Sudáfrica: 100 años del CNA. Una historia de heroísmo y decepciones

altEl domingo 8 se cumplieron 100 años de la fundación del Congreso Nacional Africano (CNA), el movimiento de liberación más antiguo del continente. Las celebraciones oficiales duraron tres días y contaron con la presencia de miles de sudafricanos e invitados de varias partes del mundo. Fue una oportunidad para revisar el siglo de historia, analizar el presente de un partido que lleva 17 años en el poder y evaluar las perspectivas de futuro.

En la multitud de artículos de prensa, debates radiales, programas televisivos, actividades académicas y otros eventos que comenzaron a mediados de 2011 en preparación para la gran celebración del pasado domingo, la característica saliente de los análisis fue la contradicción entre el pasado heroico del movimiento de liberación que logró superar el apartheid y su presente como un partido profundamente dividido, embarcado en luchas intestinas por espacios de poder, con altísimos niveles de corrupción y una falta de visión política y estratégica para un país que no ha logrado superar las inequidades e injusticias del pasado. La contradicción se hace más evidente si se piensa que aquella superación del apartheid -considerado crimen contra la humanidad- se logró a través de una salida elogiada a nivel internacional por sus características de transición relativamente pacífica y con componentes importantes de reconciliación nacional.

Resulta simbólico que la primera actividad de los tres días de celebraciones en los que hubo desde ceremonias tradicionales de purificación hasta conciertos masivos, haya sido un torneo de golf. El simbolismo de tal decisión no pasó desapercibo. ¿Qué significa que un movimiento de liberación nacional celebre sus primeros 100 años con un torneo de golf? A nadie escapa que este deporte ha sido percibido históricamente como un deporte elitista. Que demanda además altísimas cantidades de agua para el mantenimiento de sus campos de juego en un país donde un porcentaje aun importante de su población no tiene acceso al agua corriente y muchas mujeres rurales dedican horas diarias a su recolección.

Todo esto no sólo parece haber pasado desapercibido para los integrantes del CNA responsable de las celebraciones sino que el portavoz del partido, Jackson Mthembu, declaró que el golf es un muy buen deporte, tanto como el fútbol, y que debería haber campos de golf en todos los barrios populares de Sudáfrica. También dijo que la elección del golf muestra que este es un país de libertades, donde cada persona puede elegir dónde vivir, incluyendo los caros suburbios de Johannesburgo y Ciudad del Cabo, pues esta es la libertad conquistada por el CNA. En un país con 35 por ciento de desempleo, con las grandes masas de población negra viviendo en los históricos townships y en muchos casos sin acceso a agua potable, saneamiento y electricidad, las declaraciones del vocero del cna son indicativas -en una interpretación generosa- de un gran desconocimiento de la realidad de la mayoría de la población. Y, en una interpretación menos generosa, implican un gran desinterés por la realidad de las masas para las cuales el cna fue creado, luchó legalmente durante medio siglo, creó una movimiento armado, ayudó a movilizar a millones de personas para desestabilizar al gobierno racista y sacrificó miles de vidas con la convicción de que el objetivo último, la construcción de una realidad justa e igualitaria, merecía todos los esfuerzos y sacrificios.

Pero pasaron muchos años (casi un siglo) entre la reunión en la iglesia de Wesleyan, en Bloomfontein, donde se fundó el Congreso Nacional Negro Sudafricano*¨ (rebautizado Congreso Nacional Africano en 1923), y la transformación que sus líderes comenzaron a experimentar en los últimos años del siglo xx como resultado de la «seducción del capital», citando a Verne Harris, director del Centro de Memoria de la Fundación Nelson Mandela.

Un poco de historia

En 1910 se crea la Unión Sudafricana, al final de la segunda guerra anglo-boer, a partir de la unificación de cuatro colonias blancas: el Cabo, Natal, Transvaal y Orange Free State, como un dominio del imperio británico, con un gobernador general representando a la Corona. El destino de las poblaciones negras fue dejado en manos de la nueva Unión sin otorgarles derechos de ciudadanía. Es en respuesta a esta situación que líderes negros representantes de las capas medias fundan el Congreso Nacional Negro Sudafricano. Se trata de la primera organización que supera las líneas tribales y reconoce como elemento común la africanidad. Pero también es interesante observar que sólo fueron admitidos hombres negros excluyendo a mujeres y personas no consideradas africanas. Según Raymond Sutter, preso político durante el apartheid y autor de varios libros sobre este sistema y sobre el cna, los primeros años del Congreso se caracterizaron por la presentación de demandas a la monarquía británica dado que la organización no reconocía a las autoridades de la nueva Unión Sudafricana. Recién en 1950 pasaría a una estrategia de movilización caracterizada por la desobediencia activa. Varios factores explican esta transición.

En 1944 se funda la Liga de la Juventud del cna con figuras como Nelson Mandela, quien participó en la redacción de su manifiesto, y diez años más tarde una alianza más amplia (que incluyó a la Central de Trabajadores) que organizó en 1955 un Congreso del Pueblo en el que se aprobó la Carta de la Libertad (Freedom Charter). Dicho documento, que delineó los principios rectores de la lucha contra el apartheid y la visión de una nueva sociedad, comienza diciendo «El pueblo gobernará», y una de sus características salientes es la demanda y el compromiso por una Sudáfrica sin divisiones raciales. Afirma, por ejemplo, que «Sudáfrica pertenece a todos los que habitan en ella, negros y blancos». Integrantes del cna con una visión africanista de la salida del apartheid no compartieron este compromiso, lo que derivó en su escisión en 1958 y la formación del Congreso Pan Africano (CPA) en 1959. Este organismo lideró una campaña para movilizar a los hombres negros en distintas partes del país (todos los varones negros mayores de 16 años estaban obligados a llevar pases que podían ser solicitados en cualquier momento por la policía, y quien no lo tuviera consigo era inmediatamente arrestado) para que el 21 de marzo de 1960 marcharan hacia comisarías de sus localidades y dejaran allí sus pases.**

En la localidad de Sharpeville, al sur de Johannesburgo, cuando la policía vio la marcha abrió fuego contra los manifestantes matando a 69 hombres e hiriendo a cientos. La masacre de Sharpeville fue un punto de inflexión en la lucha contra el apartheid, al punto que ahora, cada 21 de marzo se celebra el Día de los Derechos Humanos en Sudáfrica. Hubo levantamientos en distintos lugares del país y el gobierno racista respondió declarando el estado de emergencia, deteniendo a miles de manifestantes y declarando ilegales tanto al cna como al cpa. Poco más de un año después, el 16 de diciembre de 1961, explotaron las primeras bombas en Johannesburgo, que marcaron el comienzo de la lucha armada por parte de Umknhonto weSiswe (MK), el brazo armado del CNA. En ese mismo año se formalizó la creación de la República de Sudáfrica bajo el gobierno del Partido Nacional, que introdujo el apartheid, «desarrollo separado de las razas», como su política oficial. Comenzó un período en el que el cna operó fundamentalmente desde el exilio, con campamentos de integrantes de mk en varios países de África (Zambia, Tanzania, Angola, Mozambique, Botsuana, Lesotho, Swazilandia) desde donde planificaron acciones armadas en territorio sudafricano. Cuadros de la estructura política se formaron en diversas universidades tanto de la entonces Unión Soviética como de Occidente, jugando un rol central en la promoción del movimiento anti apartheid en el exterior y en negociaciones con gobiernos de distinto signo político. Mientras tanto, en el interior del país iba creciendo el movimiento de masas. Uno de los momentos altos de la resistencia interna fue el levantamiento de los estudiantes en Soweto, el 16 de junio de 1976, quienes protestaron por la imposición del afrikáans como lengua de instrucción. La marcha de los adolescentes y jóvenes, estimados en unos 20.000, fue brutalmente reprimida y cerca de 180 fueron asesinados. En recuerdo de esa fecha, actualmente se instauró el 16 de junio como Día Nacional de la Juventud. En este mismo período se consolida el Black Consciousness Movement, de Steve Biko, quien fue asesinado en la cárcel en 1977.

La década del 70 marca claramente un giro en el modo de resistencia, y en respuesta a esta realidad el cna decide que 1979 será el «año de la lanza» (Umknhonto weSiswe significa «la lanza de la nación»). El movimiento de masas crece notoriamente a partir de entonces y en 1983 más de 400 organizaciones religiosas, estudiantiles, de trabajadores y sociales crean en Ciudad del Cabo el Frente Democrático Unido (FDU). Éste adopta como su documento base la Carta de la Libertad, lo que lo une directamente con el cna. Ambos coinciden en la estrategia que caracterizó a los años ochenta, orientada a «hacer de Sudáfrica un país ingobernable y el apartheid impracticable». En este período el cna tiene claro que la movilización masiva, junto con la presión internacional, tiene un efecto mucho más importante que las acciones armadas. En 1990 el gobierno blanco legaliza las organizaciones políticas prohibidas por casi tres décadas y se llega así a las negociaciones de Codesa (Congreso por una Sudáfrica Democrática) de las que participan el Partido Nacional (en el gobierno) y el cna, además de otros partidos menores. Estas negociaciones culminarían con las elecciones del 27 de abril de 1994 y el triunfo del cna que convertiría a Nelson Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica.

El CNA en el poder

El primer gobierno del CNA bajo Nelson Mandela se caracterizó por los esfuerzos de la Comisión de Verdad y Reconciliación y por la puesta en práctica de políticas orientadas a revertir las injusticias del pasado. La política fundamental para este último aspecto fue el Programa de Reconstrucción y Desarrollo (rdp). El rdp (una expresión que se convirtió en sustantivo y verbo que mágicamente transformaría la realidad de los millones de postergados por el apartheid) planteaba una interconexión entre los distintos problemas sociales (falta de vivienda, de trabajo, mala calidad y limitación en el acceso a la educación y la salud, entre otros) y propuso la creación de puestos de trabajo a través de obras públicas orientadas a la provisión de servicios. En 1996 se adoptó la gear (Crecimiento, Trabajo y Redistribución), una estrategia macroeconómica liderada por el Ministerio de Finanzas, orientada a fortalecer el crecimiento económico, reducir la inflación y el déficit fiscal al tiempo que proponía mejorar la distribución. Si bien al principio se planteó que ambos programas coexistirían, el gear desplazó al rdp y el énfasis social del primero fue sustituido por la política macroeconómica del segundo. En ese contexto Thabo Mbeki asumió la presidencia de Sudáfrica en 1999, dándole un gran énfasis al Black Economic Empowerment -(bee, Empoderamiento Económico Negro) con el objetivo de generar una burguesía negra hasta entonces apenas existente. El bee marcó el comienzo de una nueva forma de hacer negocios dentro del gobierno con crecientes casos de corrupción. Mbeki también inauguró un período de menos confianza entre los integrantes del cna y las estructuras de gobierno, surgiendo luchas intestinas en el partido, cuyo punto alto fue el despido de su vicepresidente, Jacob Zuma, en 2005, cuando su asesor, Shabir Shaick, fue sentenciado a 12 años de prisión por corrupción. Zuma haría lo propio algunos años después, desplazando a Mbeki de la presidencia del CNA.

El período de Mandela, de gran confianza y optimismo, de compromiso con la transformación del país y la apuesta a mejorar las condiciones de vida de las grandes masas, pareció reemplazarse por intrigas, luchas intestinas y múltiples casos de enriquecimiento ilícito de figuras del CNA. La propia campaña electoral de Jacob Zuma, quien pasaría a ser el tercer presidente de la Sudáfrica multirracial en 2009, estuvo signada por los escándalos financieros y los intentos por mantener al candidato fuera de las cortes que lo convocaban por acusaciones de fraude y corrupción. El año 2011 trajo profundas discrepancias entre los líderes de la Liga de la Juventud del cna, que criticara fuertemente al presidente e iniciara una campaña para evitar su reelección. La dirigencia de la Liga está actualmente suspendida aunque sigue actuando dentro de las estructuras del partido hasta que haya una resolución sobre el caso. También hay fracturas en la alianza histórica con el Partido Comunista y la central de trabajadores. Pero, como declaró a fines de diciembre el secretario general de la central, Zwelinzima Vavi, liderando una marcha contra procedimientos corruptos en la norteña provincia de Limpopo, «las divisiones entre el cna y sus socios en la alianza no se deben a razones políticas ni ideológicas, sino a licitaciones». Hay una percepción generalizada de que para ganar licitaciones estatales hay que estar cerca de los cuadros del cna. Es el bee llevado a sus extremos a costa no sólo de la transparencia sino de la eficiencia, pues la calidad de las propuestas no pesa al momento de la toma de decisiones.

Otro elemento significativo de los recientes sucesos en el país ha sido la aprobación de lo que se conoce popularmente como la ley del secreto -la ley de medios-, que limita la capacidad de la prensa de criticar o informar sobre asuntos que el gobierno considere información calificada, pudiendo detener a los periodistas que den a conocer dicha información por hasta 25 años.

A pesar de las dificultades y confrontaciones, los diversos gobiernos del cna aumentaron las asignaciones del presupuesto nacional para servicios públicos y ciertos beneficios esenciales para la población históricamente desfavorecida. Existe acuerdo, sin embargo, respecto a la insuficiencia de estas medidas.

Las celebraciones

Si bien durante los días previos se anunciaba que 100 mil personas llegarían hasta Bloomfontein, el estadio de la ciudad con capacidad para 45 mil personas mostraba muchos espacios vacíos. Hubo muchas críticas al programa, pues la tradición de los festejos del 8 de enero es que hablen representantes de las organizaciones aliadas del cna, sobre todo la Liga de la Juventud, el Partido Comunista y la central de trabajadores. Las actuales intrigas y divisiones fueron las que seguramente determinaron que el único orador fuera el presidente del partido y de la república, Jacob Zuma, lo que tal vez haya desmotivado a militantes de base de las otras estructuras a tomar parte en las celebraciones. Fue notorio también el retiro masivo de parte del público cuando comenzó a hablar el presidente, lo que no cesa de ser analizado en los medios de prensa. También se analiza el contenido del discurso, de 90 minutos, que fundamentalmente se centró en una mirada histórica a las acciones del cna en los últimos 100 años, nombrando con regularidad a héroes de esas luchas, algunos de los cuales aún forman parte de las estructuras del partido y en muchos casos del gobierno. Mención especial mereció Nelson Mandela, que por razones de salud no participó de las celebraciones. Hubo agradecimientos a los distintos países y organizaciones sociales del exterior que apoyaron la lucha contra el apartheid, en particular los países africanos que acogieron a los MK, pero también los países nórdicos, la Unión Soviética, Cuba, y también a la Unión Africana y Naciones Unidas que aceptaron al cna y al cpa como representantes legítimos del pueblo de Sudáfrica. La parte más débil del discurso fue la que analizó los desafíos presentes y los compromisos que asume el cna hacia adelante. Zuma básicamente expresó la voluntad de acelerar el programa de transformación del país, reconoció la necesidad de «derrotar el demonio del fraccionalismo» y «tomar medidas urgentes para recuperar los valores esenciales» de la organización.

Luego del discurso, con un estadio cubierto apenas en la mitad de su capacidad, Zuma comenzó a cortar una torta gigante y a repartirla entre los líderes que estaban en el estrado, quienes también tenían una copa de champaña. En lo que pareció una acción espontánea, el vicepresidente del país, Kgalema Motlanthe (candidato de la Liga de la Juventud para reemplazar a Zuma en las próximas elecciones), propuso un brindis por la unidad de África, la fortaleza del cna y la solidaridad. Dijo que los que no tenían champaña podían brindar con sus puños o tomar fotos de sus líderes mientras tomaban y brindaban. Para muchos sudafricanos, el espectáculo de los líderes disfrutando los frutos de la liberación mientras las grandes mayorías siguen esperando es una constante.


Notas

* El nombre en inglés es South African Native National Congress, y la palabra native en la época hacía referencia a la población negra.

** El 9 de agosto de 1956 varias organizaciones de mujeres habían convocado una marcha frente al Union Buildings, la sede del gobierno, en protesta por la extensión de la obligación de llevar pases a las mujeres. Desde 1994, el 9 de agosto se celebra el Día de la Mujer sudafricana en reconocimiento a estas pioneras de la lucha contra el apartheid.

Brecha – Correspondencia de Prensa: [email protected]

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