PODCAST | Crónica de Ruperto Concha: Envilecer

Por Ruperto Concha / resumen.cl

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En el ventarrón de noticias de esta semana uno tiende a quedarse como entumido. O desamparado. Pero luego uno se acuerda de que el Desamparo es la Libertad, la amada libertad... ¡cuando las cosas no están saliendo bien!
Y basta con escarbar un poquito, mirar lo que está apenas disimulado detrás de las noticias falsificadas o caricaturizadas... y reflexionar entonces sobre qué es lo que asoma desde detrás de esa basura.

Es que las cosas andan mal, andan muy mal en todo el mundo. Y no es que haya una siniestra racha de mala suerte, no. En palabras de Paul Krugman, premio Nobel de Economía, lo malo que está sucediendo ahora es el resultado de decisiones erróneas tomadas a partir de informaciones erróneas e ideas erróneas.

Sin embargo, a juicio de muchísimos cristianos y musulmanes y judíos, las malas cosas que están sucediendo se deben a que el Diablo está metiendo su cola en los asuntos humanos.

 

Yo, personalmente, no puedo tomarme en serio la leyenda esa de que Dios hizo todos sus ángeles, pero uno le resultó mal hecho.

Era el más bonito de todos, tanto que se llamaba Luzbel o Lucifer, el portador de Luz, y era algo así como el regalón, que, de puro mimado se puso vanidoso y bueno... Ud. sabe el resto del cuento.

Como sea, el Papa Juan Pablo II repitió varias veces que el infierno no existe físicamente, que no es un lugar, y que hay que saber interpretar lo que dicen las escrituras bíblicas. Igual que tampoco existe el Cielo, como una especie de Casa de Reposo para acoger post mortem a los buenos jubilados de la vida.

Esas ideas tan notablemente humanistas del Papa Juan Pablo II provocaron mucha bronca en algunos sectores de la cristiandad, especialmente entre el beaterío pechoño de Estados Unidos, que disfruta muchísimo pensando que lo más sabroso de la pena de muerte es que, después de la ejecución, al condenado le viene de yapa toda una eternidad de torturas en el infierno.

Eso, porque aquellos supuestos buenos cristianos sufren de la misma deformidad moral que ese Ministro del Interior chileno que dijo, fíjese bien, que "la ley sirve para la venganza!

 

Por eso mismo es que muchos se alegraron cuando el siguiente papa, el alemán Joseph Ratzinger, coronado como Benedicto 16, corrigió los dichos de su predecesor y dijo categóricamente que el infierno sí existe y es eterno, y que el diablo no es un simple símbolo de nuestras inclinaciones pecaminosas, no señor. Que es un ser real, con cachos y todo, y que todo lo que dicen las Sagradas Escrituras hay que tomárselo al pie de la letra.

Bueno, pues, tratemos de tomarnos en serio todo eso del infierno y de esa especie de reyezuelo petrolero que gobierna allí con consentimiento de Dios.

Además de su distinguido nombre angélico de Luzbel o Lucifer, ese monarca tiene una tracalada de otros nombres. De ellos, el más conocido es "Diablo", el Diábolos, que en griego significa "El Mentiroso", el que engaña con su lengua bífida, como de serpiente.

Por ejemplo, el que dice que jura defender la democracia mientras torpedea y ejerce todas las formas de sabotaje para impedir que en algún lugar del mundo un candidato popular pueda ganar las elecciones.

En realidad, llevamos ya muchos años presenciando un fenómeno que pareciera ser la prueba de que ese misterioso caudillo del infierno, el Diablo, el Mentiroso, se ha dedicado a hipnotizarnos con mentiras bonitas, mientras nos sumerge en una suerte de borrachera de falsedades.

Fíjese, por ejemplo, que en Estados Unidos existía una serie de leyes estaduales y federales destinadas a proteger la libertad de prensa, sobre todo evitando que los grandes grupos financieros pudieran formar enormes monopolios de medios informativos y de opinión.

Pero durante el régimen de George W Bush, toda esa legislación fue anulada por completo. Actualmente, prácticamente la totalidad de las grandes cadenas de diarios y revistas, las redes de estaciones de televisión y las redes de radiodifusoras, todas pertenecen directamente a las grandes corporaciones financieras, que controlan el 98% de la información y la opinión, y así logran producir artificialmente una supuesta unanimidad que le presta a sus contenidos noticiosos la apariencia de ser la verdad indiscutida.

Es decir, se logró crear un instrumento de máxima eficacia para que el Diábolos, el Supremo Mentiroso, pueda engañar y mentir y ocultar o incluso calumniar, a su regalado gusto.

 

Por cierto, hay muchos desalmados, pero los que siguen teniendo el alma bien puestecita en su lugar, se van sintiendo cada vez más inquietos, más chúcaros, menos dispuestos a engolosinarse con mentiras fáciles, endulzadas y envueltas primorosamente en plástico.

Por ejemplo, uno de los principales analistas de la agencia informativa Reuters, que es conservadora, es fuertemente conservadora, sin embargo publicó un artículo sobre las mentiras periodísticas con que se ha tratado de demonizar al reelecto presidente de Rusia, Vladímir Putin.

El analista Stephen Cohen destacó cómo en los últimos 20 años la gran masa de los medios noticiosos occidentales se ha dedicado a lanzar brutales acusaciones contra el Presidente Putin, y cómo de esas acusaciones prácticamente ninguna tiene finalmente base real.

De partida lo han acusado de ser autócrata, o dictador, lo que es completamente falso. De hecho, muchas iniciativas apoyadas por él, como presidente y como primer ministro, han sido rechazadas por el Parlamento ruso.

Se le ha acusado de favorecer la corrupción y de reprimir la libertad informativa. Sin embargo, se ha silenciado que la gran corrupción en Rusia se produjo durante el gobierno de Boris Yeltsin, en que los jerarcas excomunistas rusos se adueñaron de fortunas inmensas en el proceso de privatización de la antigua economía soviética.

Se le acusó sin ningún fundamento de ser responsable del asesinato de la periodista Ana Politóvskaya en 2006, pero los propios compañeros de la periodista, en su propio periódico digital, señalaron que todos los indicios reunidos apuntan a líderes de la Chechenia rebelde, y que la Politóvskaya estaba precisamente denunciándolos a ellos.
Igualmente, la prensa y voceros del gobierno británico acusaron sin fundamento al presidente Putin de haber hecho asesinar en Londres al desertor de la Policía Secreta soviética, Alexandr Litvinenco, envenenándolo con polonio radiactivo.

La denuncia era tan infundada que, al cabo ya de varias décadas, todavía la policía británica ni siquiera ha entregado alguna prueba de autopsia que demuestre el supuesto envenenamiento con Polonio.

O sea, durante más de 20 años, se viene mintiendo a la opinión pública mundial, con el propósito de hacer impopular a un gobernante que de veras logró levantar a Rusia del marasmo post soviético y situarla de nuevo entre las grandes potencias mundiales.

Así, pues, el Diábolos, el Gran Mentiroso, debe haberse reído con ganas al ver con qué facilidad se hace bailar a la opinión pública al son de la zarabanda demoníaca.

 

Así, pues, la atmósfera psíquica de todo el planeta ha venido saturándose de hipocresía, falsedades y calumnias, a la vez que se cubre de silencio o se condena a los que, como Julian Assange, de Wikileaks, lanzan haces de luz sobre las tenebrosas verdades que los políticos esconden.

Pero al Rey del Infierno se le conoce también por otros nombres, además de Diábolos, el Mentiroso. Otro de sus grandes nombres es Satanás, de la palabra griega Satánas, que significa "El Enemigo".

No sólo él como enemigo personal del hombre, sino como el soberano de la enemistad entre los hombres. El que hace burla de las palabras de Cristo, Amaos los Unos a los Otros, y las trastrueca con un cínico "Odiaos los unos a los otros". Y cuando somos incapaces de hallar entendimiento y comprensión, nos incita a quedarnos con el odio, como santurrones hinchados de una moralidad digna de Judas.

Los derechistas odian a los izquierdistas, y vice-versa también. Los conservadores odian a los que quieren cambios y transformación, se odia también a los homosexuales y se odia a los negros, a los chinos, a los indios, porque odiarlos resulta barato.

Y en este siglo 21, en este Tercer Milenio cuando supuestamente la paz mundial estaba al alcance de la mano, gracias a la tecnología globalizadora, cuando ya parecía fácil buscar el progreso sencillo para nuestra especie y para la vida planetaria....

Cuando todo eso se veía simple y cercano, nos encontramos con que el gasto mundial de armas se ha encaramado lejos más alto y más peligroso que en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial.

La semana pasada, la ex jefe de gobierno de Alemania, Angela Merkel, con todo cinismo reconoció ante la prensa que el acuerdo de paz de Minsk entre Rusia y Ucrania suscrito el 2015 con aval de Alemania y Francia, en realidad no era más que un truco para engañar a Rusia mientras la OTAN reforzaba militarmente a Ucrania para la guerra.

Es decir, Angela Merkel confesó que la actual guerra de Ucrania había sido cuidadosamente planificada por Estados Unidos y la OTAN.

Ya antes el presidente Barack Obama, sin pudor alguno, había aceptado el Premio Nobel de la Paz que le otorgaron por sus promesas de paz hacia el futuro. Pero bajo su gobierno Estados Unidos se lanzó a una militarización a nivel planetario, incluyendo el espacio orbital de nuestro planeta.

Y, por supuesto, tanto China como Rusia, y al parecer también la India, están avanzando rápido en las mismas tecnologías. De hecho, se ha mencionado que China tiene contemplada la construcción de verdaderos portaaviones colocados en órbita, con capacidad de lanzar aeronaves súper veloces y, eventualmente, misiles hipersónicos sobre blancos en la superficie planetaria.

Por supuesto, el Satanás, el Enemigo, se siente satisfecho, mientras la pobre humanidad sigue bailando la cumbia de la locura homicida.

¡Basta leer los textos llenos de insultos y de odio en la mayoría de las redes sociales, en Facebook y en Twitter!

 

Además de Diábolos, el Mentiroso, y Satánas, el del Odio, el rey infernal recibe el nombre de Belcebú, que viene de las palabras semíticas Baal Zebub, que significa "El Dios de las Moscas".

El dios de la podredumbre y los gusanos. La tradición muestra a este personaje encarnizándose con sus víctimas, generando sus larvas sobre todo lo que está enfermo o muerto.

En este sentido este Belcebú aparece encarnizándose con los sencillos valores de la gente sencilla, inyectando sobre esos valores las larvas del lucro desmedido, la usura, la codicia desmedida.

Y también ahí vemos cómo Belcebú, el amo de la pudrición, se ha lanzado sobre nuestra gente, incluso sobre nuestros jóvenes y nuestros niños, tratando de cambiar en ellos el legítimo orgullo de desarrollar sus capacidades y sus fuerzas, por la turbia vanidad de poder comprar con plata cosas que estén a la moda.

El Belcebú quiere cambiar nuestra ambición y nuestros anhelos, por codicia y grosera apetencia.

Y todo ello, ciertamente, alumbrado con letreros luminosos, neón multicolor y siempre a la última moda, como le gusta al más lindo, más regalón y mimado de los ángeles, el Luzbel, o Lucifer. En fin, también los pobres peces consideran que el anzuelo es bonito y conveniente.

Así, pues, la semana pasó cargada de noticias, algunas muy conmovedoras, e incluso algunas que traen esperanzas.
En Italia, en Francia, en Gran Bretaña, las bases sociales están reaccionando democráticamente rechazando la política bancaria impuesta por Estados Unidos. También en Alemania, la gente parece cada vez más cristianamente enojada. Ya han comenzado las protestas callejeras en los estados de Renania del Norte y Westfalia, que son los más populosos de toda Alemania.

En Gran Bretaña, 40 mil policías se plegaron a las protestas callejeras de los trabajadores estatales, mientras las policías de Grecia, Italia y España, ya han advertido que no participarán en represiones brutales contra la base social exasperada.

En fin, podría ser que, como siempre, los diabólicos planes y maniobras del Príncipe de las Tinieblas, finalmente acaben estrellándose contra la sencilla voluntad de una humanidad que se niega a renunciar a sus anhelos. Que se siente asqueada de tanto odio y tanta vanidad, y que se da cuenta de que a veces tener menos dinero es la mejor forma de enriquecer nuestras vidas.

Hasta mirando al mismo diablo es posible reflexionar. Es posible alumbrarse el camino ¿Será verdad que el Demonio existe en carne y hueso como decía el papa Benedicto?

Hasta la próxima, gente amiga. Cuídense, Hay peligro.

 

*Imagen: Financial Times | Obtenida de https://www.mdzol.com/mundo/2022/12/13/la-fuerte-huelga-en-reino-unido-arroga-sus-propio-record-historico-299031.html

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