En ese camino también hubo fascistas valientes. Si, valientes.

Nunca ocultaron que eran facistas y los prefiero al soplón cobarde que no da la cara. Pero eso no los hizo menos dañinos. Sólo valientemente fascistas.

Una de ellas era Jacqueline van Rysselbergue.

Los de la g-80 de la U de Concepción la recordamos.

Sentada con una mesa repartiendo volantes a favor del régimen. Indicando con el dedo firme a los «terroristas y activistas». Colaborando en la toma de fotos desde la Facultad de Farmacia a los que nos sentábamos en el foro.

Defendiendo a combos a Jaime Guzmán en la Facultad de Derecho.

Amenazando siempre amenazando a los que pensábamos distinto y diciéndonos a grito pelado que nos merecíamos todo lo que nos pasaba.

Por eso mi limite ayer fue sobrepasado.

Necesito hacer un acto de dignidad fuerte.

Necesito gritar que esto ya no es presentable

Necesito que muchos gritemos y comencemos a luchar contra este estado de cosas en nuestro Chile.

Que roben todos nuestros representantes me indigna

Que nombren a la Jacqueline van Rysselbergue Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara, ME INSULTA y ME PATEA EL ALMA.

Si no hago algo mi alma se pudrirá irremediablemente. Seré cómplice.

Un abrazo a todas y todos »

(Paz Macaya Aretxabala )