Protagónicas: gesto de archivo en clave de género para las artes escénicas del Biobío

La escritora nigeriana Chimamanda Adichie, en su conferencia "Los peligros de una historia única", nos convoca a pensar en la importancia que tienen las historias. Pero no una Historia, sino que muchas de ellas. Sin duda, esta idea sencilla, tiene una potencia política cuando pensamos en nuestro relato como país, confiscado por una verdadera política de la memoria, que define, en mucho, esa narrativa compartida. Que existan muchas historias, de/desde distintas subjetividades, nos garantiza no sólo espacios y territorios comunes y diversos, sino que, también, dignos. Por ello, los gestos de archivo creados desde la comunidad, en distintos campos del conocimiento, han logrado devolver parte de ese relato y memoria al colectivo. Desde esa urgencia, nace "Protagónicas. Mujeres y Escena en el Biobío", proyecto que busca dinamizar, movilizar y sumar experiencias a la historia reciente de las artes escénicas en la región. La investigación indaga en los itinerarios e intersecciones de tres mujeres teatristas en el Biobío, Isidora Aguirre, Ximena Ramírez y Berta Quiero, todas agentes importantes de impulso y fortalecimiento del quehacer escénico, especialmente, en época de dictadura. Quienes están detrás de está iniciativa, la investigadora teatral Nora Fuentealba y la actriz Francisca Díaz González, tienen, también, un camino de trabajo conjunto, que les ha unido en el deseo de pensar críticamente las prácticas escénicas, desde una mirada de género y una conciencia de archivo.

Paulina Barrenechea Vergara / resumen.cl

"Protagónicas. Mujeres y Escena en el Biobío", cuenta con financiamiento del Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, y se está forjando, primero, desde un encuentro con los testimonios de quienes se han nutrido, formado y creado junto a estas teatristas en la región, a través de una campaña de testimonios colectivos. Activar la memoria y compartir experiencias a través de la conversación, de fotografías, cartas, y otros documentos análogos, es la invitación que el proyecto hizo hace algunos meses y que estará abierta hasta mediados de noviembre. En una segunda etapa, se espera crear una plataforma digital y un cuadernillo pedagógico que reúna todo este saber compartido y que permita dar a conocer los aportes de estas mujeres, sus procesos creativos y cómo incidieron en una escena que, gracias a su trabajo, no logró ser silenciada. Nora y Francisca, actualmente, se encuentran sistematizando parte del material documental y testimonial, hasta ahora recuperado, y en medio de esa tarea, las invito a conversar acerca de lo que para ellas significa la noción de archivo y memoria para las artes escénicas, y cómo este proyecto se conecta con sus propias rutas.

Protagónicas. Mujeres y Escena en el Biobío

¿Cómo se cruzan sus caminos en las artes escénicas y cómo derivó en un interés investigativo? 

Francisca: Nuestros caminos se cruzan en el verano del 2008. Yo empezaba a cursar el cuarto año de teatro y ese verano fui a la India donde conocí a Nora. Perdimos el contacto, pero nos reencontramos en la Universidad de Concepción. El año 2019, me invita a hacer la música y ser intérprete de su obra de teatro documental "Aproximaciones al olvido", que aborda la masacre de San Rosendo. Ahí descubrimos que teníamos muchos intereses en común, como profesionalizar el teatro. El interés investigativo siempre lo tuve, pero fue ella quien me arrastró e impulsó hacia él.

Nora: Mi interés por la investigación parte en la escuela de teatro. Estando en ella me di cuenta que lo que realmente quería era dirigir e investigar. Durante ese tiempo tuve la oportunidad de perfeccionarme en historia del arte, lo que me abrió camino a otras decisiones académicas que fui tomando. Tempranamente conocí a personas que me motivaron en esta labor y me invitaron a otros proyectos. Marcia Martínez Carvajal fue una de esas personas, quien me invitó a trabajar en un proyecto Fondecyt que ha marcado profundamente mis investigaciones actuales. Gracias a él conocí más profundamente el trabajo de Isidora Aguirre y por extensión el trabajo de El Rostro. Me fui dando cuenta que para hacer teatro hay que investigar aquello de lo que se habla, porque no se trata de hablar de otros sino en conjunto con ellos.

Sin duda, mucho de ese camino compartido se desplaza al proyecto "Protagónicas". ¿Qué desea incomodar o interpelar "Protagónicas"?

Nora: "Protagónicas" nace del cruce entre memoria y género. Desde el comienzo de mi labor como investigadora siempre estuvo ligada en la relación teatro y memoria, específicamente, la que da cuenta de la dictadura cívico militar y sus consecuencias. Por otro lado, mis indagaciones intentan ser coherente a un enfoque de género que creo de gran importancia si se quiere abrir los estudios teatrales a otros lugares. Este interés por las memorias posee un gran anhelo de justicia, un rescate del olvido a actrices y actores sociales de gran relevancia para delinear sentidos a todo lo que nos ha pasado.

Francisca: A mí también me interesa muchísimo la mirada sobre la memoria, pero también el tema de la descentralización. Creo que el archivo deja testimonio y registro de todo lo que, por ejemplo, hicieron estas tres mujeres, pero, también, de todas las otras posibles protagónicas.

Nora: Claro, el proyecto se centra en la región del Biobío y esto no es menor, pues la historiografía teatral suele escribirse desde el centro y, por lo tanto, se hace necesario levantar toda la información necesaria, para construir nuestra propia historia, con nuestros recuerdos e inquietudes.

Francisca: Son voces que aún están silenciadas, pues no todo el público e, incluso, no toda la comunidad de artes escénicas sabe quiénes son. Aparece la necesidad de homenajear a aquellas personas que se hicieron cargo, en época de dictadura, que fue tan difícil, de hacer teatro y de crear audiencias. Dentro de esas audiencias creadas por estas mujeres estoy yo y mucha gente que sigue asistiendo al teatro.

Nora: Cuando se habla de memorias, se suelen rescatar las voces de hombres, postergando el alcance de las femeninas. Con esto no quiero decir que estos hombres no hayan aportado desde su lugar de forma sustancial a sus ámbitos específicos, sino dar cuenta de la necesidad de rescatar los testimonios de quienes se han saltado los relatos hegemónicos -usualmente masculinizados y que han tenido una ventaja legitimadora solo por su género. Es hora de que nosotras pongamos en valor a mujeres y disidencias que han jugado un papel relevante en las transformaciones sociales e históricas. Esto puede incomodar, porque se puede pensar que dejamos fuera a otras personas para hablar del teatro de la región y, claro, de alguna manera lo hacemos, pero no con el afán de silenciar esas voces, sino para abrir camino a futuras y futuras investigadores que puedan dar cuenta de aquello.

¿Cuál son sus miradas en torno a la noción de archivo y que vinculaciones tiene con lo educativo y mediador?

Nora: Cada documento es mediador de una historia particular, es garante de las memorias que evoca y es una invitación a hundirse en sus relatos.  En este sentido, el repositorio documental, como el que tratamos de construir con este proyecto, permite, por un lado, catastrar los documentos materiales existentes para futuras proyecciones y generar una primera sistematización que permita facilitar la lectura a todas y todos quienes se acerquen a los documentos digitalizados, democratizar su acceso y entregar herramientas básicas para su interpretación.

Francisca: Siento que tiene que ver con el testimonio, con dejar huellas. Un respaldo de que algo existió. Creo que es súper importante que lo que se les habla a los jóvenes y las jóvenes, tenga una materialidad, que se puedan conocer los testimonios de personas que en algún momento se dedicaron a la cultura o todavía se están dedicando a ella.

Protagónicas. Mujeres y Escena en el Biobío.

Desde las urgencias políticas y sociales actuales, y según el camino que han recorrido como artistas e investigadoras escénicas, ¿qué tienen que decir las artes escénicas hoy, como prácticas del presente?

Nora: El teatro siempre ha estado vinculado con su actualidad. Aún cuando quiera hablar solo del pasado o solo de sí misma, no puede desprenderse de su historicidad, como tampoco nosotras podemos hacerlo. En ese sentido, creo que vivimos en un momento que nos invita a reflexionar sobre cómo hemos estado haciendo las cosas, ir a esos lugares que nos permite las memorias para intentar comprender qué nos pasa y con ella imaginar futuros posibles.

Francisca: Las artes escénicas recuperan ese ritmo que está como perdido. Y ello tiene que ver con la recuperación de la memoria, con el homenaje, con el archivo, con el testimonio. En lo escénico tenemos un lugar donde por un par de horas o una hora o lo que dure el espectáculo, tenemos la atención absoluta del público, independiente de que el público esté de acuerdo con nosotras o no.

Nora: El teatro puede ser un medio privilegiado para ello, por ser una práctica que actualiza performativamente las memorias en cada representación, y aquí no hablo solo de las memorias históricas, sino que también del propio teatro.

Francisca: Y eso genera cuestionamientos, genera diálogo, genera discusión. Y por eso también es urgente.

Nora: Sí, en momentos como éste, donde la historia y la memoria quiere ser arrebatada para que no seamos capaces de proponer nuevas instancias de desarrollo, el teatro se presenta como una gran asamblea para discutir estas cuestiones. Y es hermoso pensarlo así, porque nos da un poco de esperanza. Mientras seamos capaces de pensar en nuevos futuros posibles, tendrá sentido seguir luchando.

Si quieres conocer más detalles de la campaña de testimonios colectivos del proyecto "Protagónicas. Mujeres y Escena en el Biobío, compartir tus experiencias junto a estas mujeres teatristas, y/o seguir el proceso de trabajo, puedes escribir al correo [email protected] y/o seguir sus plataformas digitales.

Instagram: @proyectoprotagonicas

Facebook: @ProtagonicasBiobio

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