La victoria de Bernie Sanders en las primarias de Nevada el 23 de febrero pasado hizo sonar las alarmas en los grupos de poder del Partido Demócrata, en Estados Unidos.
El candidato autodefinido como «socialista democrático» obtuvo en aquel Estado 24 de los delegados a la convención que elegirá al candidato que competirá con Donald Trump. Mientras sus contendores, los candidatos del llamado establishment: Joe Biden obtuvo nueve delegados y el retirado Pette Buttigieg, tres. Apenas la suma de ambos (12) daba para llegar a la mitad de lo que logró Sanders.
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En las anteriores primarias demócratas de 2016, Hilary Clinton -la para entonces candidata de los poderes fácticos y quien finalmente resultó vencedora- en Nevada obtuvo 20 delegados venciendo allí a Sanders, que solo obtuvo 15. Con este salto de 9 delegados en un solo Estado Sanders demostró ser capaz de revertir resultados de las primarias anteriores, done Hillary se impuso en una desigual competencia con 1.771 delegados, sobre los 1.499 obtenidos por el candidato progresista.
La reacción fue inmediata, tres candidatos demócratas renunciaron inmediatamente a favor de Joe Biden, el ex vicepresidente de Obama, con el que la derecha del partido se asegura parte importante del voto de la minoría afroamericana. Tom Steyer, Pete Buttigieg y Amy Klobuchar, renunciaron a favor de Biden para concentrar el voto en contra de Sanders.
Las siguientes primarias, esta vez en el estado de Carolina del Surm fue la prueba de fuego para Biden, quien venció a Sanders por 39 contra 15 delegados. El voto afroamericano del Sur se cuadró con la derecha Demócrata, sin embargo no todo estaba mal para Sanders, pues mejoró sus resultados en ese Estado y obtuvo un delegado más que en la elección anterior. Por lo que, lo que ocurriera el «Supermartes» sería muy trascendental a la hora de ver si los grupos de poder eran capaces de detener la victoria de Sanders en la nominación Demócrata.
Así se llegó a unas primarias donde toda la campaña de los grandes medios apuntaban a señalar a Sanders como el candidato que no tenía opciones de derrotar a Trump, cuestión que las propias encuestas desmienten, ya que a Biden lo ven como muy similar a Trump, y solo Sanders se muestra como una alternativa de cambio.
Sanders señaló antes del Supermartes "Desde el día uno, hemos ido a por el establishment, sea el corporativo de Wall Street, las farmacéuticas, las aseguradoras, las petroleras o el político. No es ninguna sorpresa que no quieran que sea presidente porque nuestro gobierno transformará este país para que la economía y las instituciones funcionen para todo el mundo y no sólo para el 1%"
Ayer votaron 14 Estados de la Unión, incluidos los dos más poblados: California (38 millones) y Texas (26 millones). Biden demostró lograr retener el voto afromericano, que tradicionalmente votaron a la izquierda Demócrata, hoy pueden ser la tabla de salvación de la derecha del partido. Pero Sanders sigue concentrando el voto de los jóvenes, obreros blancos y se abre brecha entre la población latina.
Las primarias siempre favorecieron por el orden de las elecciones al conservadurismo, pues parten principalmente en el Sur. Biden sale para los medios como el gran vencedor de esta primera etapa de las primarias, sin embargo los 553 delegados que lleva están muy por debajo de los 671 que llevaba Hilary Clinton tras el Supermartes del 2016. Ni siquiera sumando los delegados conseguidos por los candidatos retirados (un total de 33) y los empresario Bloomberg (50 delegados), pues solo llega a 636. Por su parte, en las anteriores primarias Bernie Sanders obtuvo 415 delegados y hoy ya tiene 488, faltando aún la distribución de algunos en Estados donde todavía el conteo llega al 90% de los sufragios. Además hay que señalar que la precandidata demócrata Elizabeth Warren, quien prometió apoyo a Sanders en la convención en caso que éste la superara, lleva ya 53 delegados electos.
Así, en estricto rigor, si tras el Supermartes de 2016 los conservadores del Partido Demócrata vencían con Clinton (671) a Sanders (415), hoy si todos los delegados conservadores se terminaran reuniendo en Biden llegarían a 636 delegados en cambio Sanders+Warren ya llegan a 541 delegados, estrechando la designación del candidato Demócrata, faltando los Estados del Norte del país más proclives a votos progresistas, donde Sanders irá acortando aún más las cifras de la cara a la convención la cual se prevé quede divida en dos.