Por: Juan Concha y Rocío Peralta
Se revisó si los componentes más discutidos de las píldoras anticonceptivas están presentes en la píldora más consumida de la comuna de La Florida (Región Metropolitana de Santiago)
De las opciones que existen para evitar embarazos, la píldora anticonceptiva está entre las más utilizadas. La funcionalidad radica en prevenir la ovulación, su «eficiencia» las hace la forma más popular de control de natalidad, con 63 millones de usuarias, 8.3 millones en América Latina.
Su corta historia y explosiva utilización ha ido dejando cabos sueltos, estudios mencionan diversos efectos secundarios producidos por este método hormonal. En virtud de ser lo más específico y simple posible, nos centraremos en una enfermedad con alto impacto social; el cáncer de mama.
Se han estudiado los principales compuestos de las píldoras, resaltando los progestágenos y estrógenos sintéticos que previenen la ovulación, relacionándolos con la aparición de cáncer de mama. Estudios hechos en el 2010 por científicos de la Universidad de Bonn mencionan que «el riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta según la cantidad de tiempo expuesto a estos compuestos. Ya pueden existir diferencias en mujeres menores de 35 años que tomaron píldoras por lo menos seis meses, comparadas con quienes nunca las habían tomado».
Frente a esta situación, se investigó las píldoras más utilizadas en La Florida, considerando puntos de entrega a farmacias, consultorios y hospitales. Una vez obtenida la información, se revisó la presencia o no de los compuestos relacionados con la aparición de cáncer.
La píldora de mayor uso es Anulette C.D. (Laboratorio Silesia), con presencia de Etinil-estradiol 0.03 mg (Estrógeno) y Levonogestrel 0.15 mg (Progestágeno), los cuales están vinculados con la presencia de cáncer de mama.
Preguntamos al Ministerio de Salud (MINSAL) y Centro Nacional de Abastecimiento (CENABAST) que información tienen al respecto. La respuesta obtenida se remite a decir que la otra institución es responsable de tener dicha información y viceversa.
Existe nula responsabilidad, se puede entender falta de información producto de lo nuevo que son, pero es difícil comprender como instituciones encargadas de regularizar esto, desconozcan la presencia de estos compuestos en la píldora más consumida de la comuna.
Esto pone en duda si las instituciones cumplen los objetivos para los cuales fueron creadas. Recordemos que las píldoras pertenecen a una industria farmacéutica, que a costa de sus ensayos clínicos en países subdesarrollados se presenta como una de las tres industrias con mayores ingresos en el mundo.