El sábado 31 de agosto del año 2013, en la población Agüita de la Perdiz ubicada junto al barrio Universitario en Concepción, dos menores- Matías y Alexander Valenzuela de 1 y 3 años- murieron calcinados tras incendiarse la casa en que habitaban. Los vecinos denunciaron en ese entonces que el accidente no habría sido de tal envergadura si la mantención de los grifos hubiese sido la correcta.

Los vecinos de la población, vivieron la muerte de los menores como si se tratara de los hijos de todos. Denunciaron desde ese tiempo el estado de los grifos, argumentando que su mala mantención los tenía secos. La gobernadora de aquel período Claudia Hurtado le quito el piso al reclamo de los vecinos.

Lo cierto es que siguieron investigando. Marcos Olave, vecino de la Agüita, señaló a Resumen que descubrieron que hay dos grifos en el sector, enterrados a más de un metro profundidad, cubiertos de tierra desde el año 2005, y la empresa ESSBIO encargada ha cobrado por su mantención de todas formas. -son 16 grifos en total, y por cada uno la municipalidad paga $1280 mensuales-

Agrega además, que hay grifos instalados en los cerros y que, según información entregada por bomberos, no se podrían utilizar, debido a la baja presión de agua con lo que contarían. Es decir, la Población se encuentra en las mismas condiciones que cuando se produjo el fatal incendio en la calle Yerbas Buenas.

La postergación de la población es evidente. A la denuncia por la mantención de los grifos, el vecino agrega que hay problemas con el alumbrado público, indica que hace más de 10 años hay postes sin ampolletas y algunos a punto de caer. Incluso hay un poste cubierto completamente por una enredadera, lo que por supuesto refleja el completo abandono en su cuidado.

El reclamo de los vecinos no ha tenido eco, pues desde las mismas autoridades locales no se les ha tomado en cuenta. Muestra de ello es que «El hombre de Obras Hidráulicas no tenía un solo proyecto para la evacuación de aguas lluvias en un sector tan complejo como el nuestro». Cabe recordar la importancia de este tipo de obras debido a las inundaciones y derrumbes que se vivieron los años 2005 y 2006 en los barrios aledaños a la Universidad de Concepción.

Los vecinos han denunciado constantemente estas negligencias, pero el interés de las autoridades locales no estar con la Agüita. Marcos agrega que incluso les dieron un número telefónico que ni siquiera existía para hacer sus denuncias.

A estos problemas se le agrega el último conflicto que ha unido y movilizado al Barrio Universitario y a la Agüita: la instalación de dos antenas celulares en medio de sectores bastante poblados y cercanos a establecimientos educativos.

La Agüita se encuentra alerta y los vecinos exigen prontas soluciones a sus problemáticas.

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