Preso y despreciado: La muerte de "El Fanta"

[resumen.cl] Este sábado, Gendarmería informó del fallecimiento del reo Miguel Arturo Estay Reino, «El Fanta», preso en el Penal Punta Peuco condenado a cadena perpetua por el crimen de los militantes comunistas degollados por agentes represivos de la dictadura el 30 de marzo de 1985 en un descampado de Quilicura.

Estay Reino, de 68 años de edad, fue un dirigente de las Juventudes Comunistas (JJCC) que, luego de su detención durante la dictadura, se convirtió en un traidor a sus colectividades y camaradas para devenir luego en agente represivo.

No sólo el asesinato ruin y miserable de los tres profesionales comunistas en 1985 pesaban sobre la vida del ahora fallecido criminal, sino la detención, desaparición y muerte de decenas de militantes y jóvenes comunistas a los que el "Fanta", como era conocido, condujo a la captura y al suplicio en manos de los aparatos criminales de la dictadura, mal llamados organismos de seguridad.

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Comenzó a militar en las Juventudes Comunistas a los 17 años, a fines de 1970, cuando era alumno de un liceo de la comuna Recoleta. Tempranamente fue incorporado a las tareas de seguridad y de inteligencia de la organización lo que le permitió tener conocimiento sobre decenas de personas de la Juventud y del Partido que, años más tarde, no vacilaría en mandar al martirio y a la muerte.

También tempranamente, Miguel Estay evidenció un apego a historias de aventuras, a novelas y personajes de ficción, de donde extrajo su favorito "Fantomas", de quien adoptó el apodo para funcionar en sus actividades políticas y partidarias. El alias "Fantomas" derivó al simplificado "Fanta" que le acompañará el resto de su miserable vida y hasta más allá de su propia muerte.

A los grupos de seguridad de la JJCC, Estay Reino fue introducido por René Basoa Alarcón, otro joven militante y dirigente que se transformaría en su tutor, guía y jefe al interior del aparato partidario. Juntos asumieron la conformación de equipos de choque durante el gobierno de Salvador Allende y escalaron posiciones al interior del aparato de inteligencia partidario.

Luego del golpe, ambos Basoa y Estay, se sumergieron en la clandestinad que, en el caso del PC, consistía en permanecer "congelados" e inactivos para no correr riesgos, limitándose sólo a mantener los vínculos partidarios y mecanismos funcionando. Sin embargo, Basoa Alarcón fue capturado a fines de 1975 por los agentes del llamado Comando Conjunto (CC) que agrupaba a representantes de aparatos de inteligencia de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas e individuos civiles de derecha. El CC operaba bajo la égida de la Fuerza Aérea, más específicamente del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea que actuaba en las instalaciones del AGA (Academia de Guerra Aérea) y una serie de locales esparcidos por Santiago y la Región Metropolitana.

El mismo Basoa Alarcón condujo a los agentes del CC a la captura del Fanta el 22 de diciembre de 1975 en una casa de seguridad en calle Vicuña Mackenna de Santiago. A los pocos días, el Fanta se convirtió en colaborador del SIFA y del CC, y el 3 de enero de 1976 condujo a la captura de Víctor Humberto Vega Riquelme al que le tendió una trampa. Curiosamente, en la misma trampa el hermano del Fanta, Jaime Estay Reino y su pareja, fueron también detenidos junto con Vega. El hermano y cuñada fueron pronto liberados. La primera víctima del Fanta sigue siendo un detenido desaparecido y en la causa judicial por este caso Estay Reino estaba siendo procesado.

Ambos sujetos, Basoa Alarcón y Estay Reino, fueron reclutados por el agente civil del SIFA, con rango de oficial FACH, Roberto Fuentes Morrison quien los llevó por el camino de la felonía y la ignominia transformándolos no sólo en colaboradores sino en agentes operativos del CC encabezando la cacería de decenas de sus antiguos camaradas. Por razones desconocidas (pero aparentemente vinculadas al asesinato del líder sindical Tucapel Jiménez), los aparatos represivos de la dictadura decidieron librarse de Basoa Alarcón y lo ejecutaron el 19 de marzo de 1982.

El particular destino de su antiguo camarada y jefe, llevó al Fanta a "trasladarse" de organismo represivo en el cual seguir cumpliendo su artera labor. Es así que en 1984 se incorpora al aparato criminal denominado Dirección de Comunicaciones de Carabineros (Dicomcar), que operaba en la calle Dieciocho de la capital, conocido como "La Firma", llevado allí por el coronel de Carabineros Luis Fontaine a quien había conocido en el CC.

El mismo Fontaine lo incluye en el equipo de agentes a quienes les encargaron la ejecución de los profesionales comunistas José Manuel Parada, Santiago Nattino y Manuel Guerrero en marzo de 1985. Por este horrendo crimen fueron condenados a cadena perpetua el excoronel de Carabineros Guillermo Washington Exequiel González Betancourt, los exsuboficiales de Carabineros José Florentino Fuentes Castro, Alejandro Julio Segundo Sáez Mardones, y Claudio Alberto Salazar Fuentes y el nefasto civil Miguel Arturo Estay Reino, el "Fanta".

El Wally, Roberto Fuentes Morrison, fue ajusticiado por un grupo operativo del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) en junio de 1989. Luis Fontaine, también fue ajusticiado en mayo de 1990. El Fanta se les une ahora en esa despreciable lista.

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