Tras el fallecimiento del destacado poeta es importante recordar su historia. En plena dictadura militar en Concepción, el ambiente político y cultural estaba bajo la represión despiadada del régimen de Pinochet. Omar Lara fue de los que contribuyó a potenciar la poesía, en una época en donde los libros y la artes eran peligrosas para un sistema que no quería pensamiento crítico y reflexión de la comunidad. Pese al hostigamiento de la dictadura el trabajo de Lara fue incansable y trascendental para fomentar la literatura en la ciudad de Concepción a través de circuitos formales y semiclandestinos que mantuvieron viva la llama de las artes en la capital penquista.
Nicolás Salazar / resumen.cl
Un círculo del cual provinieron diversas publicaciones editoriales y revistas fue el establecido por el poeta Omar Lara en Concepción, en plena dictadura. Él fundó la editorial LAR (Literatura Americana Reunida) y la revista de literatura LAR, ambos proyectos circulaban en Concepción, tras haber sido gestados en Madrid durante el periodo de exilio del poeta. Omar vuelve a Chile en 1984 y se instala en Concepción, transformándose en una de las figuras más importantes dentro del desarrollo literario de la ciudad, y también del país.
Para entender el impulso creador de Omar Lara debemos tener en cuenta su pasado. Él, en conjunto con otros poetas, fundaron en la ciudad de Valdivia, durante el año 1964, el grupo y la revista TRILCE, una de las más importantes de la década de los 60 y 70 en nuestro país. Luego del golpe, la actividad de Lara se ve interrumpida por su exilio en Perú, Rumania y Madrid.
No es hasta mediados de los 80 que vuelve a nuestro país y consigue mantener la producción y circulación de los dos proyectos literarios que había fundado en el extranjero.
En conversación con Lara me explicó : "En Madrid fundé las Ediciones LAR (Literatura Americana Reunida) y en Chile, a partir de 1984, proseguí una línea de ediciones que incluyó la publicación de varias decenas de títulos. Puedo nombrarte, entre los más «audaces», libros sobre y de Salvador Allende (Allende: la consecuencia de un líder, Obras Completas, Tomo I, un libro sobre el gobierno de la Unidad Popular, de Gonzalo Martner), de Volodia Teitelboim (En el país prohibido, Policrítica en la hora de los chacales, con Julio Cortazar), de Joan Jara (Víctor Jara, un canto truncado, que yo edité como «Un canto NO truncado»), de Antonio Skarmeta (Solo que la nieve arde), de Patricio Manns (Violeta Parra), y podría mencionarte muchísimos más. Esto parte desde Concepción, pero se editaban normalmente en Santiago y desde allí establecimos un sistema de distribución semiclandestino".
Los libros y revistas de Omar Lara empezaron, de esta forma, a circular por Concepción, el resto del país, e incluso el extranjero. La revista, que había producido sus 5 primeros números en Madrid, estrena su sexto número en 1985, pero ahora con la dirección de creación en: Concepción-Madrid.
En esta primera publicación se mezclaban figuras prominentes de la literatura latinoamericana, nacional y local, generando una particular mezcla de tópicos y autores. Encontramos en este primer número, entre sus páginas, a figuras de renombre como Julio Cortazar y jóvenes poetas de la zona como Jorge Ojeda; también encontramos exponentes importantes de la escena cultural nacional como Gonzalo Rojas y poetas incipientes de Concepción como Ricardo Mankhe. Este sexto número de la revista, y primero en ser publicado en Concepción, no fue el último y la revista se multiplicó durante todo el periodo dictatorial, sacando, según Lara, cerca de 13 números de la revista.
A diferencia de otras publicaciones de la «resistencia cultural» de la época, es notable la calidad de la revista LAR, la cual estaba constituida por materiales que la hacían una publicación formal: portada a colores, impresión en imprenta, diagramación profesional. De la misma manera en que se aleja del carácter artesanal de las anteriores ediciones que surgían en Concepción, se alejaba en cuanto conseguía aportes de diferentes fuentes, rompiendo la tradición de auto-gestión que tenían las publicaciones de la época. Por ejemplo, el primer número publicado en la ciudad contaba con publicidad de Casa Orellana, Hotel Alonso de Ercilla y Farmacias San Pedro.
Por otro lado, en la misma revista, es posible consignar que recibía el patrocinio de la Sociedad de Escritores de Chile. Aún así, considerando el carácter más institucional de la revista, los textos también sufrieron la persecución de las autoridades militares, como lo que sucedió con el número 10 de la revista: "El Nr. 10 fue secuestrado por la DINA, junto a varios libros editados por mi editorial, entre ellos la primera edición del libro sobre Allende, un libro de poemas de Enrique Valdés, «Avisos luminosos" comentó Lara.
Otro hecho importante fue su decisión de poner una librería en Concepción, la cual se transformó en lugar importante de reunión de artistas en aquella época, como él mismo nos relata: "Yo era un cesante permanente, nadie me daba trabajo y debí buscar una salida. La idea de librería había circulado mucho tiempo por mi cabeza y con la ayuda de algunos amigos buscamos un lugar (Ongolmo 139) y algunas distribuidoras importantes me surtieron de los primeros títulos. La librería siempre tuvo -y tiene- una importante oferta de poesía, como pocas en Chile, además temas como sociología, filosofía, testimonio, revistas de todo tipo. Por cierto fue un punto de encuentro, de revuelta cultural. Además de los poetas, pintores, músicos que circulaban regularmente por Ongolmo 139, en ese pequeño pero intenso espacio a figuras relevantes de la literatura y la cultura chilena e internacional". Posteriormente Omar se traslado con su librería a Artistas del Acero en Concepción.
Fue así como la librería de Lara, en conjunto con la librería Sur, se transformaron en dos recintos que acopiaban libros y servían como espacios de reunión y asociatividad entre diversos poetas y artistas de la zona y el exterior en los difíciles tiempos de la dictadura militar en Concepción.
El aporte de Omar Lara a la resistencia cultural durante dictadura en Concepción es aún un punto poco estudiado y valorado, en momentos difíciles de persecución, tortura y exilio. Voluntades inquietas y valientes como la de Lara son ejemplos de esfuerzo por difundir la literatura y las artes pese a todos los inconvenientes que pueden existir. Tras su fallecimiento, este pequeño homenaje de rescate de su historia es lo menos que podemos hacer ante el aporte cultural que entregó siempre a la ciudad de Concepción, aún en sus momentos más difíciles.