El estudio denominado «Sedentary Behavior and Incident Dementia Among Older Adults» -Comportamiento sedentario y demencia incidente en adultos mayores- publicado por la revista de la American Medical Association (JAMA) se centra en la relación entre el comportamiento sedentario y la incidencia de la demencia en adultos mayores.
El comportamiento sedentario se define como cualquier actividad en la que el gasto de energía sea igual o menor a 1.5 equivalentes metabólicos (METs) mientras se está sentado o acostado. Ejemplos de este comportamiento incluyen estar sentado frente a una computadora, ver televisión y conducir. El estudio utilizó datos del Biobanco del Reino Unido, que recopiló información de adultos mayores de Inglaterra, Escocia y Gales entre 2006 y 2010.
En un subestudio realizado de 2013 a 2015, se pidió a más de 103,000 adultos que usaran un acelerómetro en su muñeca durante 24 horas al día durante 7 días. El análisis se centró en aquellos que tenían al menos 60 años, no tenían demencia al principio del estudio y tenían al menos 3 días válidos de datos de uso del acelerómetro. Estos participantes fueron seguidos hasta que se les diagnosticó demencia, fallecieron, se perdieron en el seguimiento o se produjo la última fecha de ingreso hospitalario en la base de datos correspondiente.
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Se identificaron los comportamientos sedentarios utilizando un algoritmo de aprendizaje automático previamente validado. El análisis reveló una relación no lineal entre el tiempo diario promedio de comportamiento sedentario y la incidencia de demencia. El riesgo de demencia aumentó después de aproximadamente 10 horas al día de comportamiento sedentario. En comparación con las personas que tenían un promedio de 9.27 horas al día de comportamiento sedentario, aquellos que tenían 10 horas al día tenían un 8% más de riesgo de demencia, mientras que aquellos con 12 horas al día tenían un 63% más de riesgo, y aquellos con 15 horas al día tenían un riesgo 3.21 veces mayor.
Cuando se evaluaron los comportamientos sedentarios en cuartiles, solo el cuarto cuartil, con más de 10.4 horas al día de comportamiento sedentario, mostró un riesgo significativamente mayor de demencia en comparación con el segundo cuartil. Esto respalda la idea de que un nivel de comportamiento sedentario significativamente más alto está asociado con un mayor riesgo de demencia.
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El estudio también examinó patrones específicos de comportamiento sedentario, como la longitud promedio y máxima de los episodios sedentarios. Estos patrones mostraron una asociación significativa con la demencia en modelos lineales, pero esta asociación desapareció cuando se ajustaron para el tiempo diario promedio de comportamiento sedentario. Sin embargo, el tiempo diario promedio de comportamiento sedentario siguió siendo un predictor significativo de la demencia incluso después de ajustar para patrones de comportamiento sedentario.
La investigación sugiere que pasar más tiempo en comportamientos sedentarios se asocia con un mayor riesgo de demencia en adultos mayores. La relación no es lineal, y el riesgo aumenta después de aproximadamente 10 horas al día de comportamiento sedentario.
Estos hallazgos subrayan la importancia de reducir el tiempo dedicado al comportamiento sedentario y fomentar la actividad física en la población adulta mayor como parte de las estrategias de prevención de la demencia. Sin embargo, se necesitan investigaciones adicionales para comprender completamente la causalidad detrás de esta asociación y su relevancia en diversas poblaciones.
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