Pescadores de Lebu se movilizan por el fin de la pesca industrial y las leyes hechas a su medida
Este miércoles, mientras los trabajadores de la salud de Lebu estaban en Concepción demandando la destitución de la directora del servicio de salud de Arauco, los pescadores artesanales de esta comuna daban una nueva pelea por la recuperación de la pesca y el rechazo a la nueva ley de pesca que empeoraría aun más sus condiciones de vida.
A primera hora de la mañana de este miércoles los pescadores cortaron una de las vías de acceso a Lebu, reclamando ser escuchados por la subsecretaría de pesca. En conversación con Resumen, Saúl Lagos, presidente de la Mesa Comunal de Pesca de Lebu, explicó que es necesario que se elimine la pesca de arrastre y la pesca de cerco, pues son métodos de pesca altamente destructores del ecosistema y biomasa marina.
La pesca de arrastre, como su nombre lo dice, consiste en que una red se arrastre por el fondo marino, arrasando con toda la flora y fauna que hay ahí, dejando el suelo sin nutrientes necesarios para que vuelva a aflorar vida. Por otra parte, la pesca de cerco, captura los cardúmenes donde están presentes peces que acompañan a las especies que son objetivo de la pesca o bien el cardumen es mucho mayor que la capacidad de pesca. Cuando, las empresas tienen pesca «que no les sirve» o que no pueden vender o convertirla en algo que se transforme en dinero, sencillamente lo botan al mar, así es como millones de toneladas peces muertos se devuelven al mar en un proceso que eufemísticamente, le llaman «descarte».
Esta breve descripción aclara la urgencia de la eliminación de estos tipos de pesca, implementados por la gran industria pesquera.
Debido a la destrucción y sobreexplotación que ha hecho la industria de los recursos marinos, los pescadores artesanales han sido obligados a tener que ir a lugares cada vez más lejanos a buscar la pesca, más todavía cuando muchas de las especies que pescan, son altamente migratorias. Sin embargo, el Estado les impide pasar a otras regiones que no sean las de su origen y para ello intenta «fiscalizar», obligando a los pescadores a ponerles un GPS en sus embarcaciones. Esta «fiscalización» no pasa de ser un ridículo, pues el Estado intenta mostrar una rigidez que no existe para los industriales, a los cuales les ha otorgado todas las condiciones, incluso para que se introduzcan en la pesca artesanal, ya sea con palos blancos o bien como prestamistas financieros de pescadores, condenándolos a entregarles toda su pesca a un bajísimo precio.
Los pescadores también rechazan un cobro que el Estado pretende implementar a los pescadores artesanales. Este cobro, según explica Saúl, está destinado a que ellos financien una parte de la nueva institucionalidad pesquera que se impondrá con la nueva ley de pesca que Pablo Longueira se esmera por aprobar. De esta manera, los mismos pescadores financiarán al montón de «expertos» que dará «aprobación técnica» a las conclusiones que previamente los industriales pesqueros les entregarán.
Saúl agrega que hay una serie de nuevas normas que acrecentan el poder de la industria pesquera y que este año es definitorio para la pesca. Es sabido que todos nuestros recursos pesqueros están sobreexplotados, la cantidad en que ahora se encuentran es mucho menor a la que estaban hace 10 o 15 años atrás. Por ello, es necesario que toda la comunidad intervenga en acciones que tiendan a recuperar la pesca, como base de nuestra alimentación.
Las organizaciones de pescadores artesanales que se han mantenido exentas de la cooptación empresarial, postulan que es necesario que se expulse la industria pesquera y que se comience a pescar con criterios de sustentabilidad y de beneficio nacional, pues hasta ahora, gran parte de la pesca se convierte en harina o bien se exporta.
La movilización terminó con 13 pescadores detenidos y 9 heridos con perdigones y bombas lacrimógenas disparadas por carabineros. Vadría la pena imaginarse qué pasaría si el mando policial les preguntara a los piquetes de Fuerzas Especiales, por qué el jurel que se vende en lata ya se cuesta casi mil pesos y las merluzas de la feria no pasan de los 17 centímetros.
Foto de Archivo: Protesta de Pescadores en Lebu
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...y ese mar que tranquilo te baña, ¿A quién le promete el futuro esplendor?
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