Pía Aldana, artista visual de Concepción: «Funcionarios de ProChile tiran a la basura tres de mis obras»

Mi nombre es Pía Aldana, soy artista visual y funcionarios de PROCHILE (oficinas Biobío y Nueva York) tiraron a la basura tres obras de arte de mi autoría.

La producción artística de un determinado territorio forma parte del patrimonio cultural del mismo, debiendo ser respetada y valorada en consecuencia. Algo que si bien y lamentablemente, no es de conocimiento masivo (así como no es de conocimiento masivo lo que constituyen las prácticas desde las artes visuales y el arte contemporáneo), una esperaría que las y los funcionarios de instituciones públicas vinculadas o relacionadas a esta dimensión imprescindible de toda sociedad, tuvieran al menos un conocimiento general al respecto.

Antes que nada y desde mi riguroso sentido ético puntualizar que para mí Pía Aldana, la situación que procederé a describir es tremendamente desgastante y que en ningún caso me interesa ser objeto de atención por algo como esto. Muy por el contrario, es de mi profundo interés ocupar mi tiempo en lo que suelo ocuparlo: labores de investigación/reflexión y creación, en tanto mi producción artística o bien en las eventuales gestiones y actividades atingentes a los diversos proyectos artísticos/culturales de los que actualmente participo. Tampoco es de mi interés perjudicar en modo alguno a la institución pública o a él/la funcionario/a que formaron parte de esto (alguien dio la orden y alguien la ejecutó), es más, me resulta sumamente angustiante tener que referirme al tema, pero asimismo me parece un acto de responsabilidad, no solo conmigo y dado el enorme perjuicio que constituye esto para mí, sino también como parte de un área de trabajo profundamente precarizada. En donde hasta a las mismas instituciones les cuesta comprender que lo que realizamos constituyen un trabajo. Espero que ningún artista más vea comprometido su patrimonio por acciones tan desproporcionadas, que revisten una falta de empatía y sensibilidad tremendas.

Refiero breve y objetivamente los hechos: el día de ayer, lunes 17 de junio, en el transcurso de la mañana una amable funcionaria de Prochile me informa telefónicamente que al retorno de su prolongada licencia médica, se encuentra con la sorpresa de que mis obras (Que hasta donde ella y yo entendíamos se encontraban custodiadas y seguras en la oficina de PROCHILE New York), habían sido desechadas "dadas de baja" LANZADAS A LA BASURA, DESAPARECIDAS. La funcionaria, abiertamente afectada por lo ocurrido no daba crédito a que esta acción hubiese sido instruida y ejecutada. Prochile, como institución, se ocupa de gestionar la presencia de bienes y servicios de Chile en el exterior. Por tanto, no es anecdótico, ni antojadizo que mis obras llegaran a la mencionada oficina, lo hicieron tras mi participación en una relevante "Feria Internacional de Arte Contemporáneo: ArtExpo New York" (instancia en la que fui seleccionada y a la que asistí de forma auto gestionada: realicé una rifa, un crowfundig, etc. Para reunir los recursos que me permitieran asistir). La razón de dejarlas allá fue que en ese momento no contaba con los recursos económicos requeridos para tráerlas de vuelta y eventualmente yo debía volver a EEUU para ser parte de otras instancias en las que también fui seleccionada y de las que finalmente no pude ser parte debido a complejas circunstancias personales y presupuestarias. Estas obras salieron de Chile con los debidos certificados de salida que emite el Museo Nacional de Bellas Artes, poseían su correspondiente certificado de autenticidad, tenían mi firma y dejarlas con plena confianza bajo la custodia de Prochile respondió a una necesidad.

Ante los acontecimientos descritos, dos preguntas me han surgido con el paso de las horas, dicho sea de paso, aún no puedo creer que mis obras, mis amadas obras, que me tomó más de dos meses de arduo trabajo configurar y un descomunal esfuerzo que fueran exhibidas en la mencionada ciudad, ya no existan.

Lo primero que me surge como interrogante es: Por qué un funcionario vinculado al área de «Artes Visuales de Prochile Concepción", que una supondría posee, sino un vasto, al menos cierto conocimiento de arte (de lo que implica configurar obras y de las sutiles capas que dan forma y sustento a la producción artística), instruye deshacerse de, precisamente, tres obras de artes visuales que viajaron fuera de Chile en el contexto de una destacada exhibición internacional y que forman parte del patrimonio cultural Chileno? Obras que no solamente poseían un alto valor comercial (una de ellas aún permanece disponible en mi web), con el perjuicio asociado que aquella pérdida implica para mí, sino una enorme carga simbólica/intelectual/emocional, espiritual inclusive, lo cual se traduce en daños morales enormes. Parece, el actuar del funcionario aludido, un despropósito a los objetivos mismos que involucran su labor y la naturaleza de su trabajo y cargo.

Luego, también me preguntó, cómo es que alguien, que también ha de tener cierta preparación profesional para llegar a formar parte de un equipo de trabajo internacional, en una ciudad extranjera ampliamente conocida por constituir un polo artístico a nivel mundial. Sin ningún tipo de reflexión y con toda ligereza, lleva a cabo la acción "de dar de baja el material", ¿es decir arrojar a la basura o desaparecer estas obras? Obras de las que no había que ser un entendido, para comprender no llegaron casualmente a la oficina de Prochile en New York, ni fueron realizadas por una aficionada que hace arte los domingos, sino que eran de compleja elaboración y de alto nivel técnico. Y aún, inclusive, cuando alguien pensara desde su personal y subjetiva apreciación estética, que dichas obras no eran merecedoras de valor, aún desde ese territorio ideático, me cuesta comprender el desdeñar un óleo de 100 x 120 cms. Es decir, un "objeto de gran tamaño, ¿sin ningún tipo de duda o pregunta al respecto?. Reitero, acá hay dos partes involucradas, "alguien" ordeno "alguien" ejecutó.

El funcionario que instruyo deshacerse de mis obras, acusa el envío de un mail en el que, al parecer, me informaba de la situación, mail que yo no habría contestado (no tengo dicho mail en mi cuenta habitual, es posible lo tenga en una cuenta es desuso), pero inclusive en las circunstancias que él expresa, me parece de una desproporción enorme su decisión, y tremendamente «ligeros» sus esfuerzos por comunicarse conmigo. La escena artística de Concepción/Chile es pequeña, mi trabajo es ampliamente conocido, no es difícil acceder a mi persona o a mi número de teléfono. Asimismo, mis RRSS son abiertas, pues las considero una herramienta más en la divulgación de mi trabajo, ¿porqué entonces el funcionario no intentó comunicarse conmigo por otra vía?? Pueden decirme que quizás aquello excedía la naturaleza de sus funciones, pero no constituía un esfuerzo particularmente desmedido enviar un mensaje de un par de líneas en redes sociales o pedir mi teléfono a alguna colega, no por ser yo alguien particularmente relevante, sino considerando que esta persona ocupa un cargo vinculado a la cultura y las artes, por tanto el deber ser de ese cargo, no es solamente la eventual divulgación/exportación de los bienes artísticos, también le atañen, el proteger el eventual patrimonio cultural con el que se relacionase y en ningún caso instruir arrojarlo a la basura. Sea ese patrimonio/obras de la autoría de quien sea.

 

Como referí al inicio, mi nombre es Pía Aldana, soy una artista visual/dioramista/magíster en literaturas hispánicas/premio universidad de concepción a la excelencia académica y gestora cultural del Biobío. Formo parte de Colectivo Confluencia con quienes estuvimos participando de la recién pasada, y maravillosa, edición de Ch.ACO 2024. Trabajo de forma seria, rigurosa, sostenida y sistemática, desde las artes visuales y el arte contemporáneo, desde hace casi 17 años. Mis obras se suscitan a partir de reflexiones e investigaciones sobre el coleccionismo doméstico (y los valores simbólicos intrínsecos que se desprenden de la práctica o acto de coleccionar), desde las innumerables variaciones del coleccionismo doméstico, me desplazo hacia la naturaleza hiperbólicamente representada en mis obras, y desde allí patrimonio mítico popular por constituir un lugar de memoria y atesoramiento colectivo. Configuro grandes (muy grandes) cuerpos de obra desde el diorama miniatura, la cerámica escultórica, la pintura, ilustración e instalación. Mi trabajo ha sido exhibido tanto nacional (MAC, MNBA, Pinacoteca, Ch.ACO, Cecal, ArtStgo, etc) como internacionalmente (New York, Miami, México, Buenos Aires, Ecuador, Shanghai, España, etc) y asimismo he adjudicado diversos fondos de cultura (fondart de creación artística regionales y nacionales). Me apego a la idea de arte y cultura como un derecho base, un lugar de diálogo, empatía, memoria y pensamiento crítico. El año 2016 fui integrada a wikipedia junto a 14 mujeres artistas del Biobío (vivas y de otras épocas) por el proyecto EDITAFEM que lideró el Museo Nacional de Bellas Artes y que en diversos momentos ha incorporado a mujeres artistas en dicha plataforma con el objetivo de relevar su trabajo. He colaborado en múltiples proyectos de creación de otras y otros artistas, asimismo formó parte del equipo curatorial del Archivo de Artes Visuales del Biobío que cuenta con el apoyo del MINCAP y con quienes hace dos años ratificamos el "decálogo de buenas prácticas" que incluye un apartado de pertinencia territorial. También he sido parte de diversos proyectos editoriales. Trabajo determinada e incansablemente desde la cultura y las artes, no solo por el amor profundo que siento hacia la producción artística, sino porque estoy convencida de que, en esta dimensión imprescindible y transformadora de conciencias, se encuentran elementos vitales que nos permitirán construir una sociedad más cariñosa, lúcida, educada, justa y democrática, no sólo para la especie humana, sino para todo lo que es sintiente en el mundo. Y no, ni mis obras ni las de mis colegas constituyen material de desecho o basura.

Agradezco los mensajes de apoyo ante esta situación y por supuesto a quienes sumaron su nombre al pie de este comunicado, pues más allá de ser un acto que me perjudica en forma personal, va en desmedro de la producción artística y la labor que tantas y tantos realizamos incansablemente, muchas veces con todo en contra, para levantar iniciativas culturales conscientes, serias y profesionales.

Pía Aldana

Fotografías extraídas de su cuenta de Facebook.

Fotografía principal de Joaquina Saravia Henríquez (@fffriged)

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