Por Ruperto Concha / resumen.cl
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¿Por qué se desordenan las cosas?…
Con esa pregunta, de su hijita, el célebre biólogo y antropólogo británico Gregory Bateson nos explica a todos los que no somos científicos el tremendo misterio de la Entropía... esa terrible ley que rige al Universo mientras nos hace navegar por el océano del tiempo.
La noción de Entropía señala que todo aquello que funciona, sea obra de la naturaleza como la vida o los sistemas solares, o las obras del trabajo y la tecnología de la civilización, todo, necesita contar con una forma, un diseño funcional, un ordenamiento de sus componentes. Y, además, necesita disponer de energía para poner esos componentes en acción.
Sean los órganos de un ser viviente, o las piezas de un motor, o la secuencia de las estaciones del año, o el nacimiento de los soles y los sistemas planetarios... Todo lo que implica funcionamiento necesita disponer de componentes que se relacionan de cierta forma con cierto orden, para actuar al recibir energía suficiente.
Pero el funcionamiento de todo lo que funciona consume la energía disponible y experimenta desgaste de sus formas. Al desgastarse sus formas, su funcionamiento comienza a fallar y la energía que recibe se va desperdiciando cada vez más.
Las estrellas envejecen y se apagan, los motores se vuelven traqueteantes e inútiles, los seres vivos envejecemos y morimos.
Pero la idea de un desgaste como equivalente a un desorden puede ser engañosa. La idea es ordenamiento de las partes para que puedan interactuar entre sí, realizando un trabajo que consideramos útil.
Por ejemplo, en la naturaleza terrestre la energía del sol entibia el agua de los mares y provoca formación de vapor más liviano que el aire que se eleva hasta zonas donde hace tanto frío que el vapor vuelve a convertirse en líquido, vuelve a caer a la tierra en forma de lluvia y busca descender hacia el nivel del mar.
Pero los humanos ponemos obstáculos en el camino del agua, la canalizamos e incluso la aprisionamos en represas para extraerle al agua la carga de energía acumulada al condensarse. Incluso la forzamos a entrar en grandes tubos donde hemos puesto turbinas, y el agua entonces comienza a generar electricidad.
El agua no cambió en nada. Sigue igual que antes de entrar a la turbina. Pero al salir está en su supuesto desorden natural y seguirá evaporándose y volviéndose de nuevo en lluvia mientras el sol siga enviándole su energía cálida. En cambio, la turbina hecha por el hombre sí ha sufrido un desgaste que tarde o temprano la volverá inútil. O sea, el ordenamiento creado por el hombre es frágil y de muy corta duración.
Esa pérdida de energía y de ordenamiento es la entropía.
Pero ¿Qué ordenamiento es el que se pierde demasiado rápido?… En los seres vivos, el desorden propio de la vejez se produce lentamente, dando tiempo a que cada ser vivo, antes de morir, alcance a reproducirse generando otros individuos, otros seres vivos de su misma especie.
Y la reproducción a su vez es suficientemente rápida y abundante para compensar las muertes por devoración en la cadena alimenticia de las especies vivas. En cada grado de dominio en la cadena alimenticia de los seres vivos, hay una progresión numérica de supervivencia. Cada gallina mata y devora miles y miles de larvas, insectos y semillas, antes de ser, a su vez, cocinada por los seres humanos.
Peces, conejos, antílopes, jabalíes necesitan comer un número enorme de otros seres vivos, animales o plantas, y a su vez deben reproducirse mucho más velozmente que sus depredadores, los cazadores acuáticos, aéreos y terrestres.
Por cada león o lobo o jaguar que se muere de viejo, debe haber muerto un número inmenso de seres vivos menores, los que a su vez habrán devorado a otra multitud aún mayor de otros más pequeños. Y, al final de la cuenta, todos los máximos devoradores dominantes también morirán a su vez y serán devorados en un festín en el que participan hasta los más humildes se los seres vivos: los gusanitos y las bacterias.
Únicamente los humanos orgullosamente tratamos de salirnos de esa cadena, aunque somos el máximo absoluto de los devoradores de seres vivos en el planeta Tierra.
Ya sobrepasamos los 8 mil millones, todos con intensas ganas de comer y de seguir reproduciéndonos. Es decir, los humanos generamos un ordenamiento anómalo, contrario al del equilibrio de la cadena alimenticia de los demás seres vivos.
Nosotros generamos entropía.
Hablamos de la cadena alimenticia. El viernes pasado, la revista Time, de Estados Unidos, publicó una entrevista a David Beasley, Director del Programa Mundial de Alimentación de las Naciones Unidas, y la primera pregunta fue: Hace 10 años, se afirmaba que nuestro planeta siempre podría producir alimentos suficientes para todos los seres humanos. ¿Cree Ud. que ahora sigue siendo así?
David Beasley respondió que es posible que ya este año no haya alimentos suficientes para todos. Hay demasiada corrupción, desestabilización, conflictos y guerras. Hace 6 años, dijo, en el mundo había 80 millones de seres humanos al borde de la inanición. Hace 4 años, ese número había aumentado a 135 millones. Este año ya eran 276 millones, pero con la guerra y las sanciones económicas sobre el comercio mundial, la cifra ya va en 349 millones de personas que no tendrán qué comer.
Y agregó con amargura que está decepcionado de los líderes políticos mundiales que concentran sus recursos atendiendo a sus asuntos de seguridad política y sus intereses nacionales. Son líderes que no enfrentan la necesidad de solucionar los problemas mortalmente serios que están afectando al mundo, sobre todo Yemen, Etiopía, Ucrania... Y los líderes mundiales no logran resolver ni una sola de esas tragedias.
Dos días antes de esa entrevista en el Time, la BBC de Londres había informado que el Banco Mundial redujo las expectativas económicas mundiales y se está generalizando la alarma por una recesión total en la economía de todo el planeta. Según el Presidente del Banco Mundial, David Malpass, las tres principales economías del mundo, China, la Eurozona y Estados Unidos, están en un atolladero, y eso implica un peligro inminente de recesión mundial.
Las principales economías del mundo en conjunto, bajarían del 2,5% el año pasado, al 0,5% este año. En el caso de China, su crecimiento seguirá siendo el más importante, pero no superaría el 5%.
En tanto, el alza de las tasas de interés a los créditos financieros internacionales ha paralizado las inversiones y las empresas, incluso las más grandes, están en apremios para cubrir sus deudas.
En cuanto a las economías de los países en vías de desarrollo, están quedando incapacitadas de acceder a los créditos en dólares por las altas tasas de interés que Estados Unidos anuncia serán aumentadas una vez más.
Oiga... y esa amenaza de miseria generalizada se está produciendo justo en momentos en que las masas de cientos de miles de millones de dólares pasan de mano en mano sin más respaldo que la firma del Presidente de Estados Unidos, un país que ya no genera los recursos necesarios para seguir funcionando y que, año tras año, necesita aumentar su endeudamiento en más de un millón de millones de dólares cada vez.
Siguiendo con el tema de la Entropía y el desorden, la demencial situación económica del mundo actual se puede comparar con un platillo lleno de porotos blancos y negros, ordenados en dos grupos separados, a un lado los blancos, al otro los negros. Luego, el platillo recibe unos sacudones y los porotos se entremezclan desordenadamente.
Ahora los líderes mundiales siguen sacudiendo y sacudiendo el platillo en la esperanza de que los porotos vuelvan a quedar ordenaditos como antes.
Eso es imposible, pues el ordenamiento separando los porotos no había sido generado en forma natural. Era un sólo ordenamiento convencional que sólo se podría restablecer de manera también convencional.
O sea, mediante diálogo y acuerdos. No mediante sacudones en forma de sanciones y guerras.
En el clima enrarecido por el enfrentamiento de guerra entre la OTAN, disfrazada de Ucrania, y Rusia, ciertamente las economías menores han comenzado a tomar posiciones defensivas, bastante nacionalistas y de preferencia eligiendo aliarse entre sí o con las potencias que han probado ser más moderadas. Principalmente, China y Rusia.
Eso se hace sentir sobre todo en el tema de los minerales raros, de alto uso en las industrias de tecnología avanzada. Por ejemplo, en Zimbabwe, África, ya se dictó una ley que prohíbe la exportación de litio sin refinar. Sólo puede venderse el litio ya refinado en el país.
Otros países como Chile y Argentina, por su parte, han avanzado en una legislación equivalente, siendo que entre ambos países más Bolivia, poseen cerca del 40% de todo el litio disponible en el mundo.
Sin embargo, Chile no ha logrado implementar su propia explotación y refinamiento de litio y hasta ahora se limita a establecer acuerdos de protección. En cambio, Argentina y Bolivia están avanzando velozmente en implementar sus plantas de refinación de litio mediante acuerdos de financiamiento por parte de China.
Eso, en momentos en que el precio del litio ha aumentado en un mil cien por ciento en menos de dos años.
Inversiones similares en asociación con capitales de China están materializándose en Venezuela, Nicaragua y México, para la explotación y el refinamiento de otros minerales raros de uso estratégico.
Pero, frente a eso, según datos de las Naciones Unidas, el precio de los alimentos, a nivel mundial, ha aumentado lejos más que la cifra de inflación general reconocida por la mayoría de los países consultados.
Y a todo esto ¿Qué pasa con el dólar?… Según los analistas de la prestigiosa publicación Asia Times, de Singapur, ya se está detectando una progresiva tendencia de los inversionistas a vender una parte cada vez mayor de sus reservas en dólares, lo que, por supuesto, está acentuando una desvalorización del dólar en los mercados de divisas de Asia, incluyendo Japón, Indonesia y la India.
Al mismo tiempo, por los acuerdos directos entre China y los países petroleros árabes, una parte creciente cada vez mayor del petróleo que se transa en el mundo ya está haciéndose sin uso de dólares.
Según el análisis del economista William Pesek, del Asia Times, la venta masiva de dólares en los mercados asiáticos se debe a 4 factores. Uno, el desempeño menos que mediocre de la economía estadounidense en los últimos años. Dos, la inflación que ya es la peor de los últimos 40 años y que no da señales de disminuir. Tres, el endeudamiento de Estados Unidos que ya superó los 32 millones de millones de dólares, y, Cuatro, la venenosa odiosidad política entre los partidos Demócrata y Republicano, que se ha vuelto cada vez más intensa en los últimos doce años.
Entre las señales más graves sobre la pérdida de confianza en el dólar, está la noticia del Banco Nacional de Corea del Sur, gran aliada de Estados Unidos, de que ha aumentado sus reservas internacionales hasta alcanzar el equivalente a 23.160 millones de dólares actuales... pero lo ha hecho sin comprar ni un solo dólar más.
¿Y qué está ocurriendo en nuestra América Latina?… Por cierto, las noticias más calientes se centran en Brasil y Perú. En Brasil, la posición del recién asumido presidente Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, ha resultado formidablemente reforzada por la demencial intentona golpista encabezada hipócritamente por el derrotado expresidente Jair Bolsonaro, quien se fugó a Estados Unidos para no hacer entrega del gobierno a su sucesor Lula da Silva.
Tras una semana de investigaciones a través de la Corte Suprema de Justicia, se detectó una bien planificada conspiración para invalidar la reciente elección presidencial, incluyendo falsificación de documentos e involucrando a algunos funcionarios de la policía. De hecho, ya está detenido el ex ministro de justicia del gobierno de Bolsonaro, Anderson Torres.
Bolsonaro mismo está en situación de ser expulsado de Estados Unidos y devuelto a Brasil donde podrá ser sometido a juicio. De hecho, el gobierno de Estados Unidos ya expresó su apoyo total a Lula da Silva como legítimo presidente del Brasil.
Asimismo, el gobierno anunció que cobrará judicialmente algo más de 20 millones de dólares a varias empresas e instituciones derechistas que proporcionaron financiamiento para movilizar a varios miles de personas hacia la ciudad de Brasilia, donde causaron daños a las sedes de la Presidencia, el Poder Judicial y el Parlamento.
En una intensa campaña previa, a través de las redes sociales, el sector golpista había anunciado el desplazamiento de millones de personas a tomarse Brasilia, aunque en realidad se estima que en los disturbios no participaron más de 60 mil individuos.
Es decir, la intentona golpista derivó finalmente en el fortalecimiento del gobierno de Lula da Silva, más un desprestigio irremediable para Bolsonaro y la extrema derecha, y la confirmación de que las fuerzas armadas del Brasil sólo actuarán apoyando la constitucionalidad y las leyes contra cualquiera intentona golpista.
En tanto en Perú, las protestas masivas por el derrocamiento del presidente Pedro Castillo han llevado a una sangrienta represión militar y policial que ya deja un saldo de 41 ciudadanos muertos por disparos de la policía, y más de 600 heridos a bala, incluyendo disparos hechos desde helicópteros militares contra la multitud.
En estos momentos hay en el Congreso una mayoría de 71 votos contra 45 de la ultra derecha, exigiendo la renuncia de la actual presidente interina Dina Boluarte.
Y, en contraste, según informa la agencia Reuters, Venezuela dio a conocer un crecimiento de su economía superior al 17.73% durante el año pasado. Asimismo, se confirmó que la oposición venezolana, por mayoría abrumadora, acordó retirar completamente su respaldo al exdiputado Juan Guaidó que había fungido como Presidente Interino de Venezuela con apoyo de los Estados Unidos.
En general América Latina parece estar dando muestras de una versión propia de reacción a la caótica entropía que está impactando a las envejecidas grandes potencias occidentales.
Y eso, en momentos en que Estados Unidos está provocando escalofríos a los hombres de negocios del mundo entero con su anuncio de que va a crear de un dólar digital... justo en los momentos en que el dinero digital está en la peor crisis de su historia.
Es necesario admitir que las leyes universales, incluyendo la terrorífica entropía, se cumplen inexorablemente... sin necesidad de recurrir a la policía.
Ya en el siglo pasado el gran historiador británico Arnold Toynbee había denunciado cómo, siglo tras siglo, Europa ha sufrido tragedias innecesarias, incluyendo guerras, básicamente por la estupidez de demasiados de sus líderes políticos.
Este año, 12 países europeos tendrán elección de nuevos gobiernos.
¿Serán elegidos los candidatos capaces de encarar la entropía desatada por la actual estupidez beligerante?
Hasta la próxima, gente amiga. Cuídense. Más peligrosa que la entropía es la estupidez con la que los políticos la enfrentan.