El fallecimiento este sábado de Eduardo "Negro" Godoy, ex preso político penquista, que estuvo detenido en el campo de prisioneros de Chacabuco, causó hondo pesar entre sus compañeros y amigos. Hacía menos de tres meses, que El Negro había protagonizado uno de los episodios más recordados de la visita que los días 23 y 24 de noviembre realizó un grupo de ex chacabucanos al lugar donde permanecieron prisioneros por varios meses tras el golpe del ´73: el hallazgo de un documento escrito por los presos que había sido enterrado como prueba de su paso por el lugar.
"Con bastante preocupación me permito informarles que nuestro amigo y compañero, Eduardo «Negro» Godoy, se encuentra muy delicado de salud en el Hospital Clínico Regional de Concepción. El es, como recordarán, uno de los compañeros que rescató el documento guardado en Chacabuco.. Se le ha descubierto un cáncer al estómago. Su familia está pidiendo, oraciones por él".
Fue el mensaje con que Gabriel Reyes, presidente de la Corporación Memoria Ex Presos Políticos de Chacabuco, informaba los primeros días de enero, de la salud de Eduardo Godoy, chacabucano, y que fue uno de los cien penquistas que, posterior al golpe militar de 1973, fueron trasladados el campo de prisioneros de la ex oficina salitrera de Chacabuco, en la región de Antofagasta.
Apenas casi dos meses antes, El Negro, como le decían cariñosamente sus amigos y compañeros, había sido parte de la delegación chacabucanos que viajó -esta vez por iniciativa propia- a reencontrarse con su pasado de hace cuatro décadas, cuyos recuerdos y vivencias seguían presentes.
De sonrisa cálida y amistosa, El Negro Godoy tenía un objetivo claro en su mente al viajar a lo que fue el campo de concentración de Chacabuco: encontrar el documento que 39 años habían enterrado en la arena de Chacabuco, con el fin de dejar un testimonio para el futuro. Y lo cumplió. Junto a su compañero de prisión, Iván Salazar, desenterraron este tesoro documental, pasado el mediodía del domingo 24 de noviembre de 2013.
Los ojos del Negro Godoy se iluminaron mientras sostenía el pequeño frasco, que dentro de una botella de vidrio, preservó el escrito que a estas alturas ya resulta histórico.
La emoción casi no lo dejó hablar al comienzo. "Esto es parte de la historia. No es mentira, estuvimos acá. Vivimos acá..." repetía, mientras contenía las lágrimas.
Y luego ratificaba lo que siempre había quedado claro: "Vine con este objetivo, nada más, aquí están los hechos...", decía satisfecho de haber logrado su propósito. Un mes y medio más tarde, el cáncer que seguramente lo acechaba desde algún tiempo, se manifestó con fuerza y aunque dio la pelea, finalmente su organismo no pudo más.
¿Quién era el Negro Godoy?
Eduardo Godoy tenía poco más de 65 años. Vivía en Chiguayante y para el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, trabajaba en la dirección de asistencia social de la Intendencia de Concepción.
"El 11 llegué a la Intendencia y veía cañones y no sabía qué pasaba porque noticias no había. La jefa nos recibió y funcionamos. Trabajamos hasta el 16. Y ahí me agarraron", nos relató en una entrevista realizada durante 2013.
Tenía entonces poco más de 23 años y antes de ser llevado al recinto de detención del Estadio Regional, pasó por la Cuarta Comisaría de Carabineros, por Investigaciones y varios regimientos. En ese tiempo Eduardo Godoy militaba en el MIR.
"Nosotros pertenecíamos al movimiento de izquierda y caímos todos. Me acusaron de terrorista, de extremista y nos pedían que entregáramos nombres, armas y dirigentes..." recordaba en la misma entrevista.
En noviembre llegó al Estadio Regional y recién en noviembre, su mamá pudo visitarlo y saber dónde estaba. Después pasó a la cárcel pública, que en ese tiempo era conocida como Chacabuco 70 -por la dirección donde se encontraba- y desde ahí, en abril de 1974 fue llevado junto a otros penquistas, hasta el campo de concentración de Chacabuco.
Aproximadamente seis meses estuvo allí. De su llegada, decía que no tenía idea dónde estaba ni qué era Chacabuco. "Al otro día de nuestra llegada, miré a mi alrededor, todavía no entendía qué era Chacabuco, no sabía que era una salitrera abandonada, eso había muerto hacía tiempo. Chacabuco no se conocía mucho y menos allá...".
Al darse cuenta dónde estaba, pensó que por lo menos estaría allí unos 15 años y sacaba las cuentas de cuántos años tendría al momento de salir...
Pero muy pronto dejó de pensar en esas cosas y se integró a la actividades que ya se realizaban en Chacabuco para mantener la mente ocupada.
"Estaban bien organizados. Hice varias cositas, se hacían show, hacíamos comedias, trabajé en alguna de ellas y también hice artesanía, me dedicaba a tallar madera..."
Así fue pasando el tiempo hasta que llegó el momento del traslado. De Chacabuco a Puchuncaví y desde ahí a Tres Álamos y luego... la anhelada libertad.
Con la distancia de los años transcurridos y la claridad de quien se siente con su conciencia tranquila, Eduardo Godoy resumió su experiencia en Chacabuco de esta forma: "Un pasar de la vida no más, tuve que vivirla..."
Por M.Eliana Vega
Fuente: http://www.tribunadelbiobio.cl/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=8160&Itemid=100