudad: una alianza necesaria

En esa perspectiva, se abren los cuestionamientos: ¿donde se encuentran las ciudades inclusivas? ¿cómo son posibles? ¿existen ejemplos?. Para todas esas preguntas, la respuesta es un sí.

El Observatorio Contra el Acoso en Chile (OCAC), realizó un estudio en 2020, donde se descubrió que cerca del 64% de las mujeres ha sido acosada en algún espacio público en Chile. Maria Jose Guerrero, presidenta de esta organización, menciona la importancia de sentirse libres en las calles, como un derecho humano.

Para las académicas del colectivo Género y Territorio, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Concepción, la búsqueda de una metodología de planificación con diseño urbano con enfoque de género es una necesidad global y también de preocupación territorial.

 

 

Talcahuano y bahía San Vicente

 

Por ello, se ha organizado junto a más académicas, estudiantes y colaboradoras, una investigación que busque estrategias colaborativas y metodológicas para crear un diseño urbano con enfoque de Género en Concepción.

"El género, entendido como los roles sociales que se le atribuyen a distintas sexualidades, condiciona tanto la estructuración de nuestras ciudades, ya que; a través del diseño urbano, y los hábitos de apropiación de los espacios por parte de la población, determina lugares de usos preferentes para unos géneros sobre otros. Así mismo puede dificultar el tránsito o permanencia de algunos géneros en espacios urbanos específicos" comenta una de las investigadoras, Montserrat Delpino Chamy.

Según expresa Rosa Guerrero Valdebenito, arquitecta perteneciente al colectivo, que "estamos observando que un miedo que se expresa en la ciudad, que no tiene que ver con mujeres más vulnerables, sino que es transversal" y agrega que "es un urbanismo androcéntrico y que sabemos que la planificación con enfoque puede hacer mucho para cambiar eso"

En ese sentido, Montserrat Delpino, complementa desde donde se debe actuar: "Varios estudios coinciden en la importancia de asegurar campos visuales amplios, abiertos, evitando rincones ciegos y oscuros, y favoreciendo actividades en las primeras plantas de los edificios que se vuelquen hacia el espacio público".

Una planificación desde perspectiva de género, si es una solución directa para reducir las desigualdades. Mujeres, niñas y minorías, no encuentran actualmente un lugar donde sean atendidas sus necesidades.

Hoy, existen ejemplos exitosos en América Latina -uno de los continentes más urbanizados- que han logrado incluir en la conversación estas voces, resultando espacios que incorporan a las minorías. Se han agregado espacios para madres y padres, se han abierto cafés exclusivos para mujeres, incorporado más luces y espacios más despejados, como parte de las políticas de inclusión.

"Las diferencias de género entre mujeres y hombres se manifiestan en las actividades que desarrollan, cómo actúan y cómo utilizan la ciudad. Como consecuencia de la dominación patriarcal y de su influencia en la producción del espacio,determinadas actividades son consideradas socialmente más importantes", agrega Rosa Guerrero.

El caso de Concepción

Según el Centro de Estudios y Análisis del delito, en 2020 se evidenciaron 125 delitos sexuales y otros delitos sexuales en el BioBío, sin considerar aquellas denuncias que no se instrumentalizan formalmente. También la Subsecretaría de Prevención del Delito, en su informe del año 2020, evidencio que en la región del BioBío, un 17% de las mujeres ha sufrido violencia en el espacio público.

 

coronavirus Covid Congreso BiobíoCasos

Gran Concepción y río Biobío

 

 

Concepción es la segunda ciudad más grande del país y cuenta con un poco más de un millón de habitantes. Por ello, las académicas, estudiantes y participantes del colectivo buscan aquí plantear y buscar una metodología que se pueda instaurar en el mismo territorio.

Ya que, como comentan: "El miedo de las mujeres en la ciudad esta asociado a un problema estructural. El de la violencia de género. En el espacio público se traduce en situaciones de acoso y abuso, tensionando el derecho de las mujeres a habitar en libertad de oportunidades y de usar y apropiarse de los espacios colectivos, deteriorando el despliegue de sus capacidades en igualdad".

Es así que uno de los pilares que mueve al colectivo es el de facilitar la permanencia de distintos géneros en el espacio urbano, con mobiliario apropiado y diversidad de actividades para distintos grupos etarios: mujeres, niños/as y disidencias.

Para ello, hablan de la "Ciudad cuidadora" como un concepto clave: "El derecho de las mujeres a la ciudad implica el derecho a vivir libremente la ciudad, a decidir sobre la ciudad, a disfrutar la ciudad, a cambiar los tiempos y los espacios de la ciudad, a crear la ciudad" explica Rosa Guerrero.

Uno de los problemas es que el departamento de Seguridad Ciudadana en la región, el cual aparece actualmente como un programa externo al Municipio, y con poca participación en los espacios de decisión. Siendo una pieza clave para la prevención que se debe configurar para en un futuro, poder implementar los resultados de la búsqueda de metodologías.
Para las académicas, una de las respuestas se encuentra en la planificación y políticas públicas: "Se busca avanzar hacia una política de ciudad cuidadora, aportar elementos para crear espacios más seguros e inclusivos. En la ciudad cuidadora la sostenibilidad de la vida está en el centro de las decisiones urbanas", comenta Guerrero.

Es así, que no solo se encontrará reducir la brecha. Sino que consecuentemente, se crearán espacios para otras minorías, como las personas en situación de discapacidad. A pesar de lo lejano que pueda parecer es el diseño urbano, un camino tangible para crear sociedades más amenas, seguras y satisfechas con su entorno.

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