[resumen.cl] Hoy se ratificó la censura contra el gobierno del Partido Popular (PP), la derecha neofranquista española, liderado por Mariano Rajoy. Esto significa que Rajoy debe entregar el gobierno a manos de quien presentó la moción ante el parlamento, el socialista Pedro Sánchez. El estado español posee un régimen parlamentario, lo que significa que es este órgano el que puede formar el gobierno, dado el carácter representativo de sus miembros.
Rajoy ha perdido su rango de presidente al ser presentada una moción de censura por parte del Partido Socialista Obrero Español -por sus siglas PSOE-, y es entonces que su líder, Pedro Sánchez, será el nuevo presidente hasta las próximas elecciones.
La moción de censura se generó tras la sentencia del caso Gürtel, un entramado de financiación irregular de los políticos del Partido Popular que durante más de diez años el PP hizo extracciones de dinero público destinado a financiar gastos electorales, pero también a "donaciones finales" por la llamada caja B del partido, administrada por el tesorero Luis Bárcenas, uno de los tres personeros apresados esta semana y parte de los múltiples culpables condenados con sendas multas. Este ejercicio se realizó tanto durante la época en que José María Aznar y Mariano Rajoy fueron presidentes del partido.
A raíz de la sentencia -de primera instancia- en este caso, el PSOE decidió presentar una moción de censura contra el gobierno de Rajoy, a la que se sumó de inmediato Pablo Iglesias, el líder de Podemos. Durante los últimos cinco días se sucedieron las negociaciones para conseguir la mayoría absoluta (176 votos). Sánchez logró sumar -sin ofrecer nada a cambio oficialmente- a los independentistas catalanes y vascos y con eso arrinconó a Ciudadanos, la nueva derecha que invistió a Rajoy en 2016 y que ahora ha quedado como único aliado del PP, mostrando su cara más cuestionable. Sánchez debe llamar a elecciones dentro de poco y allí se verá si el PP mantiene sus apoyos, los socialistas vuelven a renacer o los nuevos partidos (Unidos Podemos y Ciudadanos) desbancan a la vieja clase política de la transición, llamada también régimen del 78.
Ahora bien, Sánchez fue quien hasta hace muy poco apoyó la aplicación del polémico artículo 155 de la Constitución, que tiene a numerosos políticos catalanes en la prisión y el exilio por haberse atrevido a realizar un referéndum el pasado 1 de octubre para liberarse del Reino de España y, desde ese momento, ha recibido sendos ataques de todo el establishment ibérico, coartando la libertad de expresión y los derechos políticos de gran parte de la ciudadanía catalana e incentivando la activación de grupos fascistas que atacan el reclamo de libertad y justicia en cada acto o manifestación que se lleva acabo en todos los rincones del país.
Así las cosas, Rajoy cae por la corrupción de su partido y no por las graves faltas a los derechos sociales y políticos contra Cataluña y el resto del estado. Sánchez llega con 180 votos de respaldo, es decir, con un apoyo bastante débil y sin entregar una alternativa clara y digna para el conflicto catalán. También vale decir que el PSOE tiene casos de corrupción a la vista y todo eso hace que la perspectiva de su gobierno no sea del todo halagüeña.
Por último, en Cataluña, la decepción tras el intento de proclamación de la República Catalana y los duros golpes represivos han dado paso a la impavidez. Los partidos independentistas con representación en el Congreso estatal (PDCat y ERC, la CUP no se presenta a elecciones fuera de Cataluña) han dado sus votos sin solicitar nada a cambio y esto sorprende y no se entiende, tal vez creen que es mejor negociar con Sánchez, pues de Rajoy solo se recibieron palos y cerrazón. Aún así la crítica de la CUP y sectores de la izquierda independentista es fuerte, dado a que el nuevo president catalán Quim Torra, ha mostrado una actitud complaciente hacia Madrid y una mesura rayana en el entreguismo.
Las elecciones municipales del próximo año mostrarán si este apoyo a Sánchez les significará una baja a estos partidos, toda vez que el independentismo mantiene la mayoría entre la población catalana.
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