La historia de Chile nos ha sido explicada en la escuela de una manera plana, homogeneizadora y monolítica. Se nos ha dicho cómo nos hemos hecho chilenos, pues recordemos que hasta sólo 200 años existían españoles y mapuches como nacionalidades en esta parte del territorio y una identidad mestiza poco clara y sin proyecto propio de construcción nacional.
Luego de la independencia, los sectores descendientes directos de los dueños de la tierra venidos de la península, diseñan su propio proyecto de país, de nación y de estado, no sin tener diferencias y tensiones entre ellos, explicables por el desarrollo de la cultura europea, es decir, alejamiento entre el poder civil y el eclesiástico, auge del capitalismo y liberalización social e individual.